Te empecé a ver de otra manera!

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He aprendido que en la vida la mayoría de las personas vive de apariencias y que solamente cada persona sabe cuán feliz es cuando está en su lugar personal, ese lugar privado, una especie de encuentro con uno mismo... Un espacio donde uno puede enfrentarse en un juego de “yo-yo”. Es decir, donde estás tú sólo, con nadie, sólo contigo mismo.

Yo lo sé, porque lo viví y fue ahí cuando aprendí a valorarme y entender que podía estar sola. 

Pero luego de mucho tiempo estuve pensando y no me atrevía aceptar que me gustaba su compañía, que me moría de los celos decirle que podía mirar a otras porque ahí ya quería que me viera a mí distinto, tenía miedo porque sabia que era su amiga y me carcomí todos esos pensamientos para poder seguir con su amistad.

Me la pasaba diciendo que no quería estar con alguien porque estaba cómoda en mi soledad y además, era harto que intentarán conocerme cuando es lo más difícil, cuando ni yo me conozco casi.

Uno al principio con un desconocido quiere parecer la chica perfecta, interesante e inteligente para poder llegar a una próxima cita y le preguntas a tus amigas que colocarte, cómo se te ve y cómo hablar. A lo que yo llamo la “lista de requisitos”, esos que uno va construyendo para conquistar a un hombre que puede o no prestarnos atención y que sin uno darse cuenta está actuando siguiendo una línea para agradarle a alguien, eso termina gustándonos. Ahora me pregunto: ¿Es en serio? Con mi mejor amigo, nunca tuve que preocuparme porque me viera en pijama, sin maquillaje, en últimas palabras, en las peores fachas.

Y es cuando me di cuenta que sólo con él era quién yo realmente era. Ya me había visto desarreglada, llorando, riéndome, tragando, loca, mordiéndome los dedos, tomando fotos, y no terminaría nunca de las formas que me ha podido ver. Siempre estuvo ahí, mi confidente..

Quién ahora es mi presente.

Nunca tuve la intención de arreglarme para él, era por mí y estuviera enferma o demacrada, él era el único que sabía que decirme, cuándo y cómo.

Me acostumbré a eso, me empecé a sentir cómoda y tranquila con alguien, ¿cómo carajos no me iba a empezar a gustar? ¿Cómo no querer estar a su lado?

La primera vez que tuvimos nuestro "primer contacto" ese acercamiento donde dudé durante un segundo si darle un beso o no fue cuando todo en mí cambió. Al comienzo estaba triste de tener sentimientos hacia alguien que era mi amigo y para él yo era su amiga. No sabía si reírme de mí misma, salir huyendo o confesarlo todo. Sabia que al lanzarme tendría dos opciones: cagar la amistad y salir rechazada o cambiar la historia y estar con mi mejor amigo.

Adbreviacion De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora