Hey! I think I like you...

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Después de dejar en claro que irían a su casa, Jin lo arrastra fuera del dosel del local hasta la lluvia y ambos comienzan a caminar tranquilamente como si el cielo no se estuviera cayendo por encima de ellos. El pensamiento de que es posible que se enfermen queda escondido en su subconsciente cuando el doctor comienza a hablar otra vez y Namjoon sólo se concentra en lo que el otro dice. Jin le cuenta de sus citas anteriores, que son muchas más de las que él tuvo todas con chicos.

—Tengo una pregunta... —empieza Namjoon mientras caminan, son pasadas la media noche así que la línea de buses no funciona—. Siendo tan... Interesante ¿Cómo es que estás soltero?

—Nunca te dije que estaba soltero —responde Jin y el moreno lo mira con los ojos muy abiertos. No pasa ni medio minuto cuando el pelinegro estalla en carcajadas—. Estaba jugando.

—Mala broma —SeokJin se encoge de hombros pero no responde a su pregunta, sino que cambia el tema.

Caminan a paso lento, por casi una hora bajo la lluvia que poco a apoco empieza a atenuarse hasta convertirse en un rocío. Cuando llegan a su edifico los dos están más que mojados y se apresuran a entrar para refugiarse del frío que los azota con más fuerza debido al estado de la tela. El silencio se instala entre los dos mientras suben las escaleras hasta el piso cuatro, pero no es un silencio de esos que te ahoga sino uno en los cuales es cómodo estar, están tomados de la mano y esta vez es Namjoon quien arrastra al pelinegro escaleras arriba y por el pasillo hasta la puerta de su apartamento.

Namjoon vacila, consciente de la mano de SeokJin en la suya, la palma suavemente contra la suya. Todavía están en la puerta, uno al lado del otro, a punto de entrar. La noche había sido tan extrañamente perfecta que parecía irreal, Namjoon no puede recordar la última vez que se sintió feliz de esa manera... Había pasado tanto desde su última relación, desde la última vez que había sentido ese mareo, esa simple excitación ante miradas tranquilas, prolongadas y dedos entrelazados. Y sabe que no puede, no debe sentirse de esa manera porque se trata de Kim SeokJin, el médico que acaba de conocer, es muy pronto. Demasiado.

— ¿Namjoon? —SeokJin interrumpe sus pensamientos, su voz suave y el contento en su rostro inconfundible, casi expresando burla—. ¿Vas a abrir?

El moreno asiente y se obliga a soltar la mano de Jin para sacar las llaves de sus pantalones —se le hace verdaderamente difícil debido a la tela mojada— y abrir finalmente la puerta, haciéndose a un lado en el pasillo para que el menor pase primero. Jin se ríe y hace una venía exagerada antes de entrar caminando de espaldas para no perder de vista al moreno, Namjoon le sonríe, todavía titubeante, y SeokJin se acerca para tomar su mano de nuevo y adentrarlo consigo al apartamento. Se quedan de pie en la entrada sacándose con dificultad las chaquetas, desenrollando las bufandas de sus cuellos y sacándose los zapatos, sin molestarse en ordenarlos y simplemente dejándolos sobre el suelo. Se quedan en una oscuridad casi absoluta después de cerrar la puerta, la única luz proveniente del pasillo por rendija debajo de la puerta; Jin se acerca, y Namjoon se estremece anticipando cada movimiento, aspirando su aliento ante la intimidad de sus cuerpos que se ciernen cerca, el pulgar de SeokJin trazando círculos ligeramente sobre la palma de su mano izquierda.

—SeokJin —murmura.

—Namjoon —corresponde SeokJin ameno, empujando a Namjoon suavemente hacia atrás para que se apoye contra la puerta. Pasa una rodilla por entre sus piernas haciéndose espacio para meterse entre ellas y presiona más sus cuerpos, respiraciones que empiezan a agitarse, ojos cerrados y alientos que chocan.

—Joder estoy nervioso —dice Namjoon, un ligero pánico en su voz—. Ha pasado un buen tiempo desde... —«la ultima vez» Su brazo libre se aprieta alrededor de SeokJin, y el pelinegro se deja hacer, pasando su mano por detrás de su cuello y enterrando los dedos en los cabellos de su nuca.

Hey Mr. X! ➳ NamJinWhere stories live. Discover now