【BoKuroDai】"Algo Que Jamás Sentí"

"気持ち"

Después de un largo día lleno de derrotas en el Campo de Entrenamiento, Daichi y todos los del equipo de Karasuno, al fin van a descansar en su respectiva habitación.
Todos dormían plácidamente, excepto su capitán; por alguna razón no podía conciliar el sueño.

Daichi se levantó sin hacer mucho ruido. Se dirigió al baño de hombres para refrescarse un poco y ver si así, al fin cae dormido. Pero al entrar nunca se habría imaginado lo que acababa de ver: Bokuto, el capitán de Fukurodani, encaramado sobre el mesón de los lavabos con sus piernas enrolladas en la cintura de Kuroo, el capitán de Nekoma, el cual estaba besando el cuello del búho y masajeando su entrepierna.

No pasaron más de dos efímeros segundos para que Daichi pudiera sentir un calor subir a sus mejillas y que algo empezara a despertar en su entrepierna.

-Aahm! Y-yo...- Tartamudeó, estaba en shock.

-Daichi-san! Que sorpresa~- Habló Kuroo. Dejando a Bokuto en el mesón caminó hasta Daichi, acorralándolo en la pared.

-Hnmg! K-Kuroo-san lo siento, y-yo no quería interrumpir!- Daichi se alteró totalmente al ver como Tetsurou ponía uno de sus brazos contra la pared y el otro en su entrepierna -Aah~- Rápidamente tapó su boca. Kuroo sonrió victorioso; Bokuto se acercaba a ellos con una sonrisa bastante provocativa en su rostro.

-Ohohoho? Parece que al cuervito le agradamos~- Ahora Daichi estaba completamente atrapado: en la derecha tenía a Kuroo masajeando su entrepierna sobre la tela del pantalón, y en su izquierda a Bokuto mordiendo y lamiendo su cuello y oreja.

-Mnh! P-por favor... Alguien puede venir! Aah~- Daichi ya no podía controlar su voz, sus piernas temblaban y su cuerpo quería más contacto. Pero no podía pasar por alto el hecho de que estaban en el baño y en cualquier momento alguien podría entrar y verlos en tal situación.

-El cuervito tiene razón, Kuroo. Deberíamos ir a otro lugar más cómodo~- Expresó Bokuto aún lamiendo el cuello de Daichi.

-Ohoho?- Kuroo detuvo su mano y miró a Bokuto. Este hizo lo mismo.

-Ohoho!- Ambos, búho y gato, sonreían maliciosamente. Daichi aún no entendía lo que pasaba.

En un acto de impulso, Bokuto eleva a Daichi por la cintura para llevarlo en su hombro derecho y así salir del baño junto a Kuroo, quien iba adelante de estos dos vigilando que no hubiera nadie por los pasillos.
Caminaron poco más de un minuto, alejándoce de las habitaciones que ocupaba cada equipo y entraron a una que estaba totalmente vacía, a excepción de unas cuantas mesas apiladas.
A penas entraron y Kuroo cerró la puerta, Bokuto dejó en el suelo a Daichi que aún seguía en shock.

Daichi aún no podía creer lo que estaba pasando, y menos al ver como Bokuto y Kuroo se besaban tan intensamente en frente de el. Al verlos frotarse el uno con el otro, Daichi volvió a sentir ese calor, pero esta vez en su entrepierna.
Lentamente fue bajando su mano hasta su entrepierna para comenzar a masajearla lentamente sobre la tela del pantalón, sin quitar la vista de la erótica escena que tenía en frente suya.

-Mmmh~- Con cada caricia que se daba, Daichi iba perdiendo el control sobre su cuerpo y su voz.

Mientras tanto, Bokuto y Kuroo solo se separaban para tomar aire y seguir basándose; a cada roce intencional que se daban soltaban todo tipo de gemidos. Estaban tan ensimismados en lo que estaban haciendo, que no se dieron cuenta de lo que Daichi estaba haciendo, hasta que este soltó un gemido ronco. Ambos lo miraron; pantalón a medio bajar, sostenía su polera entre sus dientes, ojos brillosos, mejillas sonrojadas y se estaba masturbando mientras los miraba.

Los dos se miraron un poco sorprendidos, pero a la vez más excitados que antes. Se acercaron a Daichi, el cual estaba apoyado en una de las paredes en frente de ellos, y al llegar junto a él, este se vino acompañado de un sonoro y ronco gemido.

Sus piernas no podían más y al venirse colapsó totalmente, arrastrándose lentamente por la pared cayó sentado al piso. Respiraba pesadamente, estaba agitado. Cuando se calmó un poco se pudo percatar de la presencia del gato y el búho, quienes estaban frente a el, arrodillados, mirándolo con lujuria y excitación.

