Lo único que recuerdo de aquella calurosa mañana, impregnada de un aroma a tristeza y melancolía, eran sus hermosos ojos cálidos como el amor de una madre. Aún recuerdo el dolor que había sentido noches pasadas, recuerdo como ese sentimiento iba menguando con cada palabra tuya, tan pronto como te fuiste esos pensamientos volvieron a mí. Un estruendo confirmó aquella duda que había surgido en mí, mis ojos no podían creer lo que apreciaban. Esa sonrisa que reflejaba felicidad se tornó oscura y deprimente. Después de aquel accidente los días pasaban ante mis ojos. Ya no sentía ni dolor ni felicidad. Estábamos tan cerca y tan lejos. Ya no aguantaba, cada día luchaba contra mi voluntad. Hoy cambia eso, hoy nos reuniremos otra vez, hoy seremos felices otra vez.