27 (Today is our day, parte 1)

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Niall y tú habían decidido pasar la mañana del sábado fuera. Irían a ver una película al cine, después irían a comprar un par de cosas que necesitaban para su casa y luego comerían algo por ahí. Te hacía mucha ilusión porque los dos habían tenido unas semanas muy ajetreadas y no habían tenido mucho tiempo para estar juntos.
La alarma que habías puesto para que no se quedaran dormidos sonó y tú te levantaste de golpe dispuesta a preparar algo de desayunar.
Hiciste dos bocadillos, uno de mortadela italiana para ti y otro de jamón y queso para Niall, y preparaste dos tazas de café con leche. Lo pusiste todo en una bandeja con un par de servilletas y te dirigiste al dormitorio.
El rubio seguía hecho una bolita debajo de las mantas. Dejaste la bandeja sobre la mesita de noche de Niall y lo sacudiste suavemente del hombro.
"Vamos Niall, despierta cariño. Hoy es nuestro día" Dijiste con esa sonrisa que nadie ni nada podía borrar.
El rubio abrió los ojos y sonrío ampliamente al verte, pero tú no le devolviste el gesto. Sus ojos se veían muy rojos y su piel brillaba a causa de la gran cantidad de sudor que cubría su piel. 
"¿Qué pasa prince..." Un estornudo lo interrumpió, haciendo que te alertaras aún más. Pusiste la mano en su frente y la apartaste al instante porque estaba ardiendo.
"¿Me has traído el desayuno? ¡Muchas gracias..." Otro estornudo volvió a interrumpirlo.
"Bebé, voy a buscar el termómetro." Dijiste preocupada.
"¿El termómetro? Estoy bien, no hace falta..."
"Niall, tú no estás bien." Dicho esto saliste del dormitorio sin darle tiempo para responder. Cogiste el termómetro del armario del baño y luego te dirigiste a la cocina para vaciar uno de esos sobres que alivian los síntomas del resfriado en un vaso con agua.
Volviste poco después y te encontraste con que el rubio se había vuelto a hacer bolita, pero cuando sintió tus pasos se levantó y apoyó su espalda en el cabecero de la cama.
Primero que nada, le diste el vaso con la medicina y se lo hiciste beber a pesar de que se negaba ya que el sabor no era muy agradable. Habían intentado imitar el sabor de la Coca Cola pero lo habían hecho tan dulce que resultaba amargo.
Cuando dejó el vaso vacío sobre la bandeja del desayuno le hiciste levantar el brazo y le colocaste el termómetro. Mientras, fuiste a recalentar las dos tazas de leche con café que ya se habían enfriado.
Volviste a los cinco minutos y le quitaste el termómetro. 40º de fiebre. ¿Cómo es que se había enfermado tanto si ayer estaba perfecto?
"¿Qué pasa? ¿Tengo mucha fiebre?" Preguntó el rubio al ver que no decías nada.
"Tienes 40º. Hoy nos quedaremos en casa, necesitas descansar para recuperarte." Guardaste el termómetro en la cajita en la que venía y lo dejaste sobre tu mesita de noche.
"¡¿Qué?! ¡No! 40º grados no es nada, yo me encuentro bien, podemos salir..." Replicó, él sabía que te hacía mucha ilusión ir.
"Nos quedaremos en casa." Volviste a decir mientras alcanzabas el bocadillo para empezar a comer.
"Pero..." Volvió a replicar pero esta vez no le dejaste terminar.
"Pero nada Niall. Nos quedaremos en casa. Tu salud es más importante." Alcanzaste el bocadillo de jamón y queso y se lo pusiste delante. "Deberías comer, te hará bien."
Él suspiró y asintió empezando a comer el bocadillo, no sin antes poner una servilleta de las que habías traído sobre sus piernas para no llenar la cama de migas.
"Lo siento cariño, hoy era nuestro día y lo he estropeado." Dijo con una pizca de culpabilidad.
Pusiste una mano sobre su rodilla y lo miraste a los ojos.
"No es tu culpa haberte resfriado y no importa si no salimos, aún es nuestro día." Sonreíste para hacerle saber que no te importaba quedarte en casa con tal de que se recuperara.
Él solo asintió y siguió tomándose su desayuno.
Cuando ambos terminaron, te levantaste dispuesta a llevar las tazas, el vaso y la bandeja a la cocina, pero los brazos del rubio rodearon tu cintura tirando de ti hacía atrás. Caíste sobre la cama y el se posicionó sobre ti apoyando su peso en sus brazos. Posó un suave beso en tu frente y continuó besando tu sien, siguió besando tus mejillas, la punta de tu nariz y la comisura de tus labios. Y justo cuando pensaste que iba a besar tus labios, se apartó de golpe riendo.
"¡Ey! ¡Yo quiero mi beso!" Te quejaste. Él siguió riendo como loco a tu lado.
"¡Ni! ¡No te burles de mí!" Volviste a quejarte haciéndolo reír a un más.
"Es que... ¡tu... cara! ¡Tendrías que ver tu cara!" Dijo entre risas. Tú lo fulminaste con la mirada y te levantaste para llevar las tazas, el vaso y la bandeja a la cocina, pero Niall volvió a agarrarte de la cintura y tiró de ti haciéndote caer en la cama de nuevo.
"¿Y ahora que quieres? ¿Vas a vacilarme otra..." El chico te calló juntando sus labios con los tuyos en un suave y corto (demasiado corto para tu gusto) beso.
"Y... ¿qué te apetece hacer?" Preguntó el rubio rozando sus labios con los tuyos mientras hablaba.

¡HOLA PERSONITAS! Aquí está la primera parte de este imagina,
los viernes estoy toda la mañana en clase, toda la tarde en mis clases de interpretación y cuando llego a casa siempre estoy cansada así que lo más seguro es que la segunda parte la suba el sábado. Espero que les haya gustado esta parte y les agradecería mucho que me dejaran su opinión en los comentarios. También quería decir que, por si hay alguien aquí que lee "SHE", que sepa que el Capítulo 3 lo subiré el sábado o el domingo porque aunque lo tengo escrito me falta corregirlo y darle un último "retoque". Y creo que eso era todo... ¡gracias por leer!

-Cristina💚

Imaginas De Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora