primera y única parte.

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La castaña estaba frente a su ordenador, leyendo. Había terminado de comer hace unas horas y, después de hacer toda su rutina nocturna, se había acostado junto con la computadora, su celular y auriculares. Toda su familia dormía, posiblemente por ser las dos de la madrugada.

-"hey bebé, ¿duermes?"

Leyó en su Whatsapp, sonriendo como estúpida. Su novia, Perrie, le había escrito. La diferencia horaria que llevaban era muy notable, pero ambas fingían que no existía.

-"no Pezz, sigo aquí:)"

Tecleó y envió, antes de apagar su ordenador y dejarlo a un lado. Se acostó correctamente, tapándose con cobertores y su pequeña frazada hecha por su abuela.

-"creí que dormías, deben ser como las tres ahí):"

Otra vez la pequeña rubia, sacándole una mueca. Es cierto, era tarde, y para Perrie, sólo debían ser las once de la noche.

-"son las dos y algo, pero no importa, no tengo sueño, amor!"

-"ah no? Deberías descansar, lo sabes"

Ella siempre la cuidaba, y la castaña amaba eso. Perrie la había conquistado desde el primer momento, pero había un problema: vivían en diferentes países. Eran novias pero a la distancia, y no sabían si algún día iban a conocerse.

-"sólo unos minutos más, Pezzi, te lo prometo :c"
-"me encantaría ver tu pequeño pucherito en vivo, nena."

Y de nuevo, la había hecho sonrojar. Era asombroso los poderes que tenían una sobre la otra, y a la vez asustaban.

-"no podemos, todos duermen 😭"
-"entonces una foto, cariño 😉"
-"*jadey envió una foto* ahí tienes tu pucherito, Edwards."

Pero lo cierto es, que no era una foto de su rostro.
En la foto se mostraba un poco de su escote, y su mano, mostrándole el dedo corazón. Reía por su travesura, hasta leer la respuesta de su novia.

-"¿conque de traviesa, eh? Sería una lástima que te castigue. O que haga que te castigaran de por vida.:)"

No tuvo tiempo de reaccionar porque el celular comenzó a sonar. El volumen estaba alto, y Jade no tuvo mejor idea que meterlo bajo las almohadas. El ruido no cesaba, por lo que cortó la llamada entrante.

-"¿QUÉ HACES? ¿ESTÁS LOCA? 😡😡😡😡😡"
-"te lo advertí 😉"

Ese fue el último mensaje que recibió antes de ignorarla. La había hecho enojar y no sabía cómo reaccionar. Por supuesto, no iba a contestarle. ¿quién se creía? Bien, era su chica, pero ¿hacer eso? Dios, estába loca. El celular volvió a sonar, pero esta vez era un mensaje.

-"me caga que estés lejos, Thirlwall. Quiero besarte, o abrazarte, pelearte, pero no. ¡estás jodidamente lejos de mi, y te odio por eso! Y a la vez te amo, pero, ¿por qué tenías que vivir hasta en la otra punta, eh?"

-"no lo sé Pezz, pero quiero lo mismo. ¿crees que algún día, podremos estar juntas?"

Y esa era la pregunta que se hacía todo el tiempo.

"Si, yo creo que si. O eso espero.... Bebé, tengo sueño):"

Soltó una risita por el mensaje de la rubia, negando luego. Sus ojos pesaban, pero intentaba no dormirse. Al parecer, ambas dormirían.

-"entonces vamos a dormir, también tengo sueño, Bubba 😓. Descansá, te amo, idiota"

Esperó su respuesta, pero sus ojos se cerraron. Debió dormirse, aunque un mensaje nuevo la despertó.

-"lo siento, me había dormido. Descansá, Baba, te amo más"

Leyó, para después dejar el celular a un lado y volver a dormir, pero ésta vez, con una sonrisa en la cara.
Cada mensaje y horas hablando con su rara Perrie Edwards era valiosa, y Jade Thirlwall estaba encantada. Haría todo por esa relación. La amaba. Y por amor, se hacen locuras.
Era joven y aprovecharía su juventud al máximo. Sin importarle nada. Sólo ser feliz.

Distance.  Jerrie T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora