Ya estaban por comenzar su cuarto año de estudio en Hogwarts, y Scorpius Malfoy se despedía de su padre una vez más desde el andén. Dirigió una discreta mirada hacia su izquierda, donde una pelirroja intentaba cargar sus maletas con ayuda de su papá. El corazón lentamente se le derretía. Sin pensarlo más, subió rápidamente al tren y se sentó en un compartimento vacío para esperar a su único y mejor amigo; Albus Severus Potter, que apareció un par de minutos después, mientras venía discutiendo con su hermana menor Lily.
—¡Cállate, Al! —Le decía la pelirroja.
—¿Qué? ¿Me dirás que no es cierto? —Dijo Albus, sonriendo burlonamente—¿No es así, Scor?
—¿Qué cosa? —Preguntó el rubio.
—¡Lily gusta de los gemelos Scamander!
La muchacha golpeó a su hermano en el hombro y salió hacia otro compartimento, furiosa.
—Es una tonta—Dijo Albus mientras se sentaba en frente de Scorpius—¿Qué tal, Scor?
—Bien, aquí... Sentado.
De repente, una muchacha con melena rojiza cruzó por delante de su puerta, arrastrando una mochila.
—Rose—Dijo Malfoy, casi en un susurro. Albus lo miró.
—¿Todavía piensas en ella?
El rubio se dirigió a su amigo, volviendo a cobrar conciencia.
—Nunca dejé de hacerlo.
Potter resopló.
—Deberías olvidarla, amigo. Rose es algo... Complicada—Dijo—Por si te olvidaste de que nos odia.
—A ti no te odia, eres su primo.
—Pero detesta que yo sea un Slytherin. Creo que piensa que tengo un corazón malvado o no sé. Está loca—Exclamó—Pero también yo debo verla en todas las navidades o fiestas que realizan mis papás o mis tíos, Ron y Hermione.
—Pues me gustaría salir con ella.
El pelinegro puso sus ojos en blanco y abrió una barra de chocolate de Honeydukes en silencio. El tiempo restante antes de llegar al colegio se pusieron a hablar de las vacaciones, aunque Scorpius había visto a su amigo en Navidad. El camino no resultó demasiado tedioso, ya que el rubio y el ojiverde podían pasarse horas hablando sin aburrirse, bromeando a toda costa y riéndose de los profesores o alguna que otra tontería. Scorpius agradecía mucho tener a Albus como amigo, no porque fuera el mismísimo hijo de Harry Potter, sino porque era un compañero de verdad. No como los demás, que solo lo criticaban por rumores estúpidos e inciertos.
Al llegar al Gran Comedor, los dos Slytherin se dirigieron a su mesa. Pero en el camino, Scorpius se topó con su tan amada pelirroja.
—¡Hey! —Exclamó con voz nerviosa—¿Qué tal, Rose?
La muchacha mantenía una mirada seria y amenazante.
—Quítate de mi camino, Malfoy.
—Vamos... ¿Por qué siempre me tratas así? No me digas que tú también crees esos estúpidos rumores de que soy el hijo de Voldemort...
La pelirroja se detuvo y lo miró fijamente.
—No. No los creo. Pero tampoco tengo interés en mantener una amistad contigo, así que déjame en paz.
Y, dicho esto, caminó directamente hacia la mesa de Gryffindor. Scorpius volvió con su amigo, que lo miraba como diciendo "Lo siento, pero ella es así".
—Sigo sin entender por qué me odia—Resopló al sentarse.
El discurso que dio la directora McGonagall fue inspirador, como el de todos los años. Los niños de primero pasaron a sentarse frente al Sombrero Seleccionador y, después de la ceremonia, las largas mesas de madera se llenaron de deliciosa y reluciente comida. Pollo asado, tarta de melaza, tiras de carne de cerdo y las botellas de jugo de calabaza más exquisitas reposaban de punta a punta, entre otros alimentos más. Esas cenas eran, sin duda, una de las mejores cosas de Hogwarts.
Después de eso, todos se dirigieron hacia su Sala Común; por lo que Scorpius y Albus caminaron entre los demás Slytherins hacia las mazmorras, donde los esperaba una caliente y reconfortante cama.
Al día siguiente, prácticamente corrieron hacia el aula de Historia de la Magia, ya que se les había hecho muy tarde.
—Debería ser un crimen tener esta materia un lunes por la mañana—Dijo Scorpius mientras entraban. El profesor Binns los hizo sentar y guardar silencio.
Y así transcurrió el primer día, ordinariamente normal hasta que...
—Rose—Dijo el rubio al ver a la muchacha caminando por uno de los corredores con un aparato en la mano.
—Ya déjala... Debe de estar yendo a la biblioteca.
Pero ya era demasiado tarde, Malfoy estaba corriendo hacia ella. La pelirroja dio un respingo cuando vio al rubio parado al lado de ella, de manera que lo que traía en brazos cayó al suelo y volaron algunas partes.
—Pero ¡¿qué haces?! —Exclamó.
—¡Lo siento! No quería asustarte... Yo solo...
—Vete—Ordenó con voz cortante.
—No, yo puedo arreglarlo... ¿Qué es esto?
—No te importa. Y te he dicho que te vayas.
Pero Scorpius tomó el artefacto con sus manos y lo revisó cuidadosamente, recolectando las piezas desparramadas.
—¿Es una radio?
La pelirroja no contestó. Malfoy comenzó a unir cuidadosamente las partes de plástico que se habían salido, Rose hizo lo mismo y, accidentalmente, sus manos se rozaron. El notorio escalofrío les recorrió a ambos. Rose intentó decir algo, pero no le salieron las palabras hasta casi un minuto después, donde la respiración se le había vuelto más densa.
—Ya déjalo—Le dijo la chica.
—No, espera, solo...—Pero su comentario fue interrumpido por una canción, proveniente de la radio.
Say something, i'm giving up on you...
—Creo que ya funciona—Dijo el rubio, con media sonrisa.
Ambos se quedaron callados, esperando no escuchar ninguna interferencia.
I'll be the one, if you want me to...
Rose levantó cuidadosamente la mirada y ambos ojos se cruzaron, de una manera que no había ocurrido nunca antes. Los ojos platinados de él y los ojos azulados de ella, ambos heredados de sus padres, formaron una instantánea conexión, que solo duró unos segundos. Parecía como si por un instante todos hubiesen desaparecido por completo.
Anywhere I would've followed you...
—No sabía que te gustaba la música muggle—Dijo Scorpius.
Las mejillas de Rose se estaban tornando algo más rojizas de lo normal, lo cual era verdaderamente un espectáculo para Malfoy, amaba ver lo que le causaba y notar que sus pecas se remarcaban más en su suave rostro. Ansiaba poder acariciarlo.
—La escuché en mi casa... Y eso a ti no te importa—Dijo la muchacha, incorporándose rápidamente y tomando su radio.
Say something, I'm giving up on you...
—Adiós—Le dijo el rubio, haciéndole un gesto con la mano.
Y, acto seguido, la pelirroja desapareció rápidamente entre los demás alumnos, tal vez porque estaba llegando tarde a una clase, o porque intentaba ocultar su rubor. El que él le había causado.
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HEREDEROS ♥ [Scorpius & Rose]
FanfictionLa segunda generación transcurre, y los hijos de Harry, Ginny, Ron, Hermione y Draco han sido aceptados en Hogwarts. Pero... ¿Qué pasaría si el marginado hijo de Malfoy se enamorase perdidamente de Rose Weasley? ¿Su historia sería factible o remotam...