El carrusel

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Era joven cuando paso, pero hay cosas que las veo como si todavía estuvieran pasando.
Fue todo tan rápido que no entendí nada, aun hay cosas que no entiendo.
Pero quisiera narrar esos minutos de mi vida, que según ahora entiendo, fueron los minutos que me salvaron la vida.
Estaba yo, imagínese a un niño de siete años, caminando por la plaza de barrio, mi madre me estaba llevando al carrusel. ella era , ahora esta muerta, periodista de un diario regional. Capaz alguna nota que escribió fue en contra del gobierno militar y eso provoco su turbio desenlace.
Estando a unos diez veinte metros de la entrada al carrusel, mi madre se puso tensa, y aun tengo marcadas sus uñas que se aferraron a mi piel. Me arrastro, casi corriendo por entre los arboles de la plaza, hasta llegar a esa entrada que guiaba al carrusel. Me pago alterada un boleto, aun recuerdo el temblor en sus manos cuando saco las monedas para pagar, que se le cayeron varias, y no se molesto en tomarlas, una vez terminada su conversación con el ingeniero a cargo del funcionamiento del carrusel, me llevo a empujones a una escalerita especial para los niños, que como yo, no podían subir al carrusel.
Me hizo mezclarme entre los demás niños, no entendí porque hasta que fue tarde, demasiado tarde, de echo, me di cuenta varios años después de que la anunciaron como víctima del golpe militar.
Una vez que me senté en el corcel blanco que hacia un reconfortante movimiento ascendente y descendiente, sentí alegría de estar ahí, en ese carrusel, en la primer vuelta, me dedique a abrazar al corcel, mirando de reojo cómo me alejaba de mi madre a cada vuelta, para volver a acercarme cuando la calesita daba la vuelta.
No fue hasta las ultimas vueltas, que surgio un inusual tumulto, del que yo no entendía mucho, pero unos señores que estaban lado a lado de mi madre, sacan un arma, mi madre no opuso resistencia, y para cuando termino la vuelta, mi madre no esta. Desesperado la busco, hasta me bajo del corcel y del carrusel.
Pero en la ultima bajada, mis pies no tocan suavemente el piso y acabo cayendo de cara al piso.
Y lo que pude ver, entre la tierra que entro en mis ojos, fue un auto verde alejarse.
No se porque, no tengo prueba, pero creo que fue en ese auto en el que mi madre fue llevada a un centro de detenidos, donde luego fue asesinada.
Pero en el momento no sabia nada de eso, solo sabia, que el ingeniero me ayudo a levantarme, me tranquilizo, me compro un refresco y un chocolate, y me llevo a su casa, con su señora.
Me costo mucho pensar en que ellos serian mi padre y madre a partir de ese momento.
Hace poco supe que mi madre había sido raptada por esas nefastas personas.

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