¿Quién era él?
Ese hombre bailando con una multitud emocionada, gritando y saltando por cualquier lugar en aquella discoteca donde se me había ocurrido pasar la noche.
¿Quién era él y por qué me estaba observando?
Miré hacia mi lado para asegurarme que no estuviera equivocado sobre mis pensamientos, pero aquello era cierto, él me estaba mirando mientras yo bebía una copa sentado cerca al bar.
Alto, pálido, con gafas y su cabello negro despeinado y vestido con una sudadera verde oscuro junto a unos jean azules y zapatos blancos; así lucia el chico frente a mi.
No podía negar su atractiva apariencia y que había captado mi atención al momento. Quizás seria por el alto nivel de alcohol presente en mi organismo ahora mismo, la verdad era que había consumido demasiadas bebidas alcohólicas.
El chico empezó a caminar hacia mi, con su mirada aun puesta sobre la mia. Eso me había puesto nervioso, aun mas cuando se sentó a mi lado, pidiendo una copa de alguna bebida que no alcance a escuchar.
Bebí de la mía, intentando no parecer nervioso.
-Mi nombre es Miguel.-me dijo con un peculiar acento. Me gire a verlo.- ¿Como es el tuyo?
-Rubén.-dije sin mas. Podía sentir el olor de su perfume, tan varonil y atrapante.
-¿Sueles venir aquí a menudo?
-No, pero si he venido un par de veces.
-¿Te gusta este lugar?
-Para pasar el rato, si.
Me dio una media sonrisa cautivadora.
- ¿Pasas el rato sentado en esta silla? Vaya noche.-rió un poco.- ¿Bailas?
-Si.-le dije como si fuera obvio. Aquello me había ofendido.
-Vamos.-se levanto. Tomo mi mano sin autorización e hizo que me levantara y lo siguiera. Tuve que dejar mi bebida en la mesa, ojala nadie se la tomara.
Esto ahora era extraño, el chico llamado Miguel, un desconocido para mi, bailaba frente a mi sin importarle nada. Tenia buenos movimientos de baile, y eso no lo podía ocultar. En cuanto a mi, solo le observaba y no me toco mas que seguirle el paso y bailar con el.
La música se apoderaba de mi cuerpo y me deje llevar por el momento. Mas personas se nos unieron luego al baile extraño que teníamos.
Cerré mis ojos para seguir el ritmo de la música y moverme con mayor facilidad. Cuando siento unas manos posarse en mis caderas, salto exasperado y era Miguel quien se había acercado a mi siguiéndome el paso.
Mi yo sobrio pensaría que había sido muy atrevido de su parte acercarse como lo estaba haciendo. No supe en que momento ya ambos estábamos bailando tan pegado que sentía su respiración y el calor que transmitía su cuerpo.
Lleve mis manos a su cuello y me deje llevar por sus movimientos.
Ahora que lo tenia tan cerca podía darme cuenta de lo guapo que resultaba ser a pesar de la variedad de luces en la pista y de mi increíble manera de ver la realidad ebrio bailando con un desconocido.
Podía notar que él sonría mucho, y que yo mordía mi labio inconscientemente cuando lo miraba. No se que era lo que tenia ese chico, pero me atraía bastante.
Jamas debí tener ese pensamiento.
De un momento a otro, estaba besándolo encerrados en un baño de allí. Debía admitir que su forma de besar era excitante y me incitaba a hacer muchas cosas ahi dentro.