Danger

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Si León no hubiese desaparecido después de pasar media hora hablando todo hubiese sido... Perfecto...

Pero no, ya había pasado casi un mes y León no aparecía, nadie aparte de Ruby parecía haberlo visto e increíblemente nadie lo recordaba o recordaba haberme visto con él.
En mi mente el hecho se había vuelto algo de una vez en la vida, algo que pasa por orden del destino y que no volvería a pasar. Ruby insistía en que era algo raro y que no debería dejar que pasara de nuevo.

Era un día único, varios profesores habían faltado y por lo tanto cancelaron las últimas clases del día. Estábamos saliendo de la universidad, varios autos estaban estacionados en la entrada, enormes autos en realidad y ninguno tenía placas; se veía el nerviosismo y la curiosidad en la gente, incluso una sensación de nerviosismo me golpeó al verlos. Pasamos junto al primer auto, las ventanas polarizadas no dejaban ver nada hacia el interior, mientras pasábamos por el segundo auto un espejismo hizo que Ruby se detuviera.

-¡¿León?! - Ruby exclamó
-No voy a caer en eso de nuevo - comenté.
Ya me había jugado la misma broma varias veces y como tonta había caído.
-Es en serio, mira - Ruby me tomo del brazo y me obligó a mirar.
-¡¿Qué?! - grité algo enojada.

Y allí estaba, León, no en la mejor manera, pero estaba él. Dejando de lado el shock de verlo, él estaba siendo... ¿capturado? Dos tipos lo tenían de los brazos, lo halaban hacia el tercer auto.

-¡Ey!- grité y sin pensarlo me lancé hacia él.

Su labio estaba roto, unas cuantas líneas de sangre se dibujaban hasta su mandíbula hacia el cuello. En su ceja se dibujaba otra línea de sangre y su maravilloso cabello estaba desordenado y enredado.

-¡No te metas mocosa!- uno de los hombres me gritó.
-¡¿Qué le están haciendo?! - Grité
Una mano me detuvo a pocos pasos de llegar a León.

No fueron más de dos segundos en los que los ojos de León se fijaron en los míos, en que ese oscuro tono me envolvió por completo, en que esa mirada y una sutil sonrisa de medio lado me dejaron inmóvil y al mismo tiempo me encendieron.

-¡Que te alejes mocosa! - uno de los hombres me empujó, no caí pero perdí el equilibrio por unos segundos.

-¡NO LA TOQUES! - León gritó y le dio un golpe en el estómago al hombre.

Una grosería y un golpe en la cara a León.

-¡Déjalo cobarde! - Grité.

No sabía de donde salió tanto valor, pero ahora estaba en medio de algo que no entendía, sin refuerzos y enfrentándome a algo desconocido... Por él. Esto era una completa locura.

Sin miedo me acerqué al hombre y lo tome del brazo, enterre mis uñas en su piel y hale. Un grito de dolor fue emitido por el hombre, al menos había logrado que lo sintiera. Seguí con mis intentos para que soltara a León, una vez tras otra mis uñas se hundían en la piel del hombre. Finalmente soltó el brazo de León dándole la oportunidad de golpear al otro y liberarse por completo.

Escuchaba los gritos alrededor, Ruby y otras personas nos rodeaban. El hombre estaba a pocos centímetros de mi listo para golpearme. Esperaba un golpe o quedar noqueada sin notarlo. Pero no, León lo detuvo desde atrás, me alejé lo suficiente como para ver a León noquearlo después de varios golpes.

Sentía la adrenalina viajar por mis venas, mi respiración acelerada y una inmensa sensación de que necesitaba algo... Que faltaba algo.

-¿Estás bien? - León se acercó, sus manos sobre mis hombros me trajo a la realidad de sus ojos. - ¿Estás bien?-

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⏰ Última actualización: Mar 18, 2018 ⏰

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