Capitulo 2 "escalofríos"

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  -Oía gritos que se escuchaban lejos pero a la ves serca, yo estaba paralizado,  no podía mover mis piernas intentaba pero nada funcionaba. De un momento a otro era por que las tenia atadas muy fuerte. No se veía nada, solo se escuchaban los gritos que me hacían desesperar aun mas, luego pense en mi madre, y ¿si es ella la que grita?. Me sentí aun peor y comencé a gritar para que alguien viniera a por mi, y me ayudara a salir de allí. Muchas cosas pasaban por mi cabeza, creí que eran ladrones y tenían a mi madre torturandola para que le diera todas sus cosas de valor. Pero luego se comenzaron ha encender varias luces en la habitación. Eran velas, ¿ Quien esta allí? Pregunte gritando, pero no me respondían, de pronto gotas de sangre comenzaron a caer del techo. Caían justo en mi. De pronto, un cuerpo callo sobre mi dejando me sin aire y a la ves causándo me escalofríos,  me sentí aun mas desesperado, no sabía que hacer.  Y todo quedo en silencio.-

Desperté.

-Todo fue una pesadilla-. Me dije en voz alta. Me levante de la cama y revise todo para asegurarme de que si había sido solo un mal sueño.

Entre al baño, y salí muy rápido, quería irme de esa habitación con urgencia. Al bajar ya mi madre se había levantado y preparaba el desayuno.  Estaba muy concentrada habiendo unos  huevos revueltos. Yo aun con nervios por aquel sueño raro camine la Cocina en silencio, quería ver si había una forma fácil de que alguien pudiera entrar en la casa. Pero no encontré nada. Estaba tan concentrado que no note que mi madre me llamaba para que me sentara a desayunar. 

-¿Que tal pasante la noche cariño?-. Pregunto. -Bien y ¿ tu?-. Le mentí, realmente no la pase muy bien. -Bueno muy bien, la cama esta muy comoda-. Me dijo mientras tomaba el café de la mesa. 

  -Cariño hoy iremos de compras-. La mire y rodé los ojos. No hay otra cosa que odie mas que ir de compras con ella.  Y menos si es sábado. Terminamos de desayunar y subí a mi habitación para alistarme, no hice mucho la verdad solo unas bermudas un viejo par de converse y una franela sencilla. Justo cuando salí de la habitación escuche como alguien susurraba mi nombre, sentía que ese alguien estaba detrás de mi y podía sentir su agitada respiración en mi cuello, tendría que ser muy alto. Di la vuelta rápidamente y no había nadie, sentí que las manos se me congelaron y no podía moverme, era como en el sueño, desesperante. Por suerte mi madre llamo y todo se calmo, podía moverme y no tenia las manos frías. 

  Esta ves si le agradezco haberme llamado con sus incomparables gritos. -¡Voy!-. Le grite mientras bajaba las escaleras. 

  Salimos rápido de la casa. Primero fuimos a comprar las cosas personales de mi madre, luego a una librería, compre un par de libros uno de ellos extrañamente era de la historia de este pueblo, el otro un libro de ficción que me llamo la atención,  de allí fuimos al super, y mi madre hizo de las suyas comprando un montón de cosas. Sin pensar que era yo el que cargaría todas las bolsas. "-No tiene consideración esta mujer-" pense.

  No dejaba de pensar en las cosas raras que me habían pasado, tanto en el sueño como lo de la mañana. 

  Muchas cosas me pasaban por la mente, quizás todo eso me pasaba por el estrés de la mudanza, pero es algo muy pero muy real, no creo que el estrés cause algo así.

 El día paso rápido, ya era de noche y la verdad no quería entrar a mi cuarto, hice todo tipo de cosas para no pensar en lo que me habia pasado, ya que cada que me venia ese recuerdo a la mente me daba escalofríos, algo nada común en mi. 

Pase gran parte de la tarde viendo la TV, una maratón de "Los Simpson". Nada mejor que ver TV mientras comes dulces. Y mas si lo haces para olvidar algo. Vi el reloj que estaba justo arriba de la chimenea y ya marcaba las once de la noche ya era muy tarde. Mi madre ya se había ido a dormir apague la TV, y lleve los platos que tenia. Los puse en el lavaplatos, ya mañana mi madre los lavaria , claramente se molestaría conmigo por dejarlos allí. 

Comienzo a apagar las luces, y de repente otra ves me pasa lo mismo, escalofríos y paralisis en todo el cuerpo. Comenzaron los susurros, pero esta ves vi una sombra, una figura negra a solo unos metros de mi, no podía verle bien por la falta de luz, pero era alta, y corpulenta. Me asuste, quería gritar pero no podía algo me decía que no era lo correcto. 

Poco a poco deje de sentir la presión en las piernas y sentía que podía moverlas, pero la sombra se alejaba, quería saber que era eso. Pero no pude, todas las luces se Apagaron al mismo tiempo y la sombra desapareció, sali corriendo y me metí a toda prisa en la cama, quería dormirme rápido para así no pensar en eso que acababa de pasarme.

(...)

  Desperté y eran pasadas las doce del medio día, ¿como pude haber dormido tanto?, la verdad no se, pero no me hizo nada mal dormir tanto.

  Domingo, un día de la semana en que no hay nada que hacer, todo estaba tranquilo. Y lo mas importante no me había pasado nada raro, y eso me alegraba. El día corrió rápido y tranquilo. Pero ya venia lunes y me tocaría ser el nuevo del instituto, odio tener que ser el nuevo. 

  Antes de dormir, ordene todas las cosas para clases, mi madre estaba emocionada por que ya comenzaría, no entiendo por que si era un simple instituto como los demás.

  Me acosté y no podía dormir, ya era casi pasada las diez y no conseguía poder dormir. Pero al final pude hacerlo tranquilamente.

La casa de la esquina! 《SIN CORRECCIONES》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora