Ya han terminado las clases. Gracias a mi querido "ladrón de Oreos" he tenido que comprarme unas patatas fritas en la máquina, ya que mis amigas no llevaban nada que pudieran compartir. De verdad, este chaval me ha puesto de muy mala leche.
Toda la vuelta a mi casa la paso dándole vueltas a quien podria ser. Un nombre que empieze por B. Bruno, Brayan, Brian, Brandon, Bruce, Billy, Byron... No se me ocurren más. La cosa es que hay varios de cada en el instituto, obviando que no sea un pseudónimo.
-¿Me estas escuchando April?
-Uh, ehh, ¿puedes repetirlo Liz?
-¿Sigues dandole vueltas al chico del almuerzo? Habrá sido cualquier gracioso, no lo pienses más.
-Está bien...
Al llegar, entro a mi casa mientras ella sigue su camino unas calles más arriba.
Tiro la mochila a un lado y voy a ver si mi madre ha hecho la compra.
Efectivamente. Hay dos cajas de Oreos. Cojo un paquete y lo meto al bolsillo pequeño de la mochila.
-Ja, ahora que me digan que me lo olvidé...
ESTÁS LEYENDO
¡Devuélveme mis Oreos idiota!
Short StoryApril es una chica sencilla. Tiene buenos amigos, una buena familia y sabe que hacer con su vida. Su destino parece estar hecho. Hasta que su amor por las galletas Oreo le hará meterse en un lío del que quizás no quiera salir.