—Lunes 19 de Septiembre, 2016.—
« Y entonces, me arme de valor, ese que ninguna de las dos tenía hace horas, ese valor suficiente para hacer lo que ambas no dejabamos de querer y de extrañar.
La bese, lo hice con miedo. Solo coloque mis labios encima de los suyos y no me moví, así me quedé, esperando que me corra, esperando lo peor.
Pero no, ella no se corrió, ella me beso...
Me beso como hace mucho no lo hacía, nos besamos como si fuese la primera vez que lo hacíamos aunque nuestros labios ya se conocían.
Nos fundimos en un beso lleno de dulzura y anhelo, un beso lleno de esperanza y felicidad.
Un beso de amor, uno de esos que más que quitarte el aire, te lo devuelven y te llenan de vida.
Un beso como ningún otro... »