Aiden comenzó a reír como loco mientras daba otro paso hacia nosotras. Marcus apretó los puños y Sam también comenzó a reír.
- Sabes lo que eso significa. - Aiden lo miro extrañado. - Que si le pones un solo dedo encima es como si se lo hicieras a Celine, esa chica - Sam señalo a Kate - esta bajo nuestra protección, cualquier rasguño o golpe que tenga te la devolveremos cien veces mas.
Marcus me miro, sabia que lo que pasaba acabaría en una guerra o peor aun en la muerte de uno de nosotros.
- Ella no es tu luna Sam - apreté los puños - tu luna es Celine, Kate no tiene nada que ver con ustedes.
Por un momento intente entender porque todos sabían de mi como podían hablar de mi con tanto conocimiento.
- Quien te dijo que las lunas solo eran escogidas por los lobos, existen alfas capaces de escoger su luna. - Aiden gruño.
Kate parecía estar pasando por un trance ya que no pronunciaba palabra parecía estar muerta.
Marcus miro a Sam preocupado y yo solo pude guardar mas silencio. - No hay vuelta atrás si abres la boca Sam. - este solo me miro.
- Hagamos esto Aiden, Kate debe viajar en unas horas, lo que quiere decir que esta chica se ira por tiempo indefinido pero con la promesa de volver en un año para ser tu luna.
Negué mientras miraba a Sam - como voy a confiar en ti.
- Ella es la hermana de mi luna y soy un alfa mi palabra es ley jamas miento acepta o aquí termina tu vida.
Aiden pareció pensarlo por unos segundos hasta que al fin acepto algo que yo nunca aceptaría.
- Si el trato no se cumple en un año tendrás que darme a tu primera hija. - me señalo a lo que Sam y Marcus lo miraron sorprendidos.
Quede inmóvil al ver la sonrisa que aparecía en su rostro. Era Kate o una hija que aun no existía. Mis ojos recorieron el rostro de los dos chicos que me miraban esperando una respuesta.
Kate seria libre y una vez mi hija haya nacido ellos no permitirían que Aiden tomara control sobre ella.
- Aceptó el trato... - susurré no muy convencida.
Aiden miro a Kate - Espero verte de regreso en un año preciosa no hagas que otros paguen por tu estupides.
Kate asintió por primera vez, al ver a Aiden marcharse la sostuve con fuerza y esta se acerco a mi oído. - Celine tengo miedo.
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Una vez que Kate se durmió salí a la terraza para encontrarme con Sam.
- Un año - susurré mirándolo.
- Vamos no es tan horrible como piensas, en un año tu amada hermana estará de vuelta y todo se solucionara.
- Como estas tan seguro, este no era el trato - grite
Sus manos sujetaron mi cintura con brutalidad, con cuidado quito la bufanda que cubría mi cuello. - espero que lo disfrutaras porque yo no soy como Marcus. - su lengua recogió la mordida de una manera aterradora. - jamas podrás comparar una buena revolcada con Marcus a lo que yo te daré.
Por primera vez mi cuerpo se estremeció ante sus palabras y una sensación de peligro se albergó en mi estomago, Sam no era un monstruo mas, Sam era un alfa territorial algo mucho peor que la mayoría de los monstruos, Sam estaba marcando territorio y no lo haría de la mejor forma.
- No entiendo lo que dices - sus ojos buscaron los mios y una sonrisa cubrió su rostro para luego lamer mis labios, gemí por la sorpresa.
- No eres estúpida Celine sabemos como terminara esto y el amor nunca sobrevive a la guerra.
- Observa a tu alrededor ves a Marcus - negó mientras miraba a nuestro alrededor - el no puede amarte mas de lo que ama tu sangre. Yo, yo no puedo amar lo que me produce asco.Las lágrimas se acumularon en mis ojos y un dolor punzante se albergo en mi corazón, cada palabra que decía provocaba una herida.
- Si me odias tanto dejarme ir.
- Nunca he renunciado a lo que por derecho me pertenece y tu no seras la maldita excepción, ya hemos pasado por esto antes pequeña y dime crees que a tenido excitó. Marcus desangre todo lo que ama y yo simplemente lo hago cenizas no tienes oportunidad de salir con vida de todo esto y si lo consigues siempre perderás algo en el proceso, porque eso es lo que somos, es lo que hacemos.
Asentí mientras me acercaba mas a su rostro. - puedes quitarme todo lo que quieras Sam, yo no estoy aquí para darte ordenes, estoy aquí porque mi hermana tiene que ver a mis padres en unas horas cuando eso suceda puedes hacer lo que quieras conmigo.
Sus dedos recorrieron mi vientre - esto es lo único que quiero, dame un hijo y te juro que seras libre de mi.
- Darte un hijo, crees que eso me dará libertad, jamás dejaría que un hijo mio sufra algo que pude haber impedido.
Su frente viajo a la mía mientras me respiraba - como crees que me sentí mientras te revolcabas con Marcus. - cerré con fuerza los ojos - te lo mostrare.
Abrí los ojos cuando Sam mordió mi labio, sus ojos se tornaron de un amarillo profundo y por primera vez vi la clase de monstruo que era. Sus uñas se introdujeron a través de mi piel y la sangre comenzó a manchar nuestra ropa su cuerpo pegado al mio me producía un cosquilleo extraño.
Jamas había sentido nada parecido a eso. Sus garras rasparon mi espalda mientras un grito se ahogaba en mi interior pues de que servía gritar.
Sentí dolor y un placer jamas imaginado cuando sus dedos recorrieron cada rasguño y herida provocada por el. Sus dedos dibujaban a la perfección cada cortada. Con cuidado subió mi camisa para ver las heridas de mi cintura, quede inmóvil cuando sentí sus labios succionando la sangre que salia.
Lo mire algo atontada y este se acerco a mis labios para besarme de una manera posesiva. El sabor metálico de sus labios me provoco una sensación de miedo.
- Crees que esto es aterrador - susurro en mis labios mientras yo me dejaba llevar por su aliento a menta y sangre - sera mucho peor cuando seas mi esposa.
- Me vas a torturar de una manera peor - negó mientras me tomaba por el mentón con coraje.
- Te voy hacer mía de la manera mas horrible que puedas imaginar y luego me dirás lo que se siente amar a un Alfa.
Viendo en la manera que mi cuerpo temblaba supuse que el tratado estaba roto podía sentir algo tan complicado por dos seres tan diferentes entre si.
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Les Pertenezco
VampireMarcus se obsesiono con su sangre... Sam solo quería lo que por derecho era suyo ... No siempre el amor ata a las personas también el odio y el rencor lo hacen. Tenia en mi cuello la marca de aquella criatura siniestra y malvada, en mi costilla...