Me duele. Me duele estar triste, me duele el vacío, me duele, me duele. Me duele no poder disfrutar, me duele no saber qué me duele, me duele no saber por qué, me duele no poder pararlo, me duele pensar que nunca parará. Me duele no saber qué es, me duele no poder nombrarlo, me duele intentar explicarlo, porque las palabras se forman pero nunca cobran el significado. Me duele que me duela. Me duele estar rota, me duele saber que no me voy a arreglar. Me duele ver que el tiempo pasa y que nunca para, nunca para de doler. Me duele ver que puedo ser algo, me duele ser bonita, me duele tenerlo todo y no poderlo arreglar. Me duele tener la suerte, me duele tenerlo fácil, me duele tener mil razones para sentirme plena, y que solo una, ninguna, sea suficiente como para robarme el alma y nunca devolvérmela. Me duele que el dolor me entorpezca, me duele que siempre se interponga en mis esfuerzos por llenarme entera. Me duele que cuanto más lo intento, cuantas más razones encuentro para llenar el hueco, este nunca se llene, si no que se haga más evidente. Lo he llenado de todo, he drenado mi sangre, insuflé mi alma, pero nada lo calma, cuanto más lo lleno, mayor es la pena, pues sé que ya no queda ninguna cura que no haya probado ya.