La vida inmoral de la pareja ideal.

Virginidad.

18 de noviembre de 1998

-¡Vamos al partido de los chicos de la escuela!-dijo Karen acercándose a mi mesa de la biblioteca.
-Tengo tarea- dije sin credibilidad, yo quería ir.
-Por favor vamos- dijo suplicando y no pude evitar decir que si ante sus ojos aceituna.
-De acuerdo- dije levantándome.
-¿A donde vas?- me gritó Lily que llegaba a la mesa con un par de libros.
-Al partido-
-Tenemos examen- sonaba molesta
-No me importa- dije y antes de irme, me tomo la muñeca muy fuerte.
-Estará ahí Matt, ¿cierto?- dijo mirándome fijamente
-No lo sé- dije insegura. Mentí. Sabía que si iría.
Me soltó la mano bruscamente y me miró con odio.
-Vamos ya- Exclamó Karen.

En menos de diez minutos ya estábamos en la cancha de americano de la escuela, al llegar Brad y Matt nos hacía señas unas bancas más arriba. Íbamos subiendo cuando sentí vibrar mi celular, cabe mencionar que pesaba casi igual que un ladrillo. Era un mensaje, era Lily.
"Se tus intenciones, perra. No lo puedo creer, sabias que me gustaba. Púdrete hipócrita"
O le gustaba mucho Matt o esta chica era muy grosera. Traté de no presta mucha atención cuando comenzaron a festejar. El equipo de la escuela iba ganando. No grite. No me pare. No me emocione como todos, como lo hacía siempre, me sentí mal por mi amiga y por lo que me dijo, tal vez tenía razón, pero yo también me sentí atraída por el desde hace más de 3 semanas.

Al término del partido nos fuimos a "Burger Boy" por algo para cenar. La cena llevaba un buen curso y de repente una guapa pelirroja se nos acercó a invitarnos a una fiesta, todos accedimos casi en seguida, en cualquier otro caso no lo hubiera hecho, pero mis papás salieron a un viaje de negocios, confiaban demasiado en mi. Aunque la verdad mi yo de hace un mes no habría ido a la fiesta.

La casa de este chico estaba casi abandonada, dijo que era porque andaban en mudanza sus padres, así que estaba sola.

Eran aproximadamente las 5 de la mañana cuando ya casi no había nadie, y los pocos que quedábamos estábamos muy ebrios. Subí las escaleras sin equilibrio y di con una de las muchas habitaciones vacías, me metí y me siguió Matt, puso el seguro y me acostó en la cama.

Estaba demasiado cerca de mi, mire sus labios eran hermosos, y nos besamos. Por primera vez desde que lo conocí hace 24 días sentí sus labios, esos que despertaron en mi un deseo inmenso e incontrolable.
El beso era lento pero pasional.
Comenzamos a desvestirnos. Yo estaba en top cuando me miro fijamente. Comencé a sentirme mal.
-No, no puedo, no debo- dije desesperada.
-¿Por que? Me gustas demasiado. Te gusto- dijo con tristeza.
-No lo sé- me sincere.
Aunque una parte de mi lo pedía a gritos, sabía que estaba ebria, pero desde que lo vi mi sentido pasional me lo pedía a gritos, era algo que con ninguna otro chico me pasó. Además me sentía segura con el, me sentía querida.
Lo bese de nuevo.
-Soy virgen- dije como excusa.
-Yo te enseño- dijo en un tono de voz sensual.
Nos besamos cada vez más intenso, nos seguimos quitando la ropa hasta que quedamos completamente desnudos. Se posó sobre mi sin poner su peso. Se puso un condón que saco de su billetera y me penetro por completo al principio el dolor era horrible, pero mientras me embestía más todo el dolor se convertía en placer.

Me desperté completamente perdida y con la cabeza adolorida, mire bien a mí alrededor y recordé lo que sucedió, sentí una respiración en mi cuello y el cuerpo pegajoso y aún caliente de Matt.
Lo que había pasado había sido real y había sido completamente hermoso. Lo había disfrutado más de lo que creí que disfrutaría mi primera vez.

No tenían ni un mes de conocerse y ya andaban de loquillos estos muchachos 7u7, les sacaran muchos sentimientos en serio. Me pasó, ahre.
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