El insecto de la buena suerte y el amor

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La seria de Naruto no me pertenece, todos los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto
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Su madre la había dejado a cuidado de la tía Hanabi, esta no pensó siquiera un segundo para aceptar, es más, casi saltaba de la alegría

Según tenía entendido, su abuelito Hiashi estaba entrenando a su Tia Hanabi bajo estrictos ejercicios por los que su madre había pasado alguna vez, la pobre sudaba hasta el cansancio, varias veces se acostaba tarde y se levantaba temprano para poder perfeccionaros, así que cuando su madre le ofreció cuidarla, La Tía Hanabi ni lo pensó dos veces para poder escapar de aquel infierno aunque fuese un día

Himawari observaba como su Tía Hanabi se encontraba recostada en el sillón, roncaba tan alto que la había despertado de su dulce sueño de la tarde

Hanabi estaba recostada con las piernas totalmente abiertas, un brazo pasaba por encima de su cabeza y el otro casi topaba el suelo mientras un hilo de baba se escurría de su boca a su mentón

—Konohamaru... Baka —a si, casi lo olvidaba, su tía solía hablar dormida— Eres un...

Se tapó ambas orejas con sus manitas antes de que su tía terminara la oración, siempre lo hacía cuando sus padres le decían, esta vez que nadie estaba con ella no era la excepción, siempre había sido una niña obediente y aunque sus padres no estuviesen presentes, siempre obedecería

Una extraña mancha en la mano de su tía le llamo la atención, se acercó rápido y pudo divisar un corazón con algunas letras dentro de él y aunque apenas era una niña de 7 años pudo leerlo. la educación de los Hyugga era prioridad, su madre no era tan estricta como su abuelito pero siempre le había enseñado lo que a todo Hyugga se le enseña desde corta edad, como escribir y leer, pelear y tener buena educación

—Ko-konohamaru —pronuncio, esas eran las palabras escritas en la mano de su tía, era cierto, a Hanabi le gustaba el sensei de su hermano desde hace un tiempo, lo sabía porque estuvo presente cuando su tía se lo contó a su madre

Suspiro fuerte, su tía le había despertada de su siesta por la tarde y no estaba segura de poder conciliar el sueño con los ronquidos y gritos de Hanabi. Abrazo fuerte su osito de Felpa cuando una idea le cruzo por la cabeza

Su madre solía jugar con ella en el jardín después de despertar, y ya que había despertado podía ir a jugar un rato ¿cierto?. Sin pensarlo dos veces se apresuró a ir hacia la puerta trasera de su hogar y parándose de puntitas alcanzó la perilla para abrirla

El frió de la tarde azoto su cuerpo, había bastante aire para ser un día de verano, vio un instante hacia arriba, su madre le había enseñado que cuando las nubes estaban negras eran señal de lluvia

Restándole importancia a la situación salió de la casa, su jardín estaba lleno de flores bellas que su madre solía cuidar. Se apresuró a acercarse a una en especial, un único girasol se encontraba entre tanta rosa bella, pero eso la hacía especial

Acerco su nariz para poder olfatearla como todos los días, cuando diviso un pequeño animalito posado en su flor favorita, un pequeño animal de color rojo y negro bastante hermoso

Acerco su mano para poder tocarlo pero al instante, este se elevó por los aires y empezó a alejarse. Himawari se apresuró a seguirlo por el jardín pero este empezó a alejarse aún más, vio un poco indecisa la puerta de la cerca de su hogar, pero al ver que el extraño animalito se alejaba, decidió seguirlo

No sabía cuánto había corrido detrás de él, pero cuando puso atención a su alrededor ya se encontraba en un lugar lleno de vegetación. Vio a su alrededor, no habían flores bellas y los arbustos no están siquiera bien podados, no dudo mucho al pensar que había llegado al bosque o a alguno de los campos de entrenamiento que usaban los ninjas

El insecto de la suerte y el amor / InoHimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora