Pesadillas

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Había pasado más de la media noche sin poder conciliar el sueño, a pesar del cansancio y el deseo de volver a dormir, Adrien simplemente no lo conseguía, el sudor frió que recorría su cuerpo y la tremenda sed reflejada en sus labios resecos dejaban en claro la angustiosa situación en la que Adrien se encontraba, su habitación apenas iluminada por la luz de la luna que entraba por el ventanal permitía que su imaginación creyera que alguien más se encontraba oculto entre las sombras y que lo observaba detenidamente, como si una fiera estuviese a punto de atacar a su presa; sin duda iba a perder la cabeza, o al menos eso creía. Opto por prender una de las lámparas para que las sombras dejaran de jugar con su subconsciente, el silencio abrumador que lo acompañaba tampoco era de gran ayuda excepto por unos ligeros ronquidos de su kwami quien reposaba tranquilamente en la cabecera de su cama al menos no estaba solo; eso lo tranquilizaba un poco aunque su evidente ansiedad por lo que había soñado seguía dándole vueltas en su cabeza, se puso de pie para moverse, sentía que si no sacaba un poco de tensión terminaría en una crisis de nerviosismo y no era para más, se atormentaba una y otra vez al grado de pensar que enloquecería, ese sueño tan enfermizo que taladraba su cabeza hasta lo más profundo como si quisiera adherirse a una parte de él que jamás lo volvería a dejar dormir, que lo tuviera siempre alerta, con la mirada perdida, que lo hiciera enloquecer. No distinguía si aquello era parte de la pesadilla o era la vida real.

En qué momento él se permitiría ser tan descuidad, tan débil y torpe para que Ladybug sea cruelmente torturada a manos de (posiblemente) Hawk Moth.

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*Flashback del sueño*

Chat Noir se encontraba en una habitación lúgubre, apenas distinguía un par de cosas a su alrededor, podía sentir su cuerpo pesado, mientras el embriagador olor a humedad penetraba sus sentidos, un escalofrió recorría su espina dorsal, podía sentir como la impotencia le ganaba, estaba perdido, era su fin, pensó. Atado de las muñecas con unas cadenas que fuertemente lo mantenían suspendido del piso, sentía la agonizante perdida de respiración, como si el aire mismo lo asfixiara, ya no quería seguir ahí, debía buscar una salida, una forma de sobrevivir pero la vista le fallaba, todo era confuso, no sabía cómo llego ahí ni quien era el responsable de su sufrimiento, no le daba mucha importancia en verdad se sentía derrotado y sin escape hasta que pensó en ella; Ladybug, pero ¿Dónde? ¿también fue capturada? ¿le estarían haciendo daño? Cuando su cabeza comenzaba a reaccionar a sus pensamientos el corazón le latía con fuerza, como si fuese a estallar, le escuchaba retumbando en sus oídos, la sangre empezaba a hervirle, quería gritar pero lo pensó detenidamente, probablemente no se han percatado de que despertó, al menos pensaba estar solo y mientras buscaba la manera de escapar pudo escuchar un crujir a lo lejos, como si viniese de otra habitación un poco retirada de donde él se encontraba, guardo la calma y agudizo el oído tratando de escuchar unas voces que se acercaban poco a poco con pasos firmes y deprisa.

-Es mi fin-, susurro para sí mismo.

En eso una puerta de metal se abría y daba paso a una fina luz que iluminaba poco a poco la silueta de Chat Noir, no podía creer lo destrozado que estaba, a decir verdad tanto su traje como su cuerpo llevaban cortadas, pudo sentir como unos cuantos hilos de sangre chorreaban por su frente y caían pesadamente contra el frió piso, -no es posible, tan herido estaba y no era consciente del dolor- pensaba, mientras alzaba lentamente la mirada hacia la persona que se encontraba en la entrada, la luz lo cegaba un poco y forzando la vista distinguió un cuerpo ligeramente pequeño y delgado, se veía tan frágil siendo arrastrado por una figura más intimidante, alta y fornida que comenzaba a reír de manera fría y despiadada como gozando el momento que presenciaban sus ojos.

-Oh, que descortés de mi parte-.

Chat no distinguía aquella voz, un loco más, -pensó- uno que había llevado su locura al límite.

-Mira nada más en qué estado te encuentras amigo mío-. Dijo acercándose amenazadoramente a Chat mientras reía.

- ¿Amigo? - su voz débil pero firme hablaba por fin -si como no-, escupió sangre hacia los pies de aquel sujeto.

El sujeto tomaba del mentón a Chat -Tsk... alguien debe enseñarte algunos modales-.

Chat trato de ver su rostro, pero algo más llamo su atención, en ese momento fue cuando se percató de la segunda presencia, aquella que llevaba arrastrando inconscientemente, no podía creerlo, no era posible; ahí postrada en el suelo yacía Ladybug con aspecto maltratado un tanto más que el de Chat lo que provocó una rabia e impotencia a este último.

- ¡Bastardo! - Bramó Chat, - ¡Maldito! ¿Qué has hecho con ell...-, pero sin siquiera notarlo un fuerte golpe remato en la boca de su estómago haciendo que perdiera el aire para luego escupir sangre.

- No, no, no...- contestó afable el sujeto, -estas no son maneras de hablar frente a una dama-.

*Fin del Flashback*

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No sería la primera vez que tenía ese sueño o mejor dicho pesadilla; sin duda alguna la frustración se apoderaba de su mente y estaba a punto de estallar en llanto hasta que Plagg, su kwami despertó y al verlo de pie frente al ventanal con una mirada perdida, como si su alma no fuese consiente de donde estaba o quien era, se acercó con cuidado, como si Plagg temiera que Adrien reaccionara de una manera violenta o fuese a colapsar por los nervios.

[[Continuara...]]

No soy suficiente [LadyNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora