Source of Temptations

My Lion

Si pudiera describir la universidad en una palabra sería : AGOTADORA.  No había manera que mi carrera soñada se transformara en una pesadilla continúa, con 5 horas seguidas y un pequeño descanso para luego otras 3 horas de clase me sentía como un zombie. No habían pasado las dos primeras horas y ya quería tirarme por la mirada, tenía la intención de salir y fingir un desmayo y huir, huir tan rápido como pudiera.  Con esa idea en mente me levanté de mi asiento y salí del salón esperando que nadie me notara, me mire en el espejo del baño que de milagro no olía como un basurero, no me sorprendió mi cara de zombie así me sentía, pero si me sorprendió el ver mi cabello bien organizado y solo con algunos mechones revueltos. 

Al salir del baño miré la puerta con algo de desconsuelo, no quería entrar aún, no quería entrar en absoluto.  Sabiendo que tenía que entrar seguí caminando hasta llegar al otro lado del pasillo, me detuve frente a la pared y luego me dio vuelta.  Sí, estaba perdiendo tiempo, matandolo lentamente hasta que fuera suficiente. Me quedé viendo el hermoso paisaje que se veía desde el quinto piso del edificio, me había perdido en el vacío, en el pensamiento de mi vida y no era muy interesante. Después de darme cuenta de que era momento de volver me di cuenta que no era la única apoyada en la baranda mirando al vacío, con mucha cautela y algo de curiosidad miré a mi lado.  Bien, ahora si estaba loca, podía jurar que el chico a mi lado era el ser más malditamente sexy que había visto en este agujero que llamábamos universidad.

Creo que queda claro que no había nada bueno o... Aceptable en la universidad, así que simplemente entre en nerviosismo e incomodidad.  El chico no hablaba, ni alejaba la mirada del paisaje, yo en cambio había pasado de mirar disimuladamente a mirarlo fijamente y casi, casi con la boca abierta.  No podía evitar fijarme en él, en la fina línea de su mandíbula, sus pestañas oscuras, el cabello negro y algo ondulado que de alguna forma se levantaba en los lados y caía en su frente, la línea de sus labios que permanecían inertes. 

- ¿Qué estas buscando? - la voz más chillona que existe rompió el silencio.
-¿Qué? - mi pregunta no fue más que un suspiro de tres segundos.

El chico se dio vuelta quedando frente a mí, los ojos claros y azules, los labios color durazno y la poca distancia me quitaron el aliento. 
No dijo nada, solo me observó durante unos segundos.

- ¿qué estás buscando? -  la tipa de la voz volvió a preguntar.

- Lo que nunca has buscado -  la voz más sexy y tosca se liberó de sus labios.

-¿Qué? -  la chica reaccionó confundida.

Sin decir más se acercó, un beso en mi mejilla y se alejó. Cada paso hacia la chica fue una oportunidad para verlo, admirarlo sería mejor.  Piernas largas que lo hacían unos centímetros más alto que yo, los hombros anchos y la melena oscura y por qué no, el redondo trasero que marcaba el jean. 

-¡Venecia! -  gritaron desde lejos.

Voltee a mirar y Ruby estaba agitando sus brazos y mirándome. 

-¡mierda! - recordé que estaba en clase y que seguro había pasado mucho, mucho tiempo.

Corrí hasta ella y entramos riendo al salón. 

No presté ni un poco de atención a la clase durante los primeros minutos, podía recordar la sensación de su beso. Tierno e inexplicable beso a una extraña en una situación extraña. Después de pensarlo y de decirme que era innecesario seguir pensando en eso me mantuve enfocada en clase hasta que ésta terminó. 

Salimos charlando y con hambre, las cinco horas fueron un asco, lento y tortuoso. Nos acercamos a la pequeña tienda y compre un paquete de deliciosas papitas , unos cuantos pasos y... Si, él, allí, con la mirada más intensa y penetrante, acercándose poco a poco y manteniendo esa actitud de chico malo que le lucia muy bien.

-Hola-

Esa voz!  Dios!  Esa voz! Y esa mirada de "voy a follarte".

-Venecia -  Ruby me empujó levemente. - contesta -

-Hola... -  respondí.

-¿Venecia?- me inspeccionó con la mirada, de pies a cabeza.

Asentí. 

-Un placer -

De nuevo, un beso en la mejilla.  Un beso sin permiso, sin aviso y espero, espero que con mucha intensión. 

-¿te vas? - preguntó.

Volví a asentir.

-¿y si te quedas haciéndome compañía? -  sonrió de medio lado - ¿puedes? -

- Tu novia -  fue lo primero que pensé y lo primero que salió de mi boca.

-No es mi novia y no estará -

No alejó su mirada de la mía, esa mirada que adoraría tener conmigo siempre. 

-Un rato, nada más- estaba al borde de la locura, pero la idea de conocer a alguien nuevo no hacía daño.  ¿no?

-Tiempo suficiente-

Se alejó hacia la tienda y volvió en poco tiempo, aunque el suficiente como para que Ruby me diera una charla/regaño sobre por qué NO quedarse con extraños y que NO hacer con ellos.

-¿Nos acompañaras? - Le preguntó a Ruby mientras llevaba una papita a su perfecta boca.
Ruby negó con la cabeza, me dio un beso, un abrazo y huyó.  Sí, huyó, después de esa charla huyó.  Mientras la veía irse el chico, del que aún no tenía nombre, me tomó de la mano y me llevó con él.

-¿ a dónde vamos? -

- A donde podamos hablar -

¿Hablar?¿Yo quería hablar?  O...  Sí, para que negarlo, él estaba bueno y yo... Yo no me iba a negar a una posibilidad.
Un par de pisos mas más abajo y huir hacia el final del pasillo y por fin nos detuvimos.

Me miró por un segundo, miró a su alrededor y bum! El beso más malditamente sexy que me hayan dado, sus labios suaves rozaron con los míos, sus manos fueron a mi cintura y la sensación de calor de su cuerpo me absorbió por completo. Su lengua se deslizó por mi labio inferior y abrí mi boca para recibir el roce de su lengua y la mía. 
...  Eterno, me pareció un beso dulce y eterno. No quería que terminara pero el aire faltaba y él lo sabía, bajo la intensidad lentamente hasta separar nuestros labios. 

Sonrió - Perfecta- susurró.  Me dio un tierno beso y luego se sentó. 
Me quedé de pie pérdida en las sensaciones hasta que me halo hacia el suelo, quedé sentada sobre él.  Intenté ponerme de pie y sentarme a su lado, pero no me lo permitió.

-León-

Incliné un poco la cabeza. - ¿Qué?-

-Mi nombre es León-