Bokuto se inclinó hasta Daichi, robándole un corto pero intenso beso, al separarse un hilo de saliva los unía. Kuroo no se quedó atrás y también besó al capitán de Karasuno.
Después de un par de besos más, Bokuto y Kuroo repartían besos y caricias por todo el cuerpo de Daichi, este último solo se dejaba envolver por el placer soltando gemidos y suspiros a cada contacto de las manos y bocas ajenas.

-Mmnh~- Daichi soltó un gemido un poco más largo y sonoro que los demás cuando sintió como Bokuto repartía besos por toda su entrepierna, la cual volvía a reaccionar.

Kuroo se le unió a Bokuto en su tarea, sacándole completamente los pantalones a Daichi y tomando su miembro entre sus manos. Bokuto acariciaba el abdomen de Daichi, mientras que Kuroo besaba y lamía el miembro de este.

Daichi se sentía en las nubes al ser tocado por estos dos, y más aún cuando sintió como Bokuto introducía uno de sus dedos en su entrada. Se sentía tan bien; lento y después rápido. No podía describir todo el placer que estaba sintiendo al ser tocado de esa forma.

-A-Aah!~ M-Me vengo...!- Daichi se vino por segunda vez, pero ahora en la boca de Kuroo. Este se tragó todo el semen de Daichi y se relamió sonriente. Ahora era el turno de Bokuto, le bajó los pantalones dejando expuesta la gran erección que tenía el búho.

-Mmm~ Broo...- Daichi miraba atónito la escena que tenía en frente. Nunca se imaginó a esos dos en esta situación, mucho menos incluyéndolo a el.

Después de que Bokuto se corriera gracias a Kuroo, ambos fijaron nuevamente su atención en el capitán de Karasuno.
Mientras uno lo dilataba, el otro lo besaba y acariciaba a su gusto. Y Daichi... Él se rindió totalmente al placer que sus acompañantes le estaban brindando.
Bokuto fue el primero en penetrar a Daichi; un gemido ronco sale de su garganta al sentir todo el interior de este aprisionando su miembro.

-Mierda... Esto se siente tan... Bien~- En un abrir y cerrar de ojos Bokuto tenía a Daichi sobre sus codos y rodillas, agonizando de placer.

-Aaah~... Más... R-Rápido- Bokuto había tocado ese punto que volvía loco a Daichi. Ambos se vinieron al mismo tiempo, Daichi sobre el suelo y Bokuto en la espalda de este.

Kuroo ya no podía aguantar más; apenas Bokuto salió, sin aviso previo, invadió el interior de Daichi sacándole un gran gemido de sorpresa y placer.
A penas Kuroo lo penetró, logró rozar ese punto que lo vuelve loco. Después de unas estocadas ambos se vinieron juntos.

Los tres estaban agotados, pero aún no se saciaban totalmente. Esta vez Daichi tomó la iniciativa, subiéndose encima de Kuroo insertando el miembro de este en su entrada lentamente.

-A-Aah~ Kuroo-san- A estas alturas Daichi estaba totalmente nublado por el placer. Kuroo lo tomó de las caderas, ayudándolo para tener más fricción.

Bokuto no quería quedarse atrás, por supuesto que no. Rápidamente se posicionó detrás de Daichi y lo penetró lentamente, disfrutando de lo apretado que estaba.
La habitación era oscuridad y gemidos roncos llenos de placer.
Los tres se vinieron. Kuroo y Bokuto llenando el interior de Daichi y este manchando todo el torso de Kuroo. Los tres capitanes calleron rendidos al duro suelo de madera, jadeando pesadamente.

-No puedo creer lo que acabamos de hacer...- Dijo Daichi en un susurro. De solo recordarlo se le suben los colores al rostro. Definitivamente aún no lo podía creer.

-Nunca pensé que aguantarías dos penes dentro tuyo, sinceramente- Bromeo Kuroo, sacándole una buena carcajada a Bokuto y ganándose un buen golpe por parte de Daichi.

-Hm... Deberíamos hacer esto más seguido~- Bokuto se volteó en dirección a los demás.

-Ohoho?- Kuroo se sentó, mirando provocativamente a Bokuto.

-Ohoho~- Bokuto imitó la acción de su amigo.

-C-Creo que no sería mala idea repetir esto...- Daichi no podía estar más rojo. Bokuto y Kuroo lo miraron sorprendidos, para luego sonreírle ampliamente.

Luego de esa extraña escena, cada uno buscó sus respectivas prendas y se vistió. Salieron de la habitación, y como si nada hubiera pasado, cada uno se dirigió con sus respectivos equipos.

Solo ellos sabían lo que pasó y lo que pasará. Solo ellos sabían del pedacito de cielo que lograron tocar esa noche, en esa habitación.