Con El Corazón.

30 2 0
                                    


Nuestra historia comienza en un lugar desconocido, alejado de todo atisbo de humanidad. Es una especie de huerto, pero no como usualmente los conoces tú, este huerto no es mas que el lugar de abastecimiento de una poderosa hechicera que de a poco se aproxima a uno de sus mas fieles lacayos, un viejo y delgado espantapajaros.

Este desdichado ente, fue la primera creación exitosa y duradera de la hechicera, su facultades iba mas allá que las de un simple mortal, hablar, caminar, pensar, sentir... 

La bella dama, con ojos tan negros como el alma de los condenados se toma con él en medio de su recolección de sus suministros.

-Hace mucho que no la sentía por aqui maestra.- Levantando dificultosamente su cabeza rellena de paja.

-Asique sigues con vida, después de tanto tiempo... Creí haberme deshecho de ti hace cientos de años.- exclamó con cierto recelo y una frialdad tan punzante que hasta para el espantapájaros era dolorosa.

-Creo que al menos...-

-¿Al menos que? ¿Me pondria feliz de verte? no me hagas reir, solo eres un viejo espantapájaros.- Proclama sin dejar de hacer su tarea.

-Bueno... Su presencia, al menos para mi es acogedora. Aunque me estoy sintiendo fatal, donde se supone hay un estomago, ahora hay un dolor espantoso.- confiesa de forma casi lastimera, tanto de recurrir a la poca lastima que le tiene su ama.

-Creo que la última vez que nos vimos te dije que no comieras cosas dulces, eh visto que faltan Crokners. (extrañas frutas, de dulzor desagradable, tienen forma de nabo de color verde anaranjado). Se supone que tu debes cuidar mis cultivos. NO comérselos.- dice volteando hacia el.

-No comí de tu huerto, no puedo llegar hasta ahí, sigo encadenado. Además no como cosas dulces.- intentó nuevamente subir la cabeza para "mirar" hacia su rostro.

-Entonces comiste carne santa. Tu interior no está hecho ni preparado para soportar ese tipo de carnes.- mira para el suelo con cara extrañada.

-Comer... no e comido hace tanto. Recuerdo que lo último que comí hace muchos años, fueron las migajas de un seco pan que tiraste cerca mio.-

-...- Mira hacia la cara de su extraño hijo, tiene un extraño ceño de compungida.

-Yo no puedo recoger de tus cultivos, no soy granjero.- Bajando la mirada nuevamente.

-Entonces, dedicate a ser un espantapájaros, creo que es tu vocación.- Su rostro cambió drásticamente a un tono burlesco, al soltar ese extraño chiste. 

-Ya soy uno... pero uno que debe solo imaginarte. Los cuervos me arrancaron mis ojos de botón, ahora solo tengo los hilos que los sostenían.- Dice con cierto corte en su voz rasposa.

-¿Quieres que te cosá unos nuevos?- Colocándose de forma desafiante en frente del.

-¿Harías eso por mi?- De la emoción de un salto se levanta del suelo. -O solo estas jugando con mis sentimientos.- bajando sus largos y delgados brazos de la decepción.

-Ambos querido.- Con rostro compasivo y casi maternal. -Pero te los cocería solo para que te los vuelvan a arrancar y así dependas de mis manos, otra vez.- Nuevamente con su tono burlesco sazonado con un poco de malicia.

-Quieres amarrarme a ti. Pero maestra ya dependo de usted, tu sangre está dentro de mí.- con un tono de extrañeza enorme, casi como si fuera una interrogante.

-Pero necesito mas poder sobre ti.-

-Esta bien acepto el trato.- exclamo con resignación. -Pero siempre y cuando sueltes de estas cadenas , y me permitas visitarla.- Casi rogando.

Cuentos e Historias Para Corazones Incomprendidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora