Hablar con desconocidos

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Caminamos un rato en silencio, yo seguía un poco dormido y la espalda me estaba matando. Dormir en una banca no es lo más cómodo del mundo.

-Como te llamas? - Me preguntó sonriendo.

-Christian y tu?

- Catalina. Eres de Santiago? - Me miraba y caminaba derecha y alegre.-

- Si, tú?

- Me mudé en el verano a Santiago. Antes vivía en Valdivia.

- Ah. - dije distraído mientras seguíamos caminando.-

Caminamos un largo rato conversando de cosas triviales, como programas de televisión, el clima y le conté porqué estaba varado. De pronto llegamos a una casa pequeña, café y antigua en medio de un gran terreno. Había una camioneta estacionada afuera, supuse que en esa viajaríamos. Ella comenzó a tocar la puerta y al ver que nadie le respondía buscó una llave en su cartera. Si no estuviera tan cabreado por haberme quedado en medio de la nada seguro habría ligado con ella. Aunque tenga novia, a nadie le molesta tener unas cuantas chicas buscándote. Era muy bonita, tenía unos ojos color miel grandes, una nariz normal, unos labios sutiles, unas cuantas pecas y un bronceado que mataría a cualquiera. Pasamos a la casa y lo primero que noté fue el olor a café y el aspecto hogareño que tenia, muy acogedor. Tomó las llaves de la camioneta que estaban encima de una mesita y buscó un bolso que estaba en el sillón. De pronto miró de nuevo su celular y puso una cara de desagrado.

- Vamos, andando. - Subió su bolso en la parte de atrás y se subió a la camioneta cabreada.-

- Que edad tienes? - pregunté.-

- 17, tu? - me respondió con un tono neutro.-

- 17 también, tienes licencia o algo?

- No, si te molesta no hay ningún problema con que te bajes.

- Tranquila amiga, ningún problema.

Partió el auto y le subió la música. Estuvimos un buen rato viajando sin hablar, cuando sonó de nuevo su celular y lo revisó muy seria.

- Hey cuidado, no quiero morir aún. - Le dije en tono de broma, pero no contestó.

Pensé que quizás era bipolar o algo, porque al principio estaba de lo más animada y ahora se comportaba así. Dejó el celular y manejó muy seria.

-Te hacen cyberbullyig o algo?- Le pregunté bromeando para entender su comportamiento.-

-Ah??

- Cada vez que miras tu celular te cabreas más. - dije sonriendo.-

- No te incumbe.

- Sólo preguntaba para entender tu sorprendente cambio de humor.- respondí enojado por su actitud .-

- No hubo ningún cambio de humor, agradece que te estoy llevando mejor.

Decidí callarme, no quería que me hacharan de nuevo del auto y tener que caminar otros 10 kilómetros. De pronto la vi y tenía los ojos algo llorosos y una cara de enfado tremenda. Pasó un corto rato y de la nada se puso a llorar a mares. Yo no sabía qué hacer, la loca sollozaba y sollozaba sin parar.

- Hey hey tranquila, para un poco.-Le dije en un intento de tranquilizarla.

Nunca he sabido consolar a la gente y mucho menos a desconocidos. Y la tipa no paraba de llorar. De pronto en un cruce un auto avanzó y Catalina hizo una maniobra para evitar un choque por poco.

- Estaciónate ahí! -grité asustado.-

Estacionó el auto y empezó a sollozar tapándose la cara. Yo la miraba asustado sin saber qué hacer, cuando agarró pañuelos de su cartera, se sonó la nariz con un ruido desagradable y se limpió las lágrimas.

- Tranquila, yo manejaré -dije serio bajándome del auto para ir a su lugar. Ella se bajó también e intercambiamos puestos.

Ya había parado de llorar a mares, pero me dio miedo preguntarle que le pasaba, era una total desconocida. Manejé callado un rato cuando agarré el valor para abrir la boca.

- Si quieres contarme que te pasa... -Esperó un rato, vacilando entre decirme o no.-

- Bueno, para que no creas que estoy loca...Ibamos a ir a Valparaíso con mi mamá, me lo prometió hace mucho tiempo. Pero ella tenía un novio que...es un enfermo de idiota y otra vez me dejó plantada aquí, porque volvieron a estar juntos y viajarán ellos dos sin mi. No es tan grave, porque me mudé con mi papá y mi hermano este verano, pero... Él la manipula y la engañó durante mucho tiempo.. Y no sé. - Me contó lento y seria mirando al frente.- Perdón por tener que escucharme, pero tu preguntaste y como eres un extraño y no te volveré a ver, da lo mismo si lo comentas. - dijo esta vez riendo un poco. Por alguna razón desconocida, el que no nos veremos me molestó un poco.-

- Wow, drama familiar. - dije sonriendo para bajarle el perfil al asunto y animarla.-

-Seep. - Me dijo sonriendo un poco.-

- Yo si fuera tú llamaría a mi mamá y le diría todo lo que le tengo que decir ahora mismo... - dije aconsejándola.-

-No... Ya se lo he dicho muchas veces y ya me fui de su casa, así que desde hoy lo que haga es problema suyo.

- Si te parece lo mejor.. -

Nos callamos un rato y de pronto empezó a sonreír y se puso roja, como si acabara de razonar todo lo que pasó.

- Qué vergüenza... - dijo sonriendo hacia adelante. De verdad era muy bonita.-

- Qué te da vergüenza? - La miré sonriendo.-

- Qué vergüenza todo. Me puse a llorar al frente tuyo y te conté mis discusiones familiares - de pronto se puso a reír a carcajadas, por lo que yo me reí también.-

- Como dijiste, aunque quisiera contarlo nadie te conoce así que da igual.

- Si, el beneficio de hablar con desconocidos. - A esta altura ya habíamos llegado a Santiago.

- Donde queda tu casa? - pregunté para llevarla.-

- No quieres ir hasta tu casa primero? -preguntó.-

- No, no te preocupes. Un amigo me buscará cerca. - Mentí. Mi casa quedaba muy lejos y no quedaba mucha bencina.-

- Okey, entonces dobla aquí.- indicó.

Avanzamos un poco mas allá, me indicó por donde pasar y estacioné el auto en una casa más o menos pequeña, pero muy bonita. El jardín era precioso y tenía una cerca café. Me bajé del auto y ella también.

- Bueno, supongo que no nos veremos en un tiempo. - le dije.-

- Gracias por no burlarte de mí y escucharme. - dijo riendo.-

- Cuando quieras. -Le respondí haciendo un gesto de reverencia.

- Supongo que hasta pronto. - Me dijo despidiéndose con un beso en la mejilla. Abrió el cerco con una llave y se despidió con la mano.

Cuando entró me fui caminando con mi bolso y las manos en los bolsillos. Me dio un poco de tristeza pensar que quizás no la vería más. No me dio su numero y Santiago es muy grande. No sé porqué pensé tanto en eso, si tengo novia y buenos amigos. Intenté borrarla de mi mente, pero no podía. Todo el largo camino de vuelta pensé en sus ojos y cómo le sonreían, su pelo largo y suave. Y sentí lástima por ella, pero así es la vida. Siempre ha sido así y lo tengo muy claro desde que era un niño. Intenté desconcentrarme y caminé el largo camino hasta mi casa.

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2016 ⏰

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