Eran las 12 am, ésa madrugada la ciudad estaba empapada de lluvia. Las calles estaban solas y casi no habían carros. A lo lejos de un callejón, se escuchaban unos pasitos que al parecer corrían a toda velocidad.
Ahí estaba Bea, tratando de correr para que no se mojara tanto, era inútil, se empapaba más. Pero no le importaba, quería llegar a su casa, darse un baño y dormir.
Vio su edificio y sintió alivio, bajo el paso y empezó a buscar sus llaves, llegó a la puerta del edificio y la abrió. Camino hacía el elevador y apretó el botón número "4", era su piso. Llegó a su casa, se quitó la ropa y se dio por vencida, no iba a bañarse, no ésa noche. Había sido un día muy pesado en la cafetería, cada fin de mes era pesado para Bea.Se puso la pijama más caliente que encontró, era una noche fría, el invierno parecía estar cerca. Destendio su cama y se acostó, no paso más de 5 minutos para que se quedará dormida.
Sonó su alarma a las 6 am, Bea sentía que ya no podía más, el trabajo y la escuela no le estaba favoreciendo mucho ¿Qué más podía hacer? Se había salido de su casa a los 19 años, había decidido valerse por sí misma. Estaba arrepentida, pero era demasiado orgullosa como para regresar a la casa de sus padres, no veía la hora para graduarse. Le faltaban sólo 2 años.Se levantó de la cama y fue directo al baño, se dio una ducha rápida, se puso lo primero que encontró y salió a esperar el camión. De camino hacía la escuela pensaba en toda la gente que estaba en ésa escuela, todos eran tan comunes e idiotas. No soportaba estar ahí, no toleraba a nadie a excepción de Tamara. Tamara era extraordinaria, a pesarde no ser su mejor amiga, Bea sentía mucha cercanía hacia ella. Hacía que la escuela no fuera tan pesada.
Llegó a la escuela y entró a su primer clase, como era de esperarse Tamara ya estaba en el salón, tenía la costumbre de llegar 5 minutos antes de lo planeado.
- Hey! Tamara- Bea sonrió y se dirigió hacía ésta.
- Bea, te extrañe todo el fin. - Esbozó una sonrisa, se levantó de su lugar y envolvió a su amiga en un abrazo.
- No creo que me hayas extrañado, no con Dereck haciéndote el amor en ése lago del que tanto me hablabas la semana pasada "Ya quiero que sea viernes, no puedo esperar para ir al Lago Sheppard con Dereck"- Emitió una voz chillona y burlona al decir ésto, rodo los ojos y soltó una risita.
Tamara estaba a punto de contestarle, pero la interrumpió el profesor de literatura, se sentaron y sacaron sus cuadernos. Saco una pluma y arrancó un pedazo de papel, escribió algo y se lo dio a Bea.
"Prefiero no hablar de Dereck, tú eres más interesante :) Y más bonita."
Bea sonrió y no era porque le hubiese causado gracia, sonrió como una nena de 5 años cuándo le regalan su primer cachorro y no supo por qué. Guardo el papel al final de su libro y le dijo a Tamara en voz baja: "Eres una tonta." Ambas chicas rieron, Tamara volteó hacía en frente, tratando de entender lo que les había dicho el maestro en ése tiempo que no puso atención. Mientras Bea, se quedó mirando a su amiga como una boba, sabía que tenía que apartar su mirada, pero no podía. Una voz la saco de ésa "hipnotización"
- ¿Podrías repetir lo último que dije? - Puso su mirada sobre Bea, esperando a que ésta dijera algo. Si había algo que el señor Hook odiará, eran los alumnos que no ponían atención.
El sr. Hook sabía que no iba a responder, así que volteó hacía el pizarron. Tomó un pulmón y escribió sobre éste las páginas que tenían que leer.
Camino hacía la banca de las chicas y se dirigió a Bea. Se inclinó hacía ésta, viéndola a los ojos y con el ceño fruncido le dio su pluma y señaló el pizarrón y después su libreta.- Anoté eso ¿O cree que viendo a su compañera le va a aparecer mágicamente en su libreta? - Continuó caminando y no dio tiempo a que Bea le contestará.
Bea estaba increíblemente roja, empezó a anotar las páginas rápidamente en su libreta y notó que su amiga la estaba viendo.
Sus compañeros empezaron a abandonar el salón, todos se dirigían a almorzar.- ¿Qué? - Dijo ésta con media sonrisa y aún mirando a su libreta. No podía mirar a su amiga y ni siquiera sabía por qué.
- Me encantas - Los ojos de Bea se abrieron más de lo normal, sintió como si alguien le hubiera dado un golpe por dentro en el pecho. Trato de disimular, ya que su amiga iba a continuar con su platica. - pasa que el viernes en el lago Sheppard, Dereck me ignoro porque se dio cuenta que estoy enamorada de ti. Tanto así. - Inclinó su cabeza un poco, apreto los labios e hizo una sonrisa, que más bien parecía forzada. Tomó sus libros, los puso en su mochila y se paró de la silla - Así de increíble fue mi fin de semana en ése maldito lago. Un gran desperdicio, por cierto, creí que se convertiría en mi lugar favorito. Me hubiera gustado, era un lugar muy bonito. En fin, no quiero hablar de eso.
- ¿Dereck te dijo eso? Tremendo idiota, Tam, lo siento. No quería, yo, no sé... ¿Por qué pensó eso? ¿Qué no ve que estás loquita por él? - Subió sus rodillas en las sillas y las arrastró hasta llegar a su amiga, dio un saltito y la abrazo. Sintió que su cuello se le humedecía, Tamara estaba llorando. La atrajo más a ella y la apretó un poco más, cerró los ojos y escondió su cara en el pelo de su amiga. Bea sólo quería que Tamara supiera que no estaba sola y que nunca iba a estarlo mientras estuviera con ella. Apartó el cuerpo de su amiga del de ella y tomo su cara entre sus manos, la miro y por un momento sintió como su corazón se le hacía más grande, pero no hizo tanto caso a ésto. - Tam, ningún hombre que te haga llorar te merece. Mírate! - Sonrió al decir ésto y apreto un poco los cachetes de su amiga- Eres hermosa y él es un idiota. - Apretó más los cachetes de Tamara, haciendo que se viera graciosa, se rieron y apartó las manos de su cara. Saco papel de su pantalón y lo extendió hacía Tamara.
- Prefiero enamorarme de ti- Bea sonrió por dentro, gritaba por dentro y por fuera parecía estar tan calmada, que nadie imaginaría que había un huracán dentro de ella. A pesar de saber que su amiga lo decía como metáfora, no podía evitar todo eso que le hacía sentir emoción y a la misma vez tanto miedo que quería salir corriendo, pero no podía. - A estar con un patán como Dereck, ésta vez llegó al límite. Estoy harta de sus inmadureces, no pienso regresar de nuevo con él. Bea, eres muy especial para mí, nunca me dejas sola. Tal vez eres lo más real que tengo.- Sonrió y abrazo a Bea una vez más.
"Lo más real que tengo" Ésa frase iba a guardarla para siempre, tal vez no significaba nada para Tamara, pero para ella había sido como ganar la lotería. Haber conocido a Tamara en ésa excursión de la escuela en primer grado, el simple hecho de haberla conocido, era como si tuviera una galaxia sólo para ella.
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Idk.
RomanceBea está perdida, tal vez sólo necesita a alguien que la saque del hoyo en el que está metida o que alguien se meta con ella. Culquier forma funciona, tal vez Tamara sea su salvación o Bea sea la perdición de ésta.