Capítulo.2.

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Cuando el padre de Marinette llegó con lo que le pidieron yo ya empezaba a temblar sentía frío como nunca en mi vida.

- donde fue-pregunto Sabine la madre de Marinette

- en el hombro-se apresuró a decir Marinette

- ¿puedes quitarte el traje?-a decir verdad no estaba seguro, desvestirme en casa de Marinette, frente a ella y sus padres, nisiquiera sabía si me lo podía quitar recordé el cascabel y tuve una corazonada.

- el cascabel -susurré entrecortado, Sabine tomo el cascabel y lo jalo hacía abajo, la chaqueta terminó en el suelo, Sabine pomo la aguja y la desinfectó con un algodón remojado en alcohol la dejo a un lado para tomar el cuchillo y desinfectarlo también

- aquí viene lo feo- tomo el cinturón que usaba como cola y lo puso entre mis dientes- muerde lo si te duele-se volvió hacía su esposo- toma lo de los pies no debe moverse,-Tom iso lo que el pedían-lamentó no tener lada para anestesiar te-se disculpó

- tengo frío- dije con esfuerzo

- perdiste mucha sangre es normal- explico Sabine y me tapó con una cobija dejando el hombro a descubierto los temblores disminuyeron- Marinette tomarle la mano de sentirá mejor- Marinette se acercó sollozando y tomó mi mano izquierda y la apretó con suavidad yo devolví el gestó, Sabine tenía razón me sentía mejor más seguro.

Después de introducir el cuchillo y extraer la bala lo cual me dolió pero por suerte Marinette estuvo hay, me acarició el pelo y cuando sus sollozos se lo permitían me susurrada palabras de apoyo, también estuvo Tom que por más que intentaba patalear no me dejó, Sabine desinfectó la herida y tomó aguja y hilo de sutura.

- es lo último, cres soportarlo?- me pregunto preocupa da, sólo asentí, a primer punto grité al segundo mordí con tanta fuerza el cinturón que casi lo rompo, al tercer el teléfono de Marinette sonó y por acto impulsivo contestó

- es Alya-dijo en voz temblorosa, me miró- te importa si yo..-

- no-grite con el cuarto punto

-Marinette que está pasando porque lloras-pregunto Alya a través del teléfono∆

- Alya, ven a mi casa lo antes posible-el contestó Marinette y colgó, del quinto y último punto, apreté su mano con fuerza, lo último que supe fue que Sabine me dijo que era todo y que los párpados se me cerraban.

Ese Gato HeridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora