Dos Corazones Rotos - 2da Temporada/Jos Canela {TERMINADA}

Capitulo •63•

–¡Despierta!– Grité saltando a la cama de Jos, él se quejó y cubrió su cabeza con una almohada –Jos– Le quité la almohada y comencé a golpearlo con esta, él no dejaba de hacer sonidos de enfado.

–¡Basta!– Gritó mientras me acorralaba con sus brazos y me recostaba en la cama haciéndose quedar arriba de mí –¿A que se debe tu hermosa presencia esta mañana de sábado que pensaba levantarme hasta medio día?– Dijo con sarcasmo.

–Te voy a invitar a desayunar– Dije sonriente.

–¿Qué? ¿Tú invitarme a mí?– Asentí –¿Cómo por qué?

–Bueno, tal vez sea porque te amo, y también tengo derecho de consentir a mi novio.

–Me encantas– Dijo mientras me miraba enternecido –Me cambiaré y nos vamos– Besó mis labios y después se quito de encima de mi.

Buscó entre sus cajones algún conjunto de ropa, después se metió unos minutos al baño, y salió listo y muy perfumado, me encanta su aroma.

–Vámonos– Tomé su mano y lo llevé hasta afuera de su casa.

Jos sacó las llaves de su auto de su bolsillo pero yo negué y se las arrebate.

–Nos iremos caminando– Dije y él me miro con confusión.

–¿A donde iremos?

–Al mcdonals que esta en la plaza de a un lado– Respondí.

–Oh no, no puedes llevar a tu novio al cual dijiste hace unos minutos que amabas, a un asqueroso mcdonals– Se quejó.

–¿Como te atreves a llamarlo "asqueroso"?– Me cruce de brazos.

–Mira, mejor vamos a un restaurante que tiene los mejores desayunos en la ciudad, es mi l...

–No, no y no– Lo interrumpí –Vas a aceptar ir a donde te dije, quieras o no, ¿O acaso que quieras verme furiosa como nunca antes me has visto?– Enarqué una ceja, Jos viró los ojos y soltó un pesado suspiro.

–Bien, será en donde la princesa quiera– Hizo una sonrisa forzada y yo sonreí victoriosa, tome su mano para empezar a caminar a aquel lugar que amaba.

Una vez dentro de Mcdonals, le indiqué a Jos que buscará una mesa y yo me dirigí a pedir los desayunos.

Busqué a Jos con la mirada, hasta que lo vi sentado en una mesa en la esquina del lugar, camine hacía él y dejé la charola sobre la mesa mientras me sentaba frente a él.

–Aquí tienes un rico McMufin con tocino y huevo– Observó con asco lo que acababa de poner frente a él –Vamos Jos, por lo menos pruébalo.

–No puedo creer que haga todo lo que me pidas– Negó con la cabeza mientas daba una mordida a su desayuno. Después de tantas extrañas expresiones en su rostro, se formó una de agrado.

–¿Y bien?

–Pues no esta tan mal– Dió otra mordida.

–Oh vamos, se que lo amaste– Dije riendo al ver como lo disfrutaba.

–¿Por que me trajiste aquí?– Sonreí con melancolía.

–Es mi restaurante favorito y lo encontré gracias a ti– Contesté.

–¿Cómo qué gracias a mí?– Frunció el ceño.

–El primer día que hablamos, tú me diste indicaciones de venir a esta plaza y aquí fue donde comí, ese día a pesar de como te habías comportado conmigo, me sentía feliz de haberte conocido– Jos me miraba atento, quien diría que después de tantos problemas, estaríamos aquí juntos –Te amo Jos, te amo con todo mi ser y quiero amarte de esta manera el resto de mi vida.