Enfermo

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Freddy estaba bajo sus cobijas fingiendo estar enfermo. No dejaría que Fred con su instinto competitivo saliera.

—Esto es aburrido— dijo Freddy cansado. Fred bufo molesto.

Pero no me dejas salir, prefieres quedarte aquídijo Fred. Freddy gruño, esperaba al menos que se quedara callado.

—Eres un...

—¡Freddy!— grito Foxy abriendo la puerta de una patada—. ¡Me di cuenta de que si te necesitamos para la búsqueda de la lámpara!

—¿Que?— preguntó confundido. Chica alejo a Foxy de la puerta y se acerco a Freddy.

—Vi a Golden, se porto muy raro y después se fue, lo vamos a buscar. Pero no estoy segura de que Foxy este... Ammm— miro al pelirrojo que peleaba con un plato de sopa que estaba en la cama de Bonnie—. En sus cinco sentidos.

—Pues me siento mejor, los ayudó... Pero que Foxy deje de pelear con la sopa— Chica río y alejo el plato del pelirrojo. Freddy se puso su chaleco y salió junto a sus amigos.

—¡A la carga mis valientes!— grito Foxy corriendo. Los chicos lo imitaron dirigiéndose al bosque.

A lo lejos, una voz era cayada.

—Odio cuando estos chicos se ponen sentimentales— dijo Tad levantando el rostro con moretones de Golden para que la mirara—. Vigilalo, iré a hablar con Morado sobre esto.

—Claro— dijo el hombre con quien hablaba Tad. Ella se fue dejando al chico y al hombre solos—. Das pelea ¿He?

—Solo quiero largarme de aquí— dijo el empezando a perder emoción en la voz. Un hilo de sangre bajaba por su labio mientras hablaba.

—Ya lo se, pero yo quiero dinero así que callate cinco minutos— Golden estaba por reprochar, pero sus ojos se volvieron un poco más grises y unas espirales blancas aparecieron en ellos—. Al fin.

Dejo de hablar solo mirando a la nada mientras el tipo se reía de él en su cara.

Golden seguía ahí. Pero su cuerpo no respondería.

Las pequeñas lágrimas que ahora salían de los ojos de Golden eran la única señal de que estaba ahí, de que no estaba perdido, de que Finn seguía siendo aquel niño que había escapado de casa mientras llovía, aquel que se enamoro de la dulce niña que evito que siguiera mojándose.

No dejaría de llorar si eso significaba no perderse a si mismo.

Quería gritar y correr con sus amigos, pelear con Foxy, escuchar a Bonnie tocar la guitarra, ver como Freddy decía cosas sin sentido cuando estaba solo, ver a su hermosa Chica y decirle cuanto la amaba.

Pero simplemente, no lo haría. Se había resignado a ser controlado de todas las formas posibles, aun así, de alguna manera, esperaba encontrarlos.

—Foxy... Este lugar me da miedo— escuchó una suave voz hablar con temor.

¡Chica!

—Mierda— gruño por lo bajo el tipo—. Levantate, nos vamos.

Obedeció sin dejar de llorar. Ambos se alejaron a paso rápido, dejando atrás al grupo de chicos que lo buscaba.

—No temas mi vigía— dijo Foxy cargando su espada—. ¡Yo te protegeré!

—Este ya esta loco

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