Ella lo amaba, ella pensaba y oraba por El todos los días; pero aun así, prefería el silencio, Fue llevando sus días sin la persona que Dios le había presentado para ser feliz, por el simple hecho de no conseguir expresar todo aquello que sentía, todo aquello que Dios había puesto en su corazón.
Él también la amaba y Dios ya le había confirmado ese sentimiento. Aún en su timidez el decidió arriesgarse, pues el Amor vale la pena.
En una noche fría, Él, la encontró frente a la Iglesia, ella parecía estar Ll(orando), y aún inseguro, encontró fuerzas en Dios, fue hasta ella, la miró a sus ojos, y le dijo todo lo que sentía en medio de lágrimas, y el nerviosismo se apoderaba de Él; Ella quedó sin reacción, las lágrimas hablaban por ella, Ella lo abrazó, y después de algunos instantes sin habla, ella encontró en sus ojos, simples palabras, pero las palabras que tanto necesitaba: “Yo te amo”, siempre te amé, sé que Dios nos condujo hasta aquí y que El Planeo todo, a partir de hoy caminaremos juntos hacia el eterno! Y ambos comenzaron a llorar nuevamente, lágrimas de felicidad y de amor…