Silencion

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Estabamos mi mejor amigo y yo en un callejón a mitad de la noche, el fumando y yo jugando con una navaja
-Es una linda noche ¿no Val? -Le pregunté mientras jugaba.

-Concuerdo en eso, esta fresco y además muy tranquilo. -Me respondía mientras se acababa el cigarrillo- Aún que, es un poco tarde ya. Creo que deberíamos irnos ya sabes, hay mucho loco suelto en esta ciudad jajaja

-Cierto, pero ¿qué nos podría pasar? Somos dos contra uno, si tiene un arma lo sometemos entre los dos

-Pss, claro, claro. Con toda la fuerza que tenemos imposible que podamos perder

- -En un tono sarcástico me reía.-

Mientras hablábamos dos personas se nos acercaron lentamente, nos miraban a unos metros y sus ojos estaban clavados en nuestros pechos, como si estuvieran viéndonos el corazón. Se saboreban con sólo vernos. Mi mejor amigo se empezó a asustar al verlos, mientras que yo los ignoraba.
Las personas se nos acercaron y trataron de atacar con una mordida, esquive lo más rápido que pude y trate de apuñalarlos.

-¿¡Qué mierda hacen idotas!? -Grito mi amigo.

-Callate chico.- Sonaba como un demonio Dolían los odios de solo escuchar. En un mal movimiento de mi amigo Val uno de ellos abrió la boca, su mandíbula se separo en dos partes creando un ser con apariencia de cabra, la criatura salida del Tan-Tharia se acerco a mi amigo lentamente, le mordió el cuello tan rápido que no se vio a la vista humana

Mierda!- Pensé.

No sabia que hacer, estaba completamente atemorizado y el terror aumentaba al ver a esa cosa acercándose a mi lenta y silenciosamente. Con mis pocas agallas solté un chirrido, este hizo que la criatura se arrodillara de dolor mientras se tapa lo que parecían ser sus odios, a mi cabeza vinieron mil cosas

-¡Silencio! -Gritó- Me das asco, usas técnicas tan bajas.-

Mi cabeza reflexionó y me di cuenta que eso no aguantaba los sonidos. Por eso pedía tanto silencio, saque mi navaja y la pase por la pared haciendo un sonido semejante al de rasguñar una pizarra, al mismo tiempo silbaba para causarle más daño aun. Mientras la bestia se retorcía en el suelo logre patearla, hice que cayera en un charco de lodo, era mía, me acerqué silbando y lo mire desafiante. Eso sabia lo que iba a hacer, incline mi cabeza y puse mi boca donde estaba lo que parecía ser su oído y me dispuse a silbar lo más fuerte que pude, no habían pasado ni diez segundos y su cabeza exploto por todos lados. Tome mi navaja, vi el cuerpo muerto de mi amigo y me fui.
Camine por media hora y me metí a un bar, me senté en la primera banca que vi y mire al hombre que atendía

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2016 ⏰

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