Capítulo 26

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!Hello adorados lectores¡ Siento mucho haberlos abandonado por  tanto tiempo, las responsabilidades laborales me matan y a la creatividad también. Sin embargo y después de una larga espera tenemos !el capítulo 26¡, pese a que pensé que este sería el último capítulo había tanto que contar que se dividió en dos, así que esperemos una actualización más durante la semana. Con respecto a éste capítulo espero que lo disfruten, es tal vez es uno de los más interesantes que he escrito, (o eso creo), juzguen ustedes éste último tramo de la historia y opinen. Después de todo nos queda un capítulo más y un epílogo, muchas gracias por leer y espero continúen conmigo en el desarrollo del final. 

Con mucho cariño: Lady York 

*

Alana Bloom despertó con un sobresalto, como el aviso de que algo siniestro se avecinaba, abrió los ojos de golpe al reconocer el sonido de un disparo dentro de la mansión, se sintió completamente mareada, su boca seca y el dolor de cabeza hicieron que intentara refugiarse entre los suaves cobertores de plumas, al principio no reflexionó sobre qué día era o en qué momento se había quedado dormida, llevaba dos días sedada y no recordaba mucho, escuchó la tierna voz de su hijo más lejana, era claramente una alucinación auditiva y la realidad de la situación le pegó de golpe, ¡La carta, Hannibal y esa amenaza de quitárselo!, "Moriste en mi cocina Alana cuando elegiste ser valiente. Cada momento a partir de eso es prestado"

—¿Cómo se siente señora?— preguntó el ama de llaves saliendo del cuarto de baño— Le preparé la tina para que tome una ducha caliente.

—¿Escuchaste eso Gerda?

—¿Escuchar qué señora?

—El disparo, ¿dónde está Michael?

—En su habitación jugando.

—¿Y Margot?

—Tuvo que salir, no tardará en volver.

—No podemos dejar sólo a Michael, él está aquí— Alana estaba paranoica, su voz temblaba y se apresuró a incorporarse.

Se levantó de la cama con el cuerpo pesado, eran esos somníferos que debieron suministrarle, con tambaleos se vistió apenas con la bata de seda blanca y flores color salmón que le había regalado Margot en su cumpleaños, salió de su habitación directo a la recamara de su hijo ante la protesta de la nana y su intento por ayudarla. Alana se negó, caminó deprisa por el pasillo, giró hacia la izquierda, atravesó la salita con chimenea y penetró en la habitación hallándola completamente vacía, lo llamó varias veces por su nombre rebuscando entre las cortinas y los muebles pues sabía muy bien que a su hijo le gustaba jugar a las escondidas por la casa, sin embargo, al no tener respuesta en ningún lado presintió lo peor, sobre todo porque el juguete favorito de su hijo tampoco estaba en su lugar, por supuesto si alguien quería llevarse al niño lo haría junto con aquel peluche de conejo.

—¡No está, se lo ha llevado, se lo ha llevado, avisa a todos, nadie puede salir de la mansión, Hannibal tiene a mi hijo! — mencionó casi gritando a la ama de llaves que la había seguido.

El rostro de la mujer alemana palideció ante la preocupación de Alana, y echó a correr hacia el teléfono, pero la línea estaba muerta.

—La línea es inservible.

—Vete Gerda, sal de aquí.

—Pero señora...

—¡Vete! — le gritó.

Alana salió de la recámara y fue a su despacho en la planta baja, lo sabía, Hannibal estaba cerca, podía casi sentirlo pisándole los talones, pero moriría antes de dejar que alejaran de ella a su hijo y a Margot, fue por el arma que Will le dio en Virginia, aún la conservaba como un amuleto y un recordatorio de lo ingenua que había sido en aquél tiempo, se inclinó para sacar el arma de uno de los cajones inferiores del gran escritorio, y entonces reparó en la bolsa negra plástica y los dos sobres que estaban a plena vista al igual que la carta de Lecter. Alna se detuvo un momento para revisarla, dentro encontró el bozal de Will y la diminuta muestra del cabello de Hannibal que ambas habían guardado después de sembrar la evidencia en la escena del crimen de Mason Verger, el bozal tenía una etiqueta con la leyenda "Sujeto 1" y la muestra del cabello se identificaba como "Sujeto 2", tomó los sobres dando por hecho lo que Margot quería confirmar, las manos le temblaban incontrolablemente mientras desdoblaba los documentos, descartó la prueba de paternidad de Will de inmediato, podía tolerar a Graham como el padre de su hijo, pero no Lecter, se concentró en la prueba de paternidad del sujeto dos, sus ojos se abrieron con horror al contemplar una verdad más dolorosa que cualquier herida, su hijo, su adorado Michael era hijo de Hannibal, ¡había dado a luz al hijo del monstruo! Y una vez más había sido engañada, burlada de la peor manera.

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