Una fría noche de otoño [GOT7 - MarkSon]

Parte única.

Esa noche hacía frío, especialmente esa noche. El ambiente helado que había adoptado el departamento por varias horas sin la ausencia de ninguno del grupo, había prácticamente climatizado -para mal- todas las habitaciones. Jackson se removió en su cama, sintiendo frío por donde fuese: en sus piernas, en el torso, en sus manos. A excepción de su rostro, que era la excepción, todo su cuerpo tiritaba para mantener la temperatura y tratar de calentarse para poder dormir. Imposible.

Le había pedido a Mark que durmiese con él por ese motivo, para que, con excusa claramente, pudiera compartir la calidez de su compañero y dormir pegado a su cuerpo. Porque le gustaba dormir así, junto a él, sintiendo su respiración muy cerca, viéndolo en la oscuridad de la noche con la escasa luz que se filtraba por la ventana.

Sin embargo, cuando Jackson se dirigió a su habitación, Mark se quedó en la sala junto a JinYoung envueltos ambos en una manta acurrucados en la esquina del cómodo sillón. Y esto le provocó... celos.

No eran nada más que amigos, cercanos amigos de un grupo, que compartían muchos gustos, pasiones, coincidencias, hasta la habitación. Pero el verlo pegado y demasiado cercano a Junior, le cambiaba de humor, no a uno malo, sino que se volvía de dos formas posibles: o se tornaba demasiado mimoso con Mark -como demostrándoles a los demás que sólo él podía ser así-, o se ofendía por un momento. Jackson actuaba como si fueran una pareja real. Y eso era lo que quería.

Volvió a removerse, juntando sus rodillas frías y tapándose hasta la cabeza. No podría dormir si seguía de la misma forma. Deseaba que su situación fuese como la de JaeBum y Youngjae. ¿Por qué no podía ser así de simple? De la noche a la mañana ellos confirmaron su relación, y al día siguiente todo parecía mejor de lo normal. Nada de altibajos, como los que experimentaba Jackson.

Cansado de esperar, se levantó a apagar la luz, sabía que Mark no vendría y que probablemente se iría a dormir junto a Jr. Los celos volvían a apoderarse de él. Regresó a su cama y en la completa oscuridad, se imaginó cómo sería si fuese capaz de confesarle a Mark lo que sentía, cuánto lo quería, y cuánto celos le provocaba que fuese así de cercano a otro miembro del grupo.

Las ideas eran lindas, siempre con un desenlace aceptable, feliz. Pero Jackson al final siempre regresaba a la realidad. La dura realidad.

De pronto, las mantas que lo cubrían se elevaron por su espalda, sintiendo el hundimiento del colchón y la presencia de otro cuerpo en su cama. Un par de piernas rodearon las suyas, tan cálidas que invitaban a ser tocadas, entrelazándolas con las rodillas de Jackson que permanecían aún frías.

– Jackson, estás helado.

Su voz.

La voz de Mark se filtró por sus oídos.

– Gracias por venir. Pero...

– Shh. –Lo calló volviendo a murmurar detrás de su oreja.

Jackson sintió un brazo por encima de su cuerpo hasta que alcanzó su pecho, tomándolo por las manos. Hasta las manos de Mark eran cálidas, siempre fue así. Cruzó los dedos por los suyos y atrapó su mano transmitiéndole su calor.

Estaba siendo abrazado. Estaba siendo abrazado por la persona a quien más afecto tenía. A quien quería.

– No podía dejarte solo. Se siente lindo dormir contigo,

– No mientas Mark...

– No miento, Jackson. No puedo hacerlo.

– ¿Por qué no?

– Porque mentirte sería dañarte, y me niego a lastimarte.

Jackson volteó para enfrentarlo. A pesar de que su cuerpo todavía no se había calentado, necesitaba verlo a los ojos, de cerca, muy de cerca. Sin soltar su agarre, llevó ambas manos a su boca soplando con aire tibio, tratando de generar una sonrisa en Mark. Y lo hizo.

– Yo no soy el que tiene frío.

– Lo sé.

Continuó suspirando aire caliente, cerrando los ojos y sintiendo la suave fragancia de Mark. Al menos deseaba poder soñar despierto que él también lo quería, que su presencia allí no era por obligación sino por plena voluntad.

– Eres tan lindo cuando duermes.

Jackson escuchó las palabras y creyó que fue su imaginación, su voz recreando la de su compañero. Pero tras abrir sus ojos, el brillo en los de Mark lo cautivó. Aquello no era un sueño, era real.

– Mark...

– Te quiero.

No lo dejó procesar la información. Cuando quiso devolverse la respuesta, sintió una mínima presión sobre sus labios. Estaba siendo besado, por él, por Mark, y era real. Fue casto, un tímido toque, pero no por eso carente de afecto.

– Jackson, te quiero. Me siento atraído por ti desde hace tiempo, y espero no equivocarme, pero siento que tú también lo estás por mí. –Mark rió ligeramente, generando otra sonrisa en el mencionado quien no podía dejar de observarlo desde su lugar, a escasos centímetros. Tal vez sí podía ser tan fácil como sus hyungs lo habían logrado, sólo que esta vez, se le habían adelantado.

– No te equivocas. –Respondió acurrucándose más a él. Ahora más que nunca deseaba sentir su calidez, física y sentimental. Su cuerpo se llenó de una extraña sensación, recorriéndole todas sus extremidades hasta converger en el centro de su pecho. Quizá, sólo quizá, lo que estaba experimentando era el amor. Y si ese era el caso, le encantaba que fuese por él–. Yo también te quiero, Markie. Mucho.

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