Sparkling Eyes

Abandonando

N/A: ¡Feliz año nuevo, guapas! Si la pasaron bien en Noche Vieja, en 2013 en general; les deseo que el 2014 lo superé, y esté lleno de espectativas por cumplir.

Cambiando de tema... Les quiero ofrecer una ENORME disculpa por haberme tardado en actualizar, el bloqueo de autor no es fácil de tratrar :(. Las extrañé, y después de leer sus comentarios con sus bonitas palabras de aliento, me armé de valor, y finalmente pude terminar este nuevo capítulo.

No les quito más tiempo, así que ¡un abrazo a todas!

La peor parte de querer a alguien, es que cuando esa persona no está, de cierta manera la necesitas… Y aunque deseas no necesitar a nadie, porque esto te hace sufrir, es inevitable.

Al menos, eso era lo que Jenna sentía.

Mientras caminaba por la calle, observó el último mensaje que Garrett le había enviado, hace más de una semana. Muchas veces estuvo tentada a escribirle un texto, pero las dudas sobre si él realmente quería hablar con ella, siempre estaban presentes, y fueron incrementando al pasar de los días. También se encontró igual de ansiosa en sus turnos en el café. No poder apartar los ojos de la puerta por mucho tiempo la delataba. Ni él, ni los chicos, se habían dado una vuelta por el local. La sensación de abandono se hacía presente, y ella la odiaba.

Los pocos segundos que le tomó introducir su teléfono celular en el bolso, casi fueron suficientes para causar un accidente por una leve distracción. Si no fuera por el sonido que produce la campana para anunciar la entrada o la salida de un cliente, Jenna no se hubiese detenido, y pudo haber terminado con el rostro estampado contra el cristal de la puerta de Dakota’s cafe.

Observó a la persona quien se detuvo a mitad de la salida, y sus ojos se abrieron como platos, cuando reconoció a su jefe. Dake no sólo no se veía de humor, ¡se veía sumamente enojado! Entornó los ojos sobre ella, pero afortunadamente no dijo nada. En cambió, continuó la marcha hasta el otro lado de la calle, donde su camioneta 4x4 estaba estacionada.

La puerta se cerró por si misma detrás de Jenna, mientras ésta observaba con detenimiento la anomalía en el café. Los clientes estaban cotilleando más de lo normal. Murmuraban entre sí, un tema que al parecer todos conocían menos ella. Siguió con la mirada al lugar donde la muchedumbre observaba recelosa, y descubrió que la zona de trabajo estaba vacía. Le tomó unos segundos captar que eso estaba mal. Algo iba mal. Enseguida se apresuró a acercase hacía los vestidores, donde encontró a Leslie en el marco de la puerta. Pero todo signo de alivio se esfumó, cuando vio su cara de preocupación.

Un nudo se formó en su estomago, en el momento que decidió mirar dentro de la habitación. Encontró una escena bastante emotiva. Summer estaba sentada en el piso, y su rostro estaba depositado entre sus manos, mientras sollozaba. Sarah estaba agachada frente a ella, una mano estaba situada sobre uno de sus temblorosos hombros, y le estaba dedicando unas pocas palabras de consuelo. Cuando se percató de una nueva presencia, Jenna y ella intercambiaron miradas. Lo que rompió el contacto visual, fueron las palabras entrecortadas de Summer.

—Nunca debí aceptarlo… —dijo entre jadeos—. Él estaba comprometido. Fui una estúpida, ¿no es así?

—¡No, preciosa! ¡Claro que no! —respondió Sarah, al unísono que la envolvía en un abrazo—. Tú sólo estabas… Nadie puede culpar a una chica enamorada.

—¡Yo no quiero ser una chica enamorada! —lloriqueó, mostrando su faceta más infantil.

Sarah colocó los ojos en blanco, haciendo relucir su poca paciencia, mientras le daba unas forzadas palmadas en la espalda.