Capítulo II

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– ¡Es una desconocida! – gritaba Chris golpeando el mesón de la cocina.– ¡Tiene medicinas que no usa! – le gritaba Travis – así que las aceptaremos y nos iremos de aquí. Alicia tragó duro, sentada en el sillón, su tobillo estaba mejor pero aún no podía ponerse de pie. Chris salió furioso de la cocina y cruzó la puerta principal lanzándole una mirada asesina a Alicia, quien bajó la mirada inmediatamente.– Deberíamos esperar unos días – dijo Madison en voz baja – hasta que Alicia pueda caminar, entonces nos iremos.– Elyza estableció una zona segura al este de la ciudad – dijo Alicia – estoy segura de que no le importará que vayamos con ella.– No podemos arriesgarnos, Alicia – dijo su madre – no la conocemos.– Me salvó la vida, mamá – aclaró la morena – tiene armas, podemos estar seguros con ella. Travis pareció pensarlo y Madison lo miró sorprendida – ¿en serio? – dijo mirando al hombre a su lado.– Alicia tiene razón – dijo – podemos ir con ella.– Ella también piensa irse – agregó la morena – al menos vayamos juntos, luego decidiremos si nos quedamos con ella o no. Travis asintió.
Un sonido sordo los alertó a todos, mirando por la ventana vieron un pequeño auto envuelto en humo blanco y una rubia que salía enojada. Elyza tosía y se apartaba el humo de la cara, furiosa. Se acercó a la casa y tocó la puerta. Chris salió de la sala refunfuñando palabras ininteligibles y Nick fue a abrir la puerta.– Hola – dijo la rubia con una sonrisa amigable. Nick le sonrió divertido y le indicó que pasara. Alicia la miró sin pestañear mientras la otra chica se deshacía de la chaqueta de cuero, dejándola sobre el mueble. Y separó su vista de los músculos de la rubia, cuando se acercó a preguntarle cómo estaba.– Un poco mejor – le contestó.– Traje varias cajas – le dijo mostrándole el contenido de su koala – las demás medicinas deben ir a buscarlas en algún auto, son cajas grandes – explicó. Travis asintió mientras se sentaba en el sillón frente a las chicas. Madison entró a la cocina a buscar agua.– Gracias – dijo Alicia con una sonrisa tímida tomando una de las pastillas.– Quería asegurarme que estuvieras bien – la rubia puso sus manos sobre la pierna de la morena, palpando el tobillo sin hacer presión, haciendo que Alicia diera un pequeño brinco.– ¿Te duele?Alicia negó. Tomó el agua que le traía su mamá y se tomó la pastilla.– Elyza – Carraspeó Travis. La rubia lo miró.– Alicia nos dijo que tú y tu familia están pensando irse – la rubia asintió – nosotros también nos iremos pronto, una vez que Alicia pueda caminar – Elyza miró a la chica frente a ella y luego miró a Travis sin entender bien.– Queremos saber si podemos ir con ustedes – intervino Alicia.– Sí claro – respondió la rubia con cautela – pero no podemos esperar a que Alicia mejore – Todos en la sala la miraron – los caminantes se están acercando hacia las zonas seguras, los he visto – explicó – algunos supervivientes los han desviado de la ciudad para buscar suministros, si piensan irse, deben hacerlo ya.– ¿Estás segura? – preguntó Madison preocupada. La rubia asintió tomando la mano de Alicia.– ¿Tú cuando pensabas irte? – le preguntó Alicia apretando su mano para enderezarse en el sofá.– Cuando me asegurara de que estuvieras bien – le susurró – he visto varias hordas rondando esta zona, vine a advertirles también – Alicia asintió – me alegra saber que quieren irse conmigo – le dijo con una sonrisa y la morena creyó derretirse.
Madison y Nick apilaban los suministros en cajas y bolsas cercas de la puerta principal, mientras Travis y Chris empezaban a meterlas en las camionetas.– Tengo que buscar un auto para ir a casa – le dijo Elyza.– Podemos llevarte – respondió inmediatamente Alicia. Travis se acercaba a buscar el resto de las cosas y asintió al escuchar.– Gracias – dijo la rubia ayudando a subir las cosas que faltaban.

– Por alguna razón, Alicia confía ciegamente en ti – le dijo Travis apoyándose sobre la camioneta. La rubia lo miró con una sonrisa.– Estaba en problemas – le explicó – no podía dejarla. Travis le sonrió – mi esposa no confía mucho en ti, pero nos conviene estar unidos ahora – la rubia asintió con seriedad.– Chris tampoco – dijo divertida al notar la frialdad con la que el chico se acercaba, montaba una caja y se iba.– Hemos confiado en personas que no debíamos – confesó.– Ayudaré a Alicia a subir al auto – la rubia entró de nuevo a la casa, amarrándose la chaqueta en la cintura – es hora de irnos – anunció.

May we meet again [Lexark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora