Historia 1

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1.- Los ojos de la luna llena

En el extraño pueblo de Ratchell habían ciertos mitos que confundían a las personas que vivían allí, pero ¿quien crearía lo que dicen los ancianos? Muchos los tomaban a broma o simplemente lo ignoraban ya que tenían miedo de que las historias contadas se hagan realidad. Pero los que no tenían miedo y se reunían para escuchar las historias contadas por los ancianos eran los niños. Todos ellos corrían al salir al colegio para poder escuchar un fragmento de la historia, a ellos les interesaba mucho, cada minuto que sus mamas le dejaban libres ellos corrían al asilo y se sentaban alrededor de Jack, el anciano que contaba las historias, imaginaban ser como esos hombres que según ellos eran unos héroes, pero solo una niña de ese pequeño pueblo no se interesaba en escuchar las historias. Itzar Velmont, ella era una niña de 14 años con características que a muchos les resulta extrañamente perturbador, ya que ella poseía unos ojos celestes claros, podías ver la luna llena atrás vez de esos ojos grandes adornados de unas pestañas largas y negras, su cabello negro caía hasta sus caderas, le gustaba utilizar vestidos de color pastel. Para ella los sobrenatural solo existían en las películas como crepúsculo y en los libros.

Un día Itzar salio de su casa muy temprano, tenía que ir a pescar al pequeño lago, ella salio de su casa y se dirigió a la casa del Señor Pablo para pedir prestado su caña de pescar. El señor Pablo se lo prestó amablemente, pero al salir de su casa se encontró con Adam, el nieto del señor Pablo, Adam acostumbraba a burlarse de ella por ser la única que no le gustaba las historias que contaban los ancianos, pero ella solo le contestó lo de siempre "tengo cosas mas importantes como para soñar con algo que nunca existirá" y siguió caminando hacia el lago. Después de una hora, logro pescar 10 peces, comenzó a caminar para salir de ese bosque que le causaba cierta molestia por no decir miedo. Ella miraba distraídamente las ramas de los árboles que se encontraban muy altas, en un descuido tropezó con una rama y cayo al suelo golpeándose la cabeza, trató de levantarse pero su vista borrosa y su falta de fuerza la obligaron a no moverse, Itzar escuchó unos ruidos cerca pero no se movió de su sitio, cerro los ojos y contuvo la respiración tratando de parecer muerta, lo único sintió fue una lengua lamer su pierna.
Itzar abrió los ojos cuando todo se volvió silencioso, miró a los lados asustada y se levanto, miró su pierna pero no encontró nada mas que una pequeña cicatriz, no le tomo importancia y tomo sus cosas y salio rápidamente de ese bosque.

Al llegar a casa su madre le pregunto que había sucedido pero ella solo le dijo que se había caído en el bosque, si madre le regaño y ella solo agachó la mirada, al terminar de regañarla su madre le ordenó que se alistara para ir a la casa del alcalde Bennett como acostumbraban cada año, su madre sabía que a su hija no le gustaba asistir por eso buscaba cualquier oportunidad para faltar pero esta vez si asistiría. Al ser ya las 8 de la noche, Itzar y si madre caminaban hacia la casa del alcalde Bennett. Itzar veía la emoción de sus compañeros de clase y le daba ganas de salir corriendo ya que le molestaba escuchar esas historias. Una vez que su madre dejo de vigilarla ella salio corriendo hacia su casa, entro y se encerró en su cuarto, suspiro y se dejo caer en si cama, ella pensaba en dormir, pero un ronroneo hizo que sus sentidos se activaran, recorrió con la mirada su habitación pero no vio nada, abrió la puerta de su habitación y vio a un pequeño gato blanco en el pasillo, quiso acercarse pero el gato huyo y salió por la ventana de la cocina, ella salio de la casa y rodeo su casa para ver al gato correr hacia el bosque, ella no podía dejar que ese gato entrara en ese bosque. Se adentro al bosque tratando de ver al gato, busco por unos minutos y al fin lo vio, corrió para agarrarlo pero un gruñido la detuvo, un susurro cerca de ella hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo, su corazón parecía querer salirse de su pecho al repetir lo que había escuchado "me perteneces".

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Itzar Velmont en multimedia

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