-Vamos a tatuarnos.
-No, me dan miedo las agujas.- dice Vic viendo unos discos de acetato.
-Vamos.- rogó Kellin.
-No.
-Vamos, vamos, vamos.- Kellin estaba tirado en el suelo, aferrado a la pierna de Vic, las personas se les quedaban viendo raro.
Una hora después tenían el mismo tatuaje.
