Los sentimientos de Estella

1K 144 36
                                    


No sé qué viste en mi para prometerme amor eterno...

Al principio creí que estabas atraído por mi físico -como todos los demás- y te trate con el mismo desprecio y desdén que a todos, pero muy para mi sorpresa tu seguías siendo amable y respetuoso conmigo, sinceramente creí que eras una especie de masoquista o retrasado mental

-buenos días, Estella-

-¿que tienen de buenos Pirrup?- conteste con ese tono arrogante tan propio de mí

-bueno, hoy hace un día bastante agradable-

-es un día como todos-

Fue todo lo que dije para después irme a mis clases, no soportaba que me vieran hablando contigo; tu solo eras el chico huérfano y pobre que estudiaba gracias a una beca, y yo era la heredera de la familia Havisham, tenía que estar cerca de gente de mi mismo estatus; pero tu parecías no entenderlo y eso me exasperaba, yo no quería que me saludaras, me sonrieras o fueras amable conmigo

-hola Estella...-

-¿qué diablos quieres Pirrup?- ni siquiera me moleste en levantar la mirada de mi libro

-bueno...me preguntaba... Me preguntaba si, si saldrías conmigo-

Aparte la vista del libro y te mire con el ceño fruncido en señal de indignación, no te grite solo porque estábamos en la biblioteca y se hubiera visto muy mal que lo hiciera, así que con voz baja intente hacerte entender que eso no pasaría nunca

-¿y que te hace pensar que yo saldría contigo?-

-bueno, no lo tomes como una cita si quieres, yo solo quiero hablar contigo y llegar a ser tu amigo-

-¿amigo? -en mis labios se formó una sonrisa con burla- ja, ¿Qué te hace pensar que yo necesito amigos?-

-bueno...casi siempre te veo sola, y se lo duro que puede llegar a ser eso; en mi infancia nunca tuve un amigo-

-no me compares contigo Pirrup, a diferencia de ti yo no estoy interesada en las demás personas; hasta podría decirse que los odio a todos-

-no digas eso, odiar no es bueno-

-¿qué? ¿Qué clase de marica eres?-

-no es que sea marica, lo que quiero decir es que es mejor tener el corazón lleno de bondad-

-eres más pendejo de lo que pensaba Pirrup-

Me levante de mi asiento y me fui como siempre, pensé que al decirte eso te mantendría alejado de mí, pero no fue así; tu nunca te rendiste conmigo y seguiste ofreciéndome tu amistad incondicional, a pesar de todos los maltratos, las humillaciones y los desaires tu jamás me dejaste sola, no sé en que momento me empecé a sentir culpable de lo que te hacia

-¿porque insistes Pirrup? acaso no entiendes que yo no soy una persona afectuosa-

-no digas eso Estella, no eres una mala persona; creciste en un ambiente frio y carente de emoción, pero creo que aun tienes un corazón cálido-

-¿qué sabes tú de cariño si creciste solo en un orfanato?- mis palabras salieron tan hirientes como siempre

-creo en el amor, y aunque no lo tuviera de pequeño nunca perdí la esperanza de encontrarlo; cuando te conocí supe que estaba destinado a quererte y a derretir el hielo que cubre tu corazón- me dijiste con los ojos llenos de ternura

-eso es tan cursi que me provoca nauseas-

Y no era mentira, de verdad mi estómago se estaba agitando violentamente y sentía que vomitaría; como primer acto de "caridad" decidí ceder a tu insistencia y te concedí el honor de ser tu amiga -a escondidas de todos, claro- eso hizo una variante en mi día a día y te convertiste en una constante, me fastidiaba tu forma de hablar sobre los sentimientos, aborrecía tu sonrisa y odiaba que me hicieras sentir especial...

"estoy sufriendo y es tu culpa"

Yo sabía que nada bueno saldría de juntarme con un estúpido idealista como tu; ahora las lágrimas que salen de mis ojos arden en mis mejillas como si estuvieran hechas de fuego, mis delgados labios que antes solo podían formar sonrisas arrogantes ahora tiemblan intentando ahogar sollozos, ¿Por qué hiciste esto? ¿Por qué me enseñaste a sentir si me ibas a dejar repentinamente? ¿Para esto querías que sintiera bondad? ¿para sufrir?

-¡dime porque diablos lo hiciste!-

No pude evitar gritarte, todo lo que estaba pasando era tu culpa; tenía que desahogarme de alguna forma, mis rodillas no soportaron más mi peso y me desplome sobre el pasto verde, abrazándome a mí misma para evitar sentir el frio de tu ausencia, nunca me había sentido así, tan desolada e infeliz; una parte de mi piensa que me estas castigando por todo lo mal que te trate antes, involuntariamente mis manos forman puños y arremeto contra ti, o lo que queda de ti...

                                                      Una fría lapida

Y golpeo el frio cemento, con tal fuerza que mis nudillos comienzan a sangrar y mis delgados dedos parecen deformarse; todo esto es tu culpa, si no hubieses insistido en hacerme sentir bondad, yo no estaría sufriendo ahora por tu repentina muerte, eres un idiota

"el peor hombre que he conocido".


Las ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora