5/1 - Aby

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Estaba durmiendo plácidamente en la comodísima cama de la AAM cuando de pronto se escucha un grito seguido de un llanto que me despertó segundos antes que el telefono con la alarma programada.

-Oye, ¿que pasó?.- Le pregunto a m compañera

-Mis zapatos favoritos, arruinados... -Me responde y se pone a llorar de nuevo mientras yo estoy con una cara de enojo, cara desconcertada y como diciendo: Esto es una maldita broma no es así.

-Muy bien, dime como fue que sucedió

-Oh, claro que te lo voy a decir, tu estupida rata escapo de su jaula y se puso a mordisquear mis zapatos.- Dice con tono eufórico.

Yo había traído a MeiYei, mi mascota, un hamster.

-En principio, no es una rata, es un hamster, y además, no tienes porque culpar a MeiYei, es un inocente animalito con instintos juguetones, y debo agregar que es tu culpa por dejar tus cosas mas sensibles al aire sabiendo que hay una mascota mordelona en la habitación.

Luego de aclararle eso se calla, bueno, lo hubiera hecho si no dijiera:

-Yo mejor me voy a desayunar.

Mis ojos se abren como platos, es entonces cuando recuerdo que siempre me levanto antes que mi compañera, y a juzgar que es ya el desayuno me doy cuenta de que ya debe ser muy tarde, con mucho nerviosismo busco mi teléfono para ver la hora, son las 9:30.

-¿¡Por qué rayos programe la alarma tan tarde!?

Me pregunto a mi misma en voz alta.

-Oh, creo saber porque. Ayer en la fiesta de bienvenida un chico te molestaba y para olvidarlo te fuiste a tomar unos tragos, a lo mejor bajo los efectos del alcohol reprogramaste tu alarma más tarde de lo habitual, aunque no entiendo porque te altero si tomaste muy poco, oye, ¿acaso fue tu primera vez tomando alcohol? Lo dudo mucho, tienes 22.

De hecho, si lo era, siempre solía ser una chica buena, recuerdo la hora que es y me voy a cambiar rápidamente, agarro mi mochila y voy corriendo al comedor para desayunar, al acabar con la comida devuelvo la bandeja al personal y agarro mi mochila para partir corriendo a la clase de las 9:50, son las 9:45, me apuro ya que quedan dos escaleras para la clase, llego a las 9:48, por suerte el profesor (muy malhumorado debo decir) aún no llega.

Entra el maestro a las 9:50, hora de la clase. Nota inmediatamente mi nerviosismo y me pregunta:

-¿Por qué esta usted así señorita Rohsreider?

Pienso mentirle, pero con su caracter sin duda lo notaría, así que le digo la verdad, por pura gracia del señor no me dice nada y va a su escritorio.

-Abran sus libros en la página 47, es hora de comenzar la clase.


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