II-I: Alma Compuesta

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El vapor subía de manera dispersa y en algunos segundos era capaz de desaparecer, las gotas caían y chocaban contra la mesa, la madera ligera y tallada sobre el plástico aseguraban que parte del vapor no escapara y fuera capaz de hervir los fideos de arroz.

Los cabellos marrones caían por su frente, sus ojos con ligeras ojeras miraban hojas incompletas, algunas ideas tachadas y otras remarcadas con exuberantes colores pero ninguna captaban lo suficiente su atención.

No tenía ninguna idea clara, tampoco podía clarificar nada, él mismo había concluido que sin experiencias no podría conseguir algo y ese era su mayor obstáculo.

Meneo su cabeza y siguió intentándolo, llevaba cuatro días sin dormir más de cuatro horas ya que su tesis espantaba su sueño y lo seguiría haciendo hasta que una milagrosa idea apareciera.

La sopa instantánea se enfrió, en ningún momento había sido tocada, terminó en el bote de basura, al igual que muchos papeles arrugados.

—No puedo seguir así. —Suspiró apoyando sus codos sobre la mesa mientras sus manos se restregaban por su cara. —Creo que abandonaré la idea. —Se dijo a sí mismo, buscaría algo nuevo sobre que investigar, terminaría su tesis y tendría su título.

El mismo no podía responder que era un alma.

Cerró sus ojos y juntó sus manos respirando hondamente, repitió la acción un par de veces y abrió los ojos. Él no era de rendirse fácil y si necesitaba experiencias lo lograría, ya que concentrarse en sólo sus conocimientos previos no lo llevarían a lograr una buena tesis. Se levantó de la pequeña mesita y fue a buscar otra sopa instantánea para preparar, ya que el comer bien debía ser una prioridad que ignoró las últimas semanas.

Caminó y caminó por las calles, observando a su alrededor. Observó cada expresión de varias personas.

Observó un grupo de amigas, en el que todas sonreían, reían y contaban algunas cosas pero pudo percibir que una de ellas no parecía cómoda en aquel entorno. Su sonrisa forzada como sus cejas ligeramente fruncidas por estar fingiendo, observó su cuerpo y notó algo que lo hizo entender todo rápidamente. Los tobillos de la chica estaban juntos.

Aprensión. Pero era una aprensión diferente a la usual: Furia, ira, frustración.

Cambió su mirada de la chica y buscó a alguien más. Vio una pareja sentada en un restaurante que tenía puestos en el exterior. El chico parecía sonreírle y le susurraba cosas al oído mientras que ésta tenía las piernas cruzadas indolentemente, balanceándolas ligeramente: Aburrida.

Tradujo las señales del cuerpo de ella, todo le parecía normal pero aun así escribió en su libreta:

Las personas son capaz de fingir para no dañar a otras.

¿Algo normal? ¿Amabilidad? ¿Cariño?

O

Simplemente ¿Desprecio a sí mismos?

Siguió observando pero esta vez cambiaría de lugar, el mismo se convertiría en un observador social. Caminó unas cuadras y entro en una estación de metro, el sonido de la máquina que lo dejaría pasar para tomar el metro lo despertó del pequeño trance en el que estaba antes de llegar ahí, su concentración estaba encerrándolo en su propio mundo de dudas en las cuales no había respuestas.


En el metro casi no había gente ya que no era hora de salida de los trabajadores, se sentó y colocó sus auriculares. Segundos después todo se había vuelto negro.

Ultima estación, repito, última estación, el favor de que todos los pasajeros bajen del vagón.

El chico despertó exaltado, uno de los guardias estaba tocando su hombro. —Señor, debe bajar. —Expresó.

—Sí, lo siento. —Replicó avergonzado levantándose mientras tocaba sus ojos con sus dedos. El no haber dormido bien le había pasado la cuenta, pero el haberse dormido no era el problema, no sabía dónde estaba.

Caminó fuera de la estación y miró todo a su alrededor. Su cara de angustia ocultada por una sonrisa y sus manos que tocaban su cabello estaban lográndolo poner aún más ansioso. Sacó su celular y sólo atino a llamar un número.

Tres sonidos y escuchó una voz. —Hola, Sor--—La llamada se había cortado. Volvió a intentarlo hasta que de su frente cayó una gota de sudor. —No tengo saldo. —Su voz se rompió al momento de decir lo último. Una pequeña risa nerviosa salió de su boca.

Caminó por las cuadras una y otra vez buscando un lugar comercial para pedir ayuda pero no encontró nada, derrotado estaba volviendo a la estación de metro hasta que observó una pequeña edificación en la cual tenía aspecto de vivienda pero distinguió que era una cafetería. Entró sintiendo que su suerte estaba volviendo pero no vio a nadie en la vitrina.

Sólo había pasteles, unos innumerables pasteles. Estaba sorprendido por la hermosa decoración de cada uno, pero después de fantasear volvió a su objetivo principal: Encontrar ayuda.

—¿Aló?—Llamó en vano, volvió a intentarlo pero nada respondía.

Creo que esta es un allanamiento de morada. —Pensó angustiado.

—¿Oh? ¿Un cliente?—Salió un chico de cabellos castaños mientras en sus manos había un bol y en la otra había una batidora manual. —Lo siento por la falta de atención. —Agregó volviendo a entrar en la parte posterior de la tienda para luego salir sin el bol y la cara limpia. —¿Deseas un pastel para llevar o servir?—Ofreció con una sonrisa demasiado brillante para el de cabellos castaños, quien trataba de recordar hace cuánto tiempo había visto una sonrisa tan verdadera y pura como esa.

—Ah no, no deseo comprar nada. —Rechazó la oferta de manera educada. —Sólo quiero saber si podías darme unas direcciones. —Pidió amablemente.

—Bueno ¿Qué deseas saber?—Escuchó atentamente para luego dar las indicaciones. —¿Sabes? Sería un desperdicio haber venido para no comprar nada ¿No crees?—Trató de convencerlo, era de los pocos clientes que encontraban su cafetería.

El otro lo pensó, no había comido nada quien sabe desde hace cuantas horas y al ver los pasteles lograba hacerle considerar el comprar uno. —Está bien—Aceptó. —Quiero el de fresas.

—Bien—sonrió. —Puedes sentarte en alguna de las mesas mientras te lo llevo. —Le respondió alegre.

Rib se sentó en la mesa que daba a la ventana, miro a su alrededor y le parecía acogedor pero se preguntaba por el poco personal, no habían mozos, tampoco cajero y mucho menos clientes. ¿Por qué?



WAH~ Actualicé bien tarde, ahora que es eso de: II-I es que significa Capitulo dos parte I Y ¿por qué no todo al tiro? Porque estoy floja lol. Gracias por leer~

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2016 ⏰

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