Como la vida misma

Mírame

-Mira mis ojos -dijo el con una mirada pícara.
-¿Para qué? -preguntó ella extrañada por la petición.
-Solo hazlo y dime que ves.
-Bueno, pero debo decirte que estás loco -respondió acercando su cara a la de el.
-¿Que ves? -preguntó él mirándola a su vez a ella.
-Nada, tus ojos cafés.
-Mira más allá de mis ojos.
Resoplando y entornando los ojos dijo:
-Vaya que estás bien loco -mientras acercaba su cara.
-¿Qué se supone que debería ver?
-Nada... yo solo quería ver por más tiempo tus hermosos ojos verdes y tu vivida boca, para poder capturarlo en mi mente para siempre.
-Estás loco -dijo ella totalmente sonrojada.