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Pase la tarde tratando de convencer a Jimin que no lo violaría, jugamos un rato y comenzaba a caer la noche y ya era momento.
Lance una polera negra, pantalón negro, chamarra de piel negra y unos converse.
–Pontelos– Dije algo agresivo pero divertido a la vez.
–Yoongi, me estás asustando– Estaba confundido el mocoso.
–Quieres que volvamos como antes ¿no?– Asintió– Obedeceme.
Comenzó a desvestirse frente mío, tenía que admitirlo estaba muy bueno.
Me dirigí hacia el armario y saqué una mochila, la comencé a llenar de latas de pintura, papel higiénico, huevos, globos, harina y de más.
Cuando levanté la mirada Jimin estaba sentado en mi cama mirándome confuso.
Joder, vestido así se ve de puta madre.
Sonreí al verlo y el me devolvió la sonrisa.
–Eres un niño muy bueno– Interrumpí el silencio– Bien portado y obediente, no te digo que cambies pero no dejaré que pases tu juventud encerrado estudiando– Apreté sus mejillas y el hizo un puchero– Necesitas vivir la vida con unos cuantos "crímenes"–
Así le llamaba el a todo lo que hacía.
–¿Listo?
–Listo.

Jodete. «y.m»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora