carta triste de tom para star

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¿Dónde estás? Estoy muy mal. Siento que el pozo profundo y oscuro en el que estoy metido continúa llenándose de agua salada, y presiento que lo hará hasta ahogar cada llama que yo pueda encender para pedir auxilio. Estoy solo aquí; tú sabes cuánto odio no tener compañía, o alguien a quien poder mirar a los ojos y sonreír.

¿Por qué no vienes?

Estás con ese chico de la sudadera roja, ¿No es así?

Estás mirándolo a los ojos y sonriéndole, deleitándolo con tu hermosa risa. ¿No?

Juro que si me dijeras la verdad con respecto a ese chico los pedazos pequeños y filosos que han quedado de mi corazón roto se convertirían en polvo en cuestión de segundos por sólo oir tu hermosa voz confirmar mis miedos.

No soporto ni el pensar en tus manos entrelazándose con otras.

Los conejos no me ayudan a bajar mi ira como lo hacías tú. ¿Qué debo hacer para que regreses? No quiero que nadie más que tú me ayude con mis problemas. No necesito a nadie más que a tí, así que, vuelve y brilla un poco para mí. Incluso por sólo un rato, si así lo quieres, haría lo que sea.

Sé que no quieres verme ni la cara, pero tú siempre ayudas a las personas y eres buena con los que te necesitan. ¿Por qué conmigo no? No me importa cuántos platos rompas, ni cuántos de tus hechizos fallen. Yo quiero que hagas bromas, que me tomes de la mano y me abraces.

Siento odio cada vez que veo los ojos marrones de Marco mirándote fijamente. Lo odio tanto que estaría muy feliz si lograra dejarlo ciego. Y me disculpo si soy agresivo, porque quizás yo tenga problemas para controlar mi enojo, pero juro, te juro por el adorable amor que tuvimos, que jamás sería capaz de utilizar mi ira contigo.

Dulzura, te extraño mucho. Extraño ese sentimiento fuerte y hermoso que sentía en mi estómago cuando corríamos juntos, tomados de las manos. Anhelo el volver a sentir tus manos en mis mejillas y oír tu voz aniñada decirme que me abrigue.

Nunca te hice caso; jamás seguí tus consejos para controlarme.
Nunca quise ponerme la bufanda y ahora el frío viento hace que sienta escalofríos.

Es triste cómo todo lo nuestro terminó. Y, lo repetiré las veces necesarias, odio cuando Marco está junto a tí. Odio ver como te abraza; él no lo hace bien. Él no te mira como yo lo hago.
¿De verdad prefieres soñar con un futuro aburrido y solitario que volver a los viejos y dulces tiempos buenos?

Oh, ¿Te imaginas lo lindo que sería que bailemos juntos?

Que bailemos como deberíamos haberlo hecho esa noche de luna roja. Esa noche de luna roja en la que me dejaste por Marco, cuando bailaste con él nuestra pieza y luego me dejaste solo.

Y quizás esté siendo egoísta. Sé bien que a veces actúo así, pero me es imposible entender que no existo sólo yo en este mundo. Me es difícil asimilar que hay otras personas y que esas personas tienen sentimientos, como yo..., pero tampoco entiendo cómo quieres que comprenda a las demás personas si nunca he interactuado mucho con la gente. Tú fuiste la única con la que compartí una relación fuerte. La única persona a la que le conté varios secretos e inclusive lloriqueé en su hombro.
Esa eres, y serás por siempre, tú.

Lo que más me sorprende es tu actitud; siempre eres optimista, alegre y amigable.
Y..., aunque seas algo torpe, es adorable ver cómo tropiezas. Eres dulce, linda, graciosa...
Para mí eres perfecta.
Tus ojos claros eran el agua fría que calmaba los fuegos internos que sentía cuando no lograba controlarme. Tu hermoso y largo cabello siempre olía a fresas.
De verdad me sentía feliz al oír tu voz llamándome.

Quiero estar contigo ahora mismo y que todo sea como antes.
Star, eras mi pequeña y brillante estrellita en el cielo nublado de mi vida. ¿Por qué te tuviste que esconder detrás de una nube esa noche y terminar desapareciendo, dejándome solo?

Tu brillo es impresionante aún. Me deslumbro, y, lleno de emoción, quiero saltar, correr, y gritar al verte. Quiero expresar todo lo que siento por tí. Sé bien que con sólo una mirada no puedo transmitir nada, pero el decirte cómo me siento es una meta demasiado lejana para mí.
Desde que me dejaste, esa fogata que habías encendido en mi corazón se ha vuelto un incendio colosal que no puedo apagar yo solo.

A veces lloro, pero mi llanto se asemeja a una simple y débil llovizna. Mis lágrimas son pequeñas gotas que jamás lograrán apagar todo el fuego que hace que arder mis sentimientos.
Pienso en tí y siento que mi corazón se rompe, como si se desgarrara de una forma brutal, y un montón de sangre salir de mi pecho, pero no hay nada manchando el piso una vez que abro los ojos.

No sé qué tiene Marco que yo no tenga, quizás él sea súper agradable y alegre, como tú, y la pases mejor con él que con un llorón como yo; quizás te gusten más los chicos lindos y adorables, no sé. Quizás él logre causar en tí esos sentimientos que tú me haces sentir.

Juro que esos destellos que desprendes frente a mis ojos cuando te tengo cerca, o apenas te puedo ver, hacen a mis ojos lagrimear con una facilidad increíble.
Tu recuerdo me duele y me atormenta con su entrañable amor.

Éste demonio miserable ya no merece estar contigo, pues ya está totalmente calncinado en sus abrasadores llantos y gritos de enojo. Sin embargo, tú, como la princesa adorable y radiante que eres, debes dedicarte a brillar en el cielo de alguien que no tenga nubes oscuras en él, para que nada pueda opacarte o molestarte.

Star, ojalá encuentres a alguien más que sea muy feliz al ver tus brillantes ojos.

Ojalá encuentres a alguien que comparta su sonrisa y momentos lindos contigo.

Ojalá nunca vuelvas a encontrar a alguien como yo.

cielo nubladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora