Preparando la armadura

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Agradecimientos a: Valentina, Manuela, Maria Antonia y Sara. Por acompañarme en las cosas locas que me inspiraron en esta historia.

Llevo exactamente 20 minutos escogiendo el "oufit" que usare mañana, y, aunque este asunto de la ropa me encanta, es una completa tonteria tener que causar una buena impresión al inicio del año escolar.Mierda, mañana empezaría esa estúpida jerarquía a la que estaba condenada a pertenecer, y, no, no odio estudiar, la verdad, se me da bien, lo que realmente odio es caminar por esos opácos pasillos como una subordinada, siendo observada de pies a cabeza por las chicas, y de pecho a trasero por los chicos.

Cuando me decidí por mi outfit, me tumbé en la cama para meditar, décimo grado, entre más lo pienso más me asusta. No en broma, no es por los nervios de empezar otro año, no. Décimo era el infierno viviente de la secundaria, donde debes aguantar a los de último año y donde empiezas a preocuparte por el futuro, pero no tu universidad, el futuro para mis compañeros es cuando va a ser la próxima fiesta o si es mejor la cerveza o el vodka y cuál sería mejor para derramar sobre alguno de sus torpes amigos. Aunque, no les voy a mentir, tenía la esperanza de que este año, no sea la patada en el estomago que espero...

Mi telefono, que esta apunto de descargarse, empieza a sonar entonando "Rise" de Katy Perry, contesto rapidamente al ver que era mi amiga Mia.

- ¿ Por qué rayos no me habías llamado antes?- se escuchó al fondo que mi amiga decía en un tono burlón pero serio.

-Hola a ti tambien... hey dime ¿Por qué no me había enterado que me había casado con un enano molesto, y que aparentemente es mujer?- respondí desganada.

Ella gruño.

-Si no recordabas: mañana es el primer día y aún no me has dicho a que hora debo recojerte-dijo. Y sí, COMO NO TENGO AUTO MI AMIGA LA CHILLONA ME DEBE RECOGER.

-A las 6 esta bien, muchas gracias, esposo mio-

-Oye, no me has dicho que te pondras mañana-

-Una sudadera y la camisa que llevo puesta-

-Debes estar bromeando!-gritó.

-No- seguí con mi farsa-Aún no entiendo porque el instituto no tiene uniforme, la vestimenta es una pérdida de tiempo-

-Ahí si te pille- contestó- No existe la más remota posibilidad de que ofendas el estilo y la moda.

-Touché-

Y seguimos hablando hasta que mi celular se apagó, apagué la luz y me quedé dormida, y, unos 10 minutos después, sentí como mi mamá me arropaba y decía: -Buenas noches, Em- y besaba mi frente.
En ese instante, reflexioné sobre mi outfit, y decidí que sería la admadura perfecta para enfrentar la guerra que se me venía encima.

Ignorando Lo Que SientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora