Primera parte

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Los demonios de cruces de camino tienen como principal tarea la de comprar almas para el Infierno a través de un acuerdo de cumplir el deseo de un humano por su alma. Jongin desde que tiene cinco años sabe que tiene que su futuro es como primer bailarín del Teatro Nacional de Corea. Cuando se cae por las escaleras y el doctor le dice que se ha roto un ligamento no sabe que hacer y allí es cuando decide hacer un trato con un demonio...

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- Vamos chicos, ¡La postura! - Gritó la profesora mientras los diez pequeños de doce años que rápidamente se ubicaban junto a la barra para esperar instrucciones.

Estaban en la academia más prestigiosa de todo Seúl y Jongin estaba emocionado, porque después de tanto audicionar, por primera vez era uno de los alumnos regulares de la academia. Lo que significaba que en cualquier momento podría ser parte de la obra de los adultos y así comenzar su camino al estrellado.

- Mirada hacia la barra chicos, y la espalda recta en primera - Dijo la profesora viendo como todos acataban cada una de las ordenes - Demi plié - Agregó viendo que todos lograban hacer la posición.

Jongin se sabía la rutina de memoria y estaba feliz escuchando la música y sintiendo como cada uno de los tiempos se reflejaba en su cuerpo. No se despegó de su sonrisa hasta que llegó la hora de despedirse, cuando caminaba hacia afuera su profesora le hizo una seña para que se quedara.

- Profesora Hwang - Sonrío mientras veía como su profesora arreglaba un pequeño pelo que le molestaba en su apretado peinado.

- Jongin cariño, creo que te lo tengo que decir, pero tu Fouetté está perfecto. Si sigues así, podrás estar en el escenario en nada - Sonrío mientras le despeinaba el cabello al pequeño.

- Muchas gracias profesora - 

- Solo no te sobreesfuerces y cuídate - 

- No se preocupe, me cuidaré - Dijo mostrando sus dientes y luego de hacer una reverencia de noventa grados salió corriendo del lugar viendo como su padre lo estaba esperando afuera del lugar.

Para su padre había sido difícil afrontar la realidad con un hijo que disfrutaba tanto el ballet. Al ser el menor de la familia Kim, su padre al nacer había recaído todas las responsabilidades que sus hermanas habían tenido. Todas sus esperanzas se habían esfumado al ver al pequeño Jongin de cinco años bailando ballet y siguendo los pasos que sus hermanas le enseñaban cuando llegaban de la academia. Por eso fue, que al cumplir los siete años, el pequeño ya participaba en una pequeña escuela y su profesora instando a la familia a que entrara a la academia nacional, porque el pequeño no solo le gustaba el ballet, sino que tenía talento.

A pesar de ser un niño dulce y muy atento con los mayores, Jongin sentía la presión de cumplir sus sueños, de poder ser en algún momento el Cascanueces o ser el Principe del Lago de los Cisnes más que ser feliz o estudiar para el colegio.

Era su pasión, el ballet era lo que más lo hacía feliz y es por eso que cuando terminaba sus deberes escolares rápidamente se enfundaba en sus mallas y comenzaba a practicar junto a la puerta de su habitación viendo los pequeños VHS que su padre compraba de la Real Opera House.

Sus zapatillas chicle y sus calzas eran sus mejores amigas, especialmente cuando tenía que repetir nuevamente el video para poder ver mejor el paso que estaba haciendo el bailarín en ese momento.

- ¡Jongin! ¡Llegó Sehun! - Gritó su madre rompiendo su esfera de felicidad y sacando de un movimiento sus zapatillas. Ya descalzo corrió escaleras abajo para ver a su amigo quién venía a enseñarle el nuevo juego para la Xbox del menor. Lamentablemente, la temperatura de un día típico de Junio hizo que sus pies descalzos se resvalaran con el piso resvaloso de la casa tropezando unos escalones y sintiendo como un gran dolor aparecía en su tobillo.

No pudo entender mucho, en el momento que gritó por su madre y que tanto Sehun como su madre se asustaron y rápidamente lo habían llevado a la clínica. Ya más conciente de todo, el doctor le decía que tendría que ocupar un yeso y que no podría hacer ningún ejercicio por lo menos por ese año hasta que su tobillo se recuperara. 

La depresión le golpeó justo en su corazón, aún más cuando fue a ver a su profesora con la muleta y su yeso todo rayado viendo como era ahora Taemin el más alagado por su profesora y diciendo que el pequeño haría una aparición en el Don Quijote para la presentación de Septiembre.

- No se vale Sehun, mi profesora nunca me va a dar un papel ahora, mi tobillo acaba de firmar mi sentencia de muerte, no podré ser bailarín profesional y mis perros me odiarán - Alegó Jongin mientras veía como el profesor de Matemática lidiaba con el pequeño Tao en primera fila que no podía entender la forma en que sumaba el profesor Kim.

- ¿Por qué no le pides un deseo a un demonio de Cruce de Caminos? Luhan hyung dice que si juntas unas cosas en una cajita en un cruce de caminos te pueden conceder un deseo a cambio de tu alma - Sonrío Sehun.

- Que idiota Sehun, los demonios no existen - Río Jongin mientras apoyaba su cabeza en el pequeño pupitre.

- Bueno, Luhan hyung dice que Kris hyung pidió ser famoso y genial y que al parecer está funcionando porque se fue a china para ser parte de la selección china de basquetball y tiene tres novias - Respondió asombrado el menor mientras veía como jongin le comenzaba a poner atención.

- ¿Y que tiene que tener la cajita? - Preguntó curioso, pero evitando ser muy entusiasta.

- Tienes que hacer un hoyo al centro de las dos calles y en la caja tienes que poner una foto tuya un poco de tierra de tu patio y un hueso de un gato negro - Dijo el pequeño con una cara de desagrado.

- No es tan dificil - Suspiró Jongin - Tendría que encontrar donde está el gato de mi hermana enterrado porque ese era negro.

- Bueno solo te digo que si a Kris hyung le resultó, contigo también lo hará - Sonrío Sehun ahora sí tomando atención a la clase al ver como el profesor comenzaba a hacer rondas para revisar el ejercicio.






Una semana después Jongin estaba en la esquina más cercana a su casa, eran las diez de la noche y le había dicho a su madre que estaría en casa de Sehun. Había pasado todas las tardes buscando a ese endemoniado gato y sus huesos, fue gracias a Jjangu que lo encontró y lo pudo dejar en la pequeña caja junto a su foto favorita del Ballet; estaba bailando un Pax De Deux con una de sus compañeritas para la presentación del instituto.

Enterró con cuidado la cajita y miró a todos lados esperando que el demonio apareciera, lo que no se esperó nunca fue que apareciera un muchacho de unos veinte años de fuertes ojos rojos mirando de un lado al otro.

- Disculpa... - Preguntó con un acento perfecto - Estoy buscando Kim Jongin - Dijo mirando al muchacho.

- Yo soy Jongin, mucho gusto - Sonrío el pequeño viendo como la piel pálida del mayor parecía resplandecer en la noche.

- Oh... vaya, nunca pensé que me tocaría un niño. ¿Qué es lo que quieres para tu acuerdo? - Preguntó sacando una pequeña libreta mirando al niño de arriba a abajo.

- Quiero ser el bailarín de ballet más famoso en Seúl, mi doctor dice que esta torcedura puede no sanar bien porque la esfuerzo mucho - Dijo con un pequeño puchero.

- Bueno, antes que firmes cualquier cosa el deseo se cumplirá, pero tu expectativa de vida será solo de diez años más de ahí te vas al infierno conmigo - Sonrío tenebrosamente mientras mostraba uno de sus caninos y sus ojos pasaban a tener un rojo aún más fuerte.

- Está bien - Dijo mientras le arrancaba el lápiz al demonio y firmaba en la libreta que este tenía desapareciendo en el instante. 

Crossroad demons II KaiSoo's Halloween ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora