Verano del 43

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Verano del 43

El cielo es rosa, por un minuto. Ni el día ni la noche gobiernan el firmamento. ¿Que mas pudiese  pedir? Las aves callan. Y una estrella brilla sobre nuestra cabeza. Aquel primer Astro fue el ultimo esa noche en verse en el cielo, pero no la única en aquel paraje, pues a mi lado, mi Lucero me hacia compañía. 

Oscuros ojos, como el averno donde sufren mis ancestros, Rojos labios como la Sangre que se fue de mi aquella tarde. Blanca piel Como la sal marina que se incrusto en mi arma en la playa de mis pesares. Bella. Bella como ninguna. Y mía, mía por algunos minutos. Yo suyo por la eternidad. 

¿Donde conocería tal tranquilidad como la de aquel minuto fuera del tiempo?. Ni día ni noche. Cielo rosa cargado de lluvia sobre nosotros. mi vida descansaba en mis brazos mientras jugaba con los pliegues de mi chaqueta de cuero, robada a la victima de mi arma, cargada para matar a un contrario, que seguía las ordenes de un rey al que mi rey no quería.

Ahora el cielo Rosa que sostenía un dios al que muchos reyes veneraban, nos regalaba una lluvia, tan tenue como el murmullo de dos amantes, que se declaran su amor, nuestro amor nuestro murmullo. En aquel lugar desprovisto de lógica, en aquel paraíso de paz. Tu mi paz, tu mi paraíso. La lluvia mi sangre, las nubes, mi dios, Y nuestro amor mi arma, la cual quitara vestiduras no para herir, sino para ser feliz.

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⏰ Última actualización: Mar 11, 2015 ⏰

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