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-¿P-Podemos hacerlo? Aah- se aferró a la espalda de su pareja quien lo embestía con más fuerza logrando que rasguñara parte de su caliente piel.

-Es peligroso, Jiyong mmh- aprieta con fuerza una de las largas y sensuales piernas del rubio haciendo que sus dedos se marcaran en aquella suave y delicada piel.

-Por favor, Hyunnie aaah así más mmh- dejó de marcar la gran espalda para aferrarse con fuerza al platinado cabello de Seung Hyun ya que sentía el orgasmo cerca por las rudas embestidas en su próstata que el mayor sabía dónde tocar con exactitud.

-No- suelta la pierna del menor para jugar con los duros pezones de Jiyong.

-Aaah haré lo q-que sea mmmh aaah-

Y las rudas embestidas se detuvieron logrando que el rubio mirara la penetrante mirada de Seung Hyun que siempre lograba hipnotizarlo.

-¿Lo que sea?-

Mordiendo su labio inferior, Jiyong asintió sintiendo que pronto se correría sin necesidad de que el peliplateado siga embistiéndolo.

-¿Estás dispuesto a ser mío si autorizo a hacer una fiesta para Halloween?-

-Pero si ya soy tuyo, Seung- sonríe acariciando el rostro del mayor.

-Lo sé, pero sabes a qué me refiero, ¿verdad? Quiero que seas mío para toda la eternidad, Yongie- sin apartar su vista a la del rubio quien meditaba aquellas palabras, tomó su mano para depositarle un beso en la palma.

-S-Sí, lo comprendo perfectamente. Y acepto estar contigo para siempre porque te amo, Seung Hyun-

El peliplateado sonrió satisfecho y besó a Jiyong de una manera para nada delicada. Jadeando de desesperación, ladeaban sus rostros para que sus lenguas jugaran exquisitamente dentro de la boca del rubio hasta que el menor sintió sofocarse junto a un pequeño pinchazo entre sus labios, por lo que dio por terminado el beso y un hilo de saliva se escabulló por la comisura de su labio logrando que Seung lamiera aquella zona y riera divertido.

-Quítales el filo- hace un adorable puchero.

-Lo siento, Yongie pero tú me provocas tanto que no logro contenerme- lame sus labios y retoma sus embestidas.

-Aaah mmh e-espera- se sujeta de los hombros del peliplateado.

-¿Qué sucede ahora?- frunce el ceño.

-¿Entonces me dejarás hacer la fiesta de disfraces?- lo mira como si de un cachorro se tratara haciendo que Seung riera ante aquella expresión.

-Sí pero cuando la fiesta termine, serás mío-

Jiyong sonrió y abrazó al mayor atrayéndolo más hacia él mientras abría sus piernas lo más que podía.

-Ahora quiero que me hagas ver el cielo mientras te corres dentro mío- susurra de manera sensual cerca del oído de su pareja masajeando su nuca a la vez.

-Arderás en el infierno que es mucho más excitante, amor-


**


Los días habían pasado y Jiyong se encargó de realizar su tan esperada fiesta de Halloween.

Por un momento comenzó a recordar y si sus cálculos eran exactos, comenzó a vivir con Seung Hyun hace tres años y cinco meses.

Su novio es un hombre de apariencia joven. Hasta recuerda la primera vez que le preguntó su edad en la primera cita ya que creía que estaba saliendo con alguien menor que él pero Seung le respondió que tenía veintisiete por lo que Ji era un año menor.

Promesa eternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora