Capitulo 1

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Y entonces suena ese sonido agudo e irritante que te despierta, comienza un nuevo día y no te quedan más narices que seguir creciendo, y es aquí, justo en este momento del día donde te das cuenta que todas aquellas historias de princesas, brujas, madrastras, príncipes azules, caballos blancos, altos castillos,... no existen, que cuando tengas una pesadilla, no va a estar nadie ahí para abrazarte, que los manzanos dan manzanas y que cuando mueras nadie se acordará de ti, que los sueños nunca se cumplen, que los recuerdos siempre se olvidan de ti, que nunca veras un semáforo pintado de colores y que no todos los payasos son felices.

Con tan solo nueve años perdí a mi madre en un estúpido accidente de coche y a raíz de aquello deje de creer en todo lo que me rodeaba, porque sabia que tarde o temprano algo me lo iba a quitar todo y no lo volvería a ver nunca más, decidí ser alguien más entre las masas de gente que cubren el planeta y sobre todo decidí ser yo, Alex, la chica la cual hoy cumple sus 18, la cual una vez más se muda de casa, la que tiene una enfermedad a la que ni los médicos le ponen nombre y la que esta haciendo sus maletas lo más despacio posible para irme cuanto más tarde mejor.

Con mi madre se fueron muchas cosas como, ese olor a tostadas con mermelada que te invadía el cuerpo y que te daba las ganas necesarias para levantarte de la cama en un día lluvioso, al igual que la ropa con su color original, las estanterías sin polvo y las comidas caseras, todo se esfumó con ella, para dar paso a un espécimen en peligro de extinción, mi padre. Mi padre es ese tipo de hombre que lleva una sonrisa en la cara sea bueno o malo el día y con la ropa muy bien combinada (gracias a mi, porque sino el no sabe ni donde tiene la cabeza), en fin, como dije antes, mi padre es un espécimen en peligro de extinción. Él y yo tenemos esa relación perfecta entre padre e hija, lo hacemos todo juntos (excepto ir al baño claro), mis amigas tienen padre y madre y yo tengo un pack de dos por uno.

Y bueno pues como os contaba antes, hoy es mi cumpleaños, hoy cumplo los deseados 18 que toda adolescente desea tener, pero que para mi tan solo es un año más. Encima, para colmo, como regalo de mi cumpleaños, la vida me regala una nueva mudanza, vuelvo a Luisiana, por desgracia es allí donde están todos mis expedientes médicos, ademas de ser el único lugar donde se atreven a tratar mi misteriosa enfermedad.

Preparando las cajas con las cosas de mi cuarto comenzaron a salir montones y montones de fotos y recuerdos de cuando era pequeña, rodeada de todos los amigos que puede llegar a tener una niña de 3 años y rodeada de toda la alegría e ilusión que ahora me faltaba, los que no faltaban en ninguna foto eran mis dos mejores amigos, Jack, mejor amigo, vecino y amor platónico desde niña y con el cual llevo sin tener contacto desde que me fui de Luisiana y Gala la cual puede resultar bastante pesada y cabezota y con la que hablo prácticamente todos los días. Creo que la única cosa que me alegra de volver allí es volver a verles a ellos.

Ya con las cajas en el gran camión blanco de mudanzas, doy un último paseo por la que durante 2 años a sido mi casa con la intención de no olvidarme nada. Me monto en el coche sin ninguna prisa, me pongo el cinturón y los cascos y cierro los ojos fuerte intentando que de esta manera el tiempo retroceda. 

El tiempo pasa muy despacio en el coche, paramos a comer en un restaurante cutre de carretera, en el que nos sirven una comida muy poco apetecible que hacia que mi padre y yo nos mirásemos muertos de la risa y con cara de asco, pero la risa no era por la comida, creerme que la comida no tenia ninguna gracia, nos reíamos por ver que los cocineros de aquel restaurante no sabían hacer unos simples huevos con patatas y una ensalada César.

Volvimos al coche, y seguidos por el camión de mudanzas retomamos el viaje. Un par de horas más tarde el gran cartel de Luisiana se hacia ver en mis ojos, es aquí cuando me dí cuenta de la cantidad de cosas que recordaba del lugar donde viví mi infancia, sus casas bajas, sus parques ahora re-modelados, el colegio ahora con fachada y colores nuevos, e incluso recordaba una casa en ruinas que Jack, Gala y yo utilizábamos como "guarida" para escondernos de los ogros del bosque. 

Atrévete a quererme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora