Libertad

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Hola a todos. Éste es el último capítulo. Por favor disfrutenlo mucho y gracias a todos los que comentaron y votaron. Hasta la proxima.

Su autora Amaya

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LIBERTAD

Miró por la ventanilla mientras el auto avanzaba lentamente por esa calle adoquinada de aquella pequeña ciudad ubicada entre las montañas.

El viento mecía suavemente las ramas de los árboles en un arrullo intermitente y el aire estaba impregnado por el aroma de la nueva estación.

- ¿Qué hay para hoy? - preguntó en tono suave.

- Tiene una junta con los miembros del consejo en una hora y después una cena en casa de Touya-dono por la presentación de su nieto - respondió Seiren sin mirarlo, concentrada en el camino mientras conducía.

- Bien.

Volvió a mirar el exterior y sonrió sutilmente. Era un hermoso lugar, tranquilo, acogedor. Ahora comprendía porque residía actualmente aquí.

Levantó la vista al cielo, estaba nublado, quizá no tardaría en comenzar a llover. Sin duda un hermoso lugar y un cielo muy acordes a su estado de ánimo. Triste y feliz, así se sentía. ¿Podría alguien experimentar ambos sentimientos a la vez?, no lo sabía. Lo cierto es que desde hacía años sólo Zero era capaz de hacerlo sentir... sólo Zero era capaz de hacerlo seguir adelante...

[...]

La lluvia había cesado y las nubes se habían disipado por completo. La luna llena se encontraba en lo alto y la luz que desprendía se filtraba por la ventana con un suave tono plateado.

- Eso es todo, puedes retirarte Seiren.

La mujer hizo una reverencia y con la misma rapidez con que apareció, se marchó.

Entonces él estrechó suavemente la pieza de ajedrez entre sus dedos, la cual no había soltado en horas y la observó un rato inexpresivamente.

"No creo que esto sea bueno para ti y ni que decir para él"

Recordó las palabras que hacía mucho le dijo Ichijou y suspiró. ¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces?, no lo sabía, ni siquiera había sido consciente de su paso. Lo cierto era que algo había cambiado durante su transcurso y justo en este momento era más consciente de sus acciones.

Se suponía que su objetivo era hacer pagar a Zero, pero ¿Por qué?, ¿Por la muerte de Yuuki?, el muchacho ni siquiera tuvo la culpa, él lo sabía perfectamente, quizá ni siquiera él hubiese sido capaz de protegerla. Y sin embargo, aun sabiéndolo, lo acorraló y lo trajo hasta esta mansión; abusó de él y lo fue destruyendo poco a poco. ¿Con que fin?, ahora ni siquiera estaba complacido de ello. Zero había vencido.

- Eso es lo mejor - dijo al fin para sí mismo al tiempo que cerraba su puño y hacía polvo la pieza de ajedrez. Luego miró hacia la puerta que conectaba con la habitación de Zero. La miró por largo rato. Sus ojos brillaban con tristeza y éste brillo se incrementaba por la luz de la luna

- Esto tiene que acabar...

Se incorporó y se dirigió hacia la habitación del muchacho. Pero antes de abrir la puerta, titubeó, ¿realmente quería hacerlo?, se preguntó. Pero entonces el recuerdo de Zero con aquella mirada altanera y desafiante con que lo observaba en los días de academia, acudió a él al igual que la imagen de su sonrisa cuando estaba al lado de Yuuki. Inevitablemente se estremeció. No, no podía dudar. Abrió la puerta e ingresó.

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