Una noche, dos pequeños niños, uno castaño con ojos azules de 10 años llamado Louis y otro rubio igual de ojos azules de 9 años llamado Niall, jugaban alegremente vídeo juegos en la casa del mayor.
Louis se estaba aburriendo un poco y se acordó del juego anotado en el techo, eso lo había asustado, debido a que el techo de su habitación estaba limpio, sin palabras.
Ese día le contó a su mamá lo que había pasado, ella fue a revisar, pero no había nada, el pequeño castaño estaba muy extrañado, le dijo a su mama que no era broma pero esta no le creyó.
Tiempo después, hallaba más cosas escritas en sus paredes, decidió no decir nada, pero le aterraba demasiado. Lo único que entendía de estas era su nombre. En todos lados. Lo demás eran garabatos o dibujos extraños.
"Juguemos al Tic Tac". Dejo el control del vídeo juego a un lado y miro curioso a su mejor amigo esperando su respuesta.
"¿Tic Tac? ¿Cómo se juega?". Le miro con el ceño fruncido, dejo su control junto al de él mientras apagaba la consola y la televisión. Jamás había escuchado hablar de ese juego.
"Si, es de dos personas que deben estar solos en un lugar". Miro todo su alrededor, estaban solos en la sala de la casa de Louis. Sus padres y los de Niall habían salido. "Yo digo Tic y tú dices Tac. La única regla es no gritar, ¿Listo?" Preguntó antes de iniciar el juego. Lo único que no sabía era que al momento de empezar no podría terminarlo jamás.
"Listo". Asintió seguro el de tez blanca.
"Tic...". Susurro Louis con cuidado mirando a los ojos de su mejor amigo.
"...Tac". Susurro y al igual que él lo miro a los ojos. De pronto las luces se apagaron, no hubo ningún ruido. Hasta el momento en el que Louis hablo.
"Tic...". Las luces se prendieron, ambos se seguían mirándose a los ojos como si estuvieran hipnotizados.
"...Tac". Las luces se apagaron de nuevo. Eran conscientes de lo que sucedía a su alrededor.
"Tic...". No se imaginaba lo que pasaría después de esa noche.
"...Tac". Susurro ronca una tercera voz, ambos se paralizaron y las luces se apagaron. Entraron en pánico, no podían moverse ni gritar, la única regla que no debería ser rota.
"Tic...". Al momento de tener la casa iluminada miro a su alrededor, Niall ya no estaba, él se encontraba solo, pero no sabía que el juego seguía. Estuvo a punto de levantarse cuando sintió un aliento en su oreja. Se tensó y escucho de nuevo la tercera voz. "...Tac".
Estaba a oscuras y entro en pánico, no sabía que estaba ocurriendo, no podía gritar, no le salía la voz para hacerlo. Se levantó e intento buscar la puerta. Tropezaba con todo, era inútil, así que decidió responder.
"Tic". Niall estaba hecho bolita en donde se encontraba anteriormente, lloraba en silencio. Louis rápidamente se acercó a él.
"Niall..." Susurro y lo abrazo, este le correspondió y le abrazo fuerte. "¿Qué ocurrió?"
"El me miraba con sus ojos verdes oscuros" Susurro mientras hipaba un poco. "Era alto, muy alto, sus ojos se volvieron rojos de repente y se reía como loco" Lloro más fuerte.
"¿Q-quien?" Tartamudeo un poco.
"Su nombre es con H, estaban rayadas las paredes con esa letra, al igual que la L. Había un calendario, y una fecha encerrada con rojo. Y..." Susurró con temor. "En el techo estaba tu nombre". Louis padeció tres notos. Eso no era posible.
"Tranquilo, Niall. Ya estás aquí" Susurró mientras este no paraba de llorar.
