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Sentí como algo se entrometió entre mis pies y un ardor en mis rodillas, mi palma izquierda y mi brazo derecho al caer al suelo.

Al ver la sangre en ellos mis lágrimas comenzaron a salir.

—Joohyeon, ¿estás bien? —quise poder tumbarla para que sintiera lo mismo que yo.

—Sabes que no me gusta ver sangre, la odio, la odio —cerré mis ojos en un intento de ignorar la horrible imagen de mi mente.

Escuché el sonido de un pedazo de tela siendo desgarrado.

—¿Qué haces? —miré a Seulgi por el rabillo del ojo, con una piedra hizo una pequeña incisión en su vestido, comenzó a jalarlo y así a hacer varias tiras, unas más grandes que las otras.

Acercó una a mi rodilla, justo al final donde una gota de sangre estaba cayendo. Cerré los ojos al no poder verla y solo sentí como arrastró esta de arriba hacia abajo limpiando la sangre que se había escurrido de la herida.

Enredó un pedazo de tela en mis rodillas, otro en mi palma y en mi brazo.

—Listo, abre los ojos.

Al oír la voz de Seulgi diciendo eso abrí lentamente los ojos.

—Así ya no veras la sangre y podré llevarte con tu mamá para que pueda curarte —sonreía dejando a la vista como dos de sus dientes hacían falta.

Seulgi siempre sabia como hacerme sentir mejor; Si me sentía sola, ella ahí estaba. Si tenía ganas de llorar, ella me hacia reír.

Si me lastimaba, ella sabía como curarme.

Si me lastimaba, ella sabía cómo hacerme sentir mejor y después poder ir a tirarnos en su cama a comer cuantas cosas se nos ocurrieran.

Hablar acerca de todas esas bandas y chicos guapos que nos gustaban.

A salir a esas fiestas de los chicos grandes de la escuela y a lo último terminar escapándonos para meternos a la playa en la madrugada.

A cantar como estúpidas en mi cuarto y que mi mama nos cerrara la puerta.

A ser felices y reír como locas.

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Mis lágrimas se acumulaban y caían en picada al recordar ese momento de cuando teníamos solo cuatro años. Seulgi siempre estaba ahí, siempre fue mi mejor amiga y siempre lo será.

Era desesperante saber que no podías hacer nada si tu mejor amiga estaba enferma y tú no podías hacer nada para curarla.

Que nadie podía hacer nada para curarla.

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—Joohyeon, mírame —me rehusaba a hacerlo, no quería verla en esa condición.

Y no quería que ella viese mis ojos irritados e hinchados.

—No quiero, Seulgi —ella soltó una risa.

—¿Por qué no? Vamos —apretó mi mano.

La miré y todo mi mundo se vino abajo al verla así. Ninguna lagrima podría salir después de haber llorado tanto, pero aun así sentía un nudo en la garganta que quemaba desde dentro.

—Cuando me vaya—

—No Seulgi, no digas es—

—Sí, Joohyeon. Cuando me vaya... porque eso es lo que va a pasar.

Observé nuestras manos que estaban unidas desde hace tiempo.

—Quiero que seas fuerte. Quiero que dejes de empezar a llorar cuando veas sangre, porque yo ya no estaré para taparla con pedazos de mi ropa —ambas reímos levemente—. Quiero que no llores. Quiero que conozcas a alguien y puedas ser feliz, no que sigas pensando en el mismo idiota de hace cuatro años. Quiero que si conoces a un lindo chico idiota con sonrisa cuadrada, te des tiempo de conocerlo. Quiero que tengas más amigos y amigas. Que viajes, que conozcas... Quiero que seas feliz, Joohyeon.

Toda la barrera que había construido se derrumbó. Comencé a llorar y me acomodé junto a ella en la cama para abrazarla.

—No importa qué, siempre estarás en mi corazón, Joohyeon.

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La muerte de Seulgi había llegado. Las lágrimas ya no se atrevían a salir, ella no quería que llorara, ella quería que fuera fuerte y eso era lo que estaba haciendo.

Después de varios días, escuché que un chico había recibido un trasplante de corazón de Seulgi. Él chico se enteró de nuestra amistad y quiso conocerme.

Al llegar a la habitación del hospital, una pareja algo mayor me observó y abrió los ojos. Acompañaban a un lindo chico que estaba recostado en la cama.

Me saludaron con una reverencia y me dejaron sola con él.

—Hola... —saludé tímidamente.

—Hola. Eres Joohyeon, ¿cierto?

—Si... Y tú eres Taehyung.

—Seulgi tu amiga... Ella me salvó la vida.

Sonreí.

—Lo sé... Ella solía hacerlo muy seguido conmigo.

—Yo... estaba pensando...

''Quiero que si conoces a un lindo chico idiota con sonrisa cuadrada, te des tiempo de conocerlo.''

—Ya que yo tengo el corazón de tu mejor amiga, ahora yo seré tu mejor amigo.

Sonrió. Sonrió enseñándome una hermosa sonrisa cuadrada y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

Inclusive aunque Seulgi no siguiera aquí, ella seguía salvándome.

Basado en hechos reales. 


Best friends. ➳Taehyung, BTS.Where stories live. Discover now