LA ABDUCCIÓN

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La tarde del veintiséis de noviembre  de el año dos mil estaba de cumpleaños,  cumplía diecinueve años de edad y aun me encontraba contento por que el próximo año accederia a la lista de alumnado de la faculta de biología,  leía  un texto sobre la historia de la tierra cuando derrepente sonó el teléfono,  y sí,  era mateo, éste quien me informaba que pronto estaría aquí en mi casa junto a Doris para probar la planeación de un cohete que desde  mucho hace tenemos en agenda, este fue el comienzo de la gran aventura  de mi vida, pareciese grotesco pero en realidad  no lo es.
Atendí la puerta como era de esperar Mateo y Doris estaban  a la espera ,  con unas mochilas enormes recuerdo,  ¿estas listo? Me preguntaron unísono.
Subí arriba y llevé conmigo  algunos artefactos abajo como ya lo habíamos planeado e instalamos el mencionado  cohete. Ocasionalmente a mi jamás habíanme  se ocurrido tales  ideas pero  cuando  el destino depara algo  para ti el instinto te obliga a actuar. Antes de despegar a nuestro  cohete nos aseguramos  que  todo estuviera en acuerdo consigo, comenzamos la instalación  de aquel y todo marchaba de maravilla, decíamos algunos  cuantos disparates y nos reíamos,realmente estábamos disfrutando en aquello que tanto nos gustaba hacer, nuestra pasión, más yo me sentía en familia con aquellos intelectuales sujetos enserrados en un laberinto de inquietud  científica, pensabamos tener todo lo necesario  para llegar alto.
Cuando al fin hubimos instalado el cohete casero nos preparamos y dimos por comenzado el conteo para el despegue,  todo iba de maravilla mas fue hasta cuando aquel que estaba programado a volar setecientos metros lineales de altura, desvío abruptamente su transcurso más duplicando  su impulso  retornó abajo contra nosotros,  como pudimos ágil mente nos protegimos pero  la situación era más caótica  para mí, al confirmar que el destino inminente del altiplano sería el techo de los vecinos Lewis, y así fué, más al ocurrir tal impacto causó una pequeña  explosión que ocasionó fuego inmediatamente, lo peor estaba por venir.  asustados Don Agustín  Lewis,  su esposa  y su hijo Nett salieron por la puerta consternados e ignorantes del origen de aquello  fijando su vista al techo  observaron que era el resultado de un cohete casero , luego voltearon la vista hacia el patio de mi casa y por los móviles dedujeron anticipadamente de que se trataba,  _¡pronto extingamos el fuego!_Dijo Doris,  y así fue,  lo logramos, pero nada de ello  coperó para disolver  la denuncia que nos interpuso don Agustín ante los autoridades por motivo de actos de terrorismo, según  él, y sí,  pronto estábamos detenidos en la delegación policial por tal denuncia.
Don Agustín siempre de carácter pedante para conmigo,  lo he notado en él ,  esa envidia a mi ser, áspera,  supongo que su honrado hijo Nett, por más logros que obtenga, jamas tendría aquello que yo poseia, carecía de aquella inquietud que  agraciabame, era terrible para mi y mientras aquel pedante señor paseaba en la sala de atención al ofendido de la policía nosotros nos encontrábamos  en efecto aterrorizados por tal hecho. Recuerdo que pasadas unas cinco horas consiguientes al desastre llegaron los padres de Doris al lugar totalmente comprensivos con lo sucedido, recuerdo nos dijo doña Leticia su madre "estas cosas suelen pasar". Pronto el padre de Mateo se presentó y como siempre el muy ameno y sereno en cambio yo no esperaba la misma suerte, lo intuía, y sí, cuando mi padre llegó al fin totalmente  escandalizado y furioso me dí  cuenta que estaba en serios problemas. En una oficina contigua a la sala se reunieron los padres de los imprudentes con el ofendido y un juez para intermediar el caso, concluyendose dicho, en el pago de todos los daños ocasionados, más sin embargo el señor  Lewis  no estaba conforme con lo acordado a tal grado pretendía dejarnos tras las rejas, incluso por tal motivo tuvo una discusión con el juez, éste que a su vez no le prestó la más mínima atención.
Pasado aquello que tuvo que pasar, me encontraba en la puerta  de mi casa nuevamente, entré,  más mi madre encontrabase en la sala sentada en uno de los sillones y sin mediar palabra alguna continúe la marcha hacia mi habitación como si nada hubiese pasado, me inquietaba lo que ella pensaba de mí,volteé un poco la mirada hacia  ella  y me estaba viendo, sí, con una mirada totalmente abatible que me lleno de pena, más proseguí. Al llegar a la habitación  me dí  cuenta  que todo estaba en completo caos , todo tirado como hubiese habido ahí adentro un tornado , derrepente para sorpresa mía observé que todos mis instrumentos de astronomía yacían ausentes, bajé  hasta donde mi madre estupefacto, y la interrogé ¿que sucedía ? La cual no participó a mi comentario, se tornaba  angustiada.
Como era de esperarlo, entró  mi padre y con acento abnegado me replicó《aquí termina esa loca idea que tienes con la astronomia》lo mire a los ojos con una mirada contrariada,  inhalé  humo fresco proveniente del patio, ¿como pude no imaginarlo? ¡Mi padre había quemado mis pertenencias concernientes a la astronomía! Corrí rápidamente hasta el lugar y mis pensamientos eran un hecho, mis sueños, mis estudios de las fases de la luna en afecto al clima terrestre ardían en las voraces llamas, todo, mis libros de Copernico, salvo mi telescopio no había sido alcanzado por aquella temperatura a ebullición el  cual lo tomé y no hubo más que pudiese rescatar, accedí a la casa y no recuerdo cuales eran mis planes, no los tenia,¿qué seria de mí ahora? Estaba fustrado, más mi padre me detuvo articulando que no podía ingresar tal telescopio a casa.
__bien... si mi telescopio no puede estar aquí yo tampoco.
__¿que harán al respecto tú y tu telescopio? ¿se irán ? - dijo mi padre sarcastico.
__buena idea, no se me ocurre nada mejor - répliqué.
Subí a la habitación y empaqué algunas cosas nesesarias, no sabia si en realidad  deseaba marcharme del hogar a rodar, a sufrir penumbra, pero portaba la intuición que seria el comienzo de mis sueños.
Listo para salir mi madre dirigió sus palabras hacia mi tratando de convencerme __hijo no hagas esto mas difícil, solo desastre de ese telescopio__ esto me provocó una sensación de egoísmo por parte de ambos para conmigo y viceversa para con ellos, por lo que no tuve una tan sola palabra que responder debido aquel confuso sentimiento que paralizaba mi garganta y bajo la miserable luz de la luna  marché.
Realmente  no sabia a donde ir estaba muy preocupado, por lo que fuí aquella colina donde solía ir todas las noches, pensativo, pensaba en que no la volvería a ver, y de volverlo hacer sería hasta el momento que yo estuviese realizado en alguien grande y exitoso, en mi camino pensaba esas cosas y me dí cuenta que una lágrima rodaba por mis mejias, tenia miedo, estaba entre volver por la mañana a casa y seguir aquella hirsuta pasión clandestinamente o viajar y conocer el sufrimiento. La noche era fría el cielo de azul marino se veía tan inmenso y profundo, despejado esto me hacía sentir tan pequeño para colmar el momento, pero la quietud absorbía los más minúsculos ruidos de entre el lugar que no tuve deseos de observar por el telescopio, si no mas bien estaba meditabundo, triste y unas cuantas lágrimas que no pude contener.
Secando mis mejias encontrábame  cuando el momento de melancolía  se tornó a estado de estupefacción al ver una  enorme luz indescriptible que  se desplazaba al horizonte e iluminando todo a su paso cual luz de dia y a velocidad inalcanzable, aquella emoción incógnita erizó los míseros cabellos de mis manos y por consiguiente me levante de donde  me encontraba sentado para investigar que era tal evento. La luz avanzó  aproximadamente un kilómetro de distancia de donde yacía mi persona y se mantuvo ahí por un lapso de tiempo y desaparecio, no obstante yo en mi inquietud no me contuve y andé para averiguar que era. Al llegar al lugar donde miré  por última vez enorme luz, quedé paralizado, distinguí de entre la oscuridad la silueta de una entidad desconocida, de figura muy contraida, bípeda humanoide,de brazos muy largos, cabeza mediana y alargada la cual estaba dirigida a mí, como si  observarame, por un momento  pense en correr pero la curiosidad me mantuvo en pie, su cara no la observaba ya que el ende encontrabase a contra luz y la sombra la opacada, de pronto el desconocido personaje volvió hacia atrás y se marchó, más yo pretendí  alcanzarlo pero fué  inútil, ya no se veía, pero cuando creí haber terminado aquella situación, lo inesperado ocurrió ya que de entre el suelo se levantó  aquella misma luz que iluminaba cual de día y producía un ruido tal al que producen los murciélagos, pero esta vez se acercó  hasta el lugar donde yo estaba y se posó sobre mí,  recuerdo no haber tenido con que defenderme por lo que tome mi telescopio  como arma más fue inutil, una luz como de linterna  iluminó  hacia mí y comenzó  a abducirme, recuerdo haber pataleado en el aire intentando bajar, mas el telescopio a medida que yo ascendia se volvía más pesado a tal grado que no pude sostenerlo y cayó, derrepente subí como el helio a la atmósfera.

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