Dulce vestido argénteo bajo el nocturno cielo estrellado

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Dulce vestido argénteo bajo el nocturno cielo estrellado, danzante, alegre, jovial, despreocupado. Que caminas sin suela sobre el suave pasto. Giras y giras en vals sagrado, tranquila y desatenta, ignorante de toda preocupación. Vibras el aire, te bañas en luz de luna, cantas, cantas, y no paras de cantar, como las aves matutinas que entonan sus himnos de amor inmarcesible a las flores que contemplan en su ávido volar.

Dulce vestido argénteo bajo el nocturno cielo estrellado, brillas y destellas cual nívea antorcha, con la misma libertad y pasión, ardes y ardes hasta consumar tu alegría en ese velo negro que te observa atento, curioso, como un niño que maravillado por las luciérnagas corre en círculos para atrapar ese pequeño punto de luz que revolotea ágil y esquivo, juguetón y precavido.

Dulce vestido argénteo bajo el nocturno cielo estrellado, ¿Habrá algo que opaque tu plateada diversión en aquel momento sin temor? ¿Cuál es el secreto de tu despreocupación, y de los pasos que van y vienen cual péndulo en un viejo reloj? ¿Es que acaso no hay algo que anheles más que el cielo que te observa? ¿Existirá objeto que te intrigue durante el día, y mantenga en vela al pasar la noche? ¡Dime tu secreto! ¡Revélame lo que sostiene tu sonrisa de zafiros blancos que no hace más que nublar mi mente! ¡Libera tus palabras al aire y cuéntame una historia de héroes y caballeros, donde tú, la siempre jovial princesa, es guardia de todo lo bueno y santo! ¡Sácame de la duda que tanto me carcome y me quita el sueño, y comparte un poco de tu felicidad conmigo, que todas las noches me limito a no hablarte y solo te escribo! ¡Habla, y que la cordura vuelva a ser mi amiga, porque esa hipnotizante figura esbelta no hace más que arrastrarme a la locura de la que huyo cuando te veo! ¿O será ya muy tarde para arrancarme de las frías garras de la insania?

Dulce vestido argénteo bajo el nocturno cielo estrellado, ¿te importaría si solo por hoy, en este cielo de diez mil linternas, permanezco a tu lado?

Entonces habló Sakrei:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora