uno: enchanted.

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I was enchanted to meet you.

Keaton se despertó aquella mañana realmente cansado, luego de varias horas de fiesta por fin se arrepentía. 

Después de darse una ducha, desayunó con su hermano y su mejor amigo mientras hablaban de la fiesta de la noche anterior. Aparentemente, Tyler habría conquistado una chica muy linda pero estaba interesado en otra que no le dio mucha atención. Wesley como siempre, estuvo con muchas chicas en algunos momentos. Y luego estaba Keaton, su hermano dijo que él había coqueteado con varias chicas y bailó con algunas pero más que eso al parecer no pasó.

—Por eso, amigo mío, morirás virgen —dijo su mejor amigo Tyler para luego posar la taza sobre sus labios.

Keaton hacía un año que quería ser como ellos, hasta les había pedido consejos pero él nunca podía conquistar a nadie. Podría aparentar ser el chico más rudo y difícil del mundo e igualmente ninguna chica se fijaría en él, por su aspecto de "chico bueno".

—Yo, te diré dos cosas. —Wesley levantó su dedo índice hacia el techo, mirando a Keaton—. Primera, ponte en forma; con tu físico quizás no conquistes a nadie hasta los veinticinco. Y el segundo, deberías reconsiderar hacerte gay; anoche había un chico que no apartaba la mirada de ti.

Tyler soltó una carcajada, ahogándose con su café. Keaton se sorprendió un momento y luego rio para seguirle la corriente a Wesley y Tyler que reían.

—¿Te imaginas a Keaton homosexual? —dijo Tyler observando a Wesley con una sonrisa.

—Siempre imaginé a Keaton casado contigo en un futuro —respondió el hermano del más joven soltando una carcajada.

Keaton de alguna manera, se imaginó una vida con Tyler. Pero a los segundos, esos pensamientos se fueron. No era gay, ni tampoco le atraía un chico; nunca le atrajo uno, y dudaba que a sus dieciocho años su orientación sexual cambiara.

Horas más tardes, Keaton se encontraba en el gimnasio por entrenar para baloncesto con una camiseta blanca y una sudadera negra. Traía unos pantalones deportivos y su cabello totalmente despeinado. 

—Chicos, vengan. —Su entrenador, los atrajo a todos haciendo que se posicionaran todos a su alrededor—. Hoy tendremos clases con las chicas porque el campeonato de ellas se acerca y necesitan entrenar más ¿sí? No sean violentos, son chicas. —Guiñó el ojo e hizo que todos volvieran a sus posiciones.

El entrenador caminó hacia el vestuario de las chicas, y cuando salió de allí todas las chicas con el uniforme deportivo salieron. Los chicos las miraron por un momento, comparándolas, pero al oír que el entrenador chifló el silbato, empezaron a jugar.

Keaton jugó un momento, parcialmente bien. Pero luego se separó de su grupo de amigos para descansar unos segundos.

—¿Te cansaste? —Sintió la dulce voz de una chica a su lado. Volteó a observarla, estaba sudado y cansado por lo que demoró en verla bien.

Su cabello era de un color castaño oscuro y de lejos se podía percibir el aroma a frutos rojos. Sus labios no eran muy delgados, ni tampoco gruesos, estaban bien proporcionados; al igual que el resto de sus rasgos faciales.

Sus ojos eran de un color verde oscuro, realmente muy hermosos y penetrantes. Su rostro no tenía marca alguna de acné, a diferencia de Keaton que todavía conservaba sus manchas hace ya un par de años.

Demoró unos segundos en responderle; debido a la sorpresa y por estar perdido en sus ojos. Pensó una respuesta adecuada que lo haga ver genial y luego  de sonreír contestó irónicamente:

—No, me detengo sudando y con la respiración acelerada porque se me ocurrió.

Él esperó un momento, atento a su reacción y por poco suspira aliviado al oír su risa.

—Me llamo Destiny. —Se presentó la chica. A los segundos, el sonido del tono teléfono de alguien se escuchó. A ella se le hizo muy familiar—. Me encanta esta canción.

—Es por eso que el destino hizo que nos conociéramos. —Keaton le guiñó el ojo y ella al verlo se mordió el labio y luego puso los ojos en blanco—. ¿Qué canción es? —cuestionó, sin dejar de mirarla a los ojos.

—Attack de 30 Seconds to Mars —respondió ella con una sonrisa—. Deberías escucharlos, son realmente buenos.

—Créeme que lo haré.

—Por cierto, no me has dicho tu nombre. —Destiny se sonrojó un momento al decir eso, pero al oír la corta risa nerviosa de Keaton se volvió a morder el labio, intentando no sonrojarse aún más.

Keaton se presentó por su nombre, pero segundos más tardes el entrenador los interrumpió, obligándolos a volver a la cancha a entrenar. Todos los amigos de Keaton, empezaron a decir cosas como «Keaton y su novia» y empezaron a hacer ruidos, causando que Destiny al igual que él se sonrojaran y se separaran para cada uno seguir con el entrenamiento por su parte.

—¿Cómo estuvo el gimnasio? —cuestionó Tyler, al sentarse al lado de Keaton en el sofá. 

Keaton, por su parte, se encontraba con la mirada fija en la televisión y pensando en Destiny, por lo cual no escuchó la pregunta de su mejor amigo. Cuando Tyler chasqueó sus dedos, él despertó de ese pequeño sueño despierto que estaba teniendo con la chica que había conocido hace un par de horas.

—¿Cómo estuvo el gimnasio? —volvió a preguntar Tyler, pero esta vez con la atención de Keaton.

—Como siempre. —Keaton se encogió de hombros, desconcentrado—. Menos por el hecho que hoy tuvimos que jugar contra las mujeres. —Y antes de que Tyler preguntase por qué, Keaton continuó, como si hubiera leído su mente—. Porque en unos días tienen el campeonato y necesitan entrenar más, o algo así, eso dijo el entrenador.

—Y justo hoy se me ocurre faltar. —Niega con la cabeza, como, como si estuviera auto castigándose—. ¿Y eran lindas las chicas? ¿Conociste alguna? 

—Eh, sí —respondió Keaton, sonriendo al pensar en ella—. Se llama Destiny, y es la chica más hermosa que he conocido.

Tyler puso los ojos en blanco, antes de contestarle.

—Dices eso de cada chica que conoces.

—Pero esta vez estoy siendo totalmente sincero, es muy linda. Su cabello es color chocolate, sus ojos de un verde hermoso, y su rostro es simplemente perfecto. —Keaton sonrió mordiéndose el labio—. Es realmente hermosa.

—Entonces, amigo mío, me alegro por ti.

roller coaster; keaton stromberg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